Veraneando

Recuperar especies amenazadas

El Centro dedica su actividad a rescatar y proporcionar los cuidados necesarios a especies catalogadas como protegidas para su posterior liberación.

el 13 ago 2014 / 10:00 h.

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Paula Arenas y Juan Carlos Capuz preparan a un ejemplar de águila calzada para ser intervenido de una fractura. Foto: Laura López Paula Arenas y Juan Carlos Capuz preparan a un ejemplar de águila calzada para ser intervenido de una fractura. Foto: Laura LópezLa conservación del patrimonio natural es cosa de todos. Andalucía cuenta con una fauna silvestre muy rica y variada que debe sobrevivir en un mundo que, en ocasiones, parece no estar pensado para ellos. La Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía promueve, desde 1988 en el Puerto de Santa María, la actividad del Centro de Recuperación de Especies Amenazadas (CREA), cuyo objetivo es acoger ejemplares de especies silvestres protegidas de la fauna autóctona andaluza, con especial atención a aquellas en peligro de extinción, como el lince ibérico o el águila imperial. Juan Carlos Capuz, veterinario del centro, explica que su ámbito de actuación engloba aves, reptiles, mamiferos y anfibios y que dentro de los vertebrados terrestres, son las aves las que con más frecuencia ingresan en el CREA. Sus hábitos, movilidad y abundancia hacen de éstas el grupo más vulnerable. Los datos que arrojan las estadísticas del CREA son claros a este respecto: de los 720 casos que atendieron en el primer semestre de 2014, 680 fueron aves de diferentes especies. En concreto, son las rapaces, diurnas y nocturnas, las que más reciben este tipo de servicios. El aspecto novedoso de este centro se articula en torno a la idea de actuar en red dentro de la comunidad de Andalucía. «El objetivo es que en cada provincia haya un centro con un mismo protocolo, un mismo personal y que todos estén coordinados con un objetivo común», subraya Capuz. La red andaluza de CREAs funciona en torno a un manual que establece cómo proceder con el animal accidentado desde la fase de recogida hasta su liberación. A cada ingreso se abre una ficha que registra los datos del hallazgo, así como su historial clínico, de rehabilitación, suelta y seguimiento. Buitre leonado ingresado en el CREA. Foto: Laura López Buitre leonado ingresado en el CREA. Foto: Laura LópezLas causas que motivan el ingreso de aves en los ejemplares en los diferentes CREA son múltiples. En Cádiz, en torno al 30 por ciento son colisiones con alambradas, tendidos eléctricos o aerogeneradores. Con cierta frecuencia, las aves colisionan y sufren traumatismos que suelen requerir la intervención quirúrgica y un largo periodo de rehabilitación, muchas de estas aves no se recuperan nunca y es que como afirma Juan Carlos, «aquí no todo son finales felices». Con un porcentaje similar, la extracción del hábitat es otra de las razones. Entre las especies de aves es frecuente los pollos caigan del nido por accidente. Estas crías son tratadas de forma natural en el CREA al objeto de ser improntadas y poder ser liberadas. Dentro de su misión de diágnóstico y tratamiento en ocasiones afrontan lesiones graves que implican la inviabilidad de la recuperación. Una vez pasada la fase de recuperación, los ejemplares son devueltos a su hábitat natural. En torno a este proceso, la Junta de Andalucía promueve una iniciativa para los polluelos que han alcanzado edad madura. El modelo de cría campestre es un modo de reinsertar al animal introduciéndolo en una zona determinada sin que tenga contacto humano. La conexión continua con personas cuando son pequeños puede producir un efecto negativo y llegar a ser especies irrecuperables por razones psicológicas, al no identificarse con su propia especie. Las crías son alimentadas fuera del CREA, y de manera gradual, se procede a su liberación, así el proceso de adaptación es mucho más sencillo para las aves, apunta Capuz. Con la ayuda de anillas metálicas de la Oficina de Especies Migratorias del Miniesterio de Medio ambiente, se identifican las aves en el momento de su liberación. Estas anillas sirven para, en el momento de la recaptura, reingreso o hallazgo de ejemplar, se pueda conocer el tiempo transcurrido y la distancia recorrida por estos. En algunas especies de aves se usan además anillas plásticas con inscripciones alfanuméricas que permiten la lectura a distancia y la identificación e integración del ejemplar sin necesidad de que tenga que volver a ser capturado. Juan Carlos explica que es fundamental que sean tratadas y soltadas lo más rápido posible, para evitar posibles problemas derivados del estrés, pérdida de plumaje o que las aves se alejen del ciclo natural de la migración. El mayor número de ingresos se produce en verano, pues esta estación coincide con la emancipación de los jóvenes nacidos ese año, que son más vulnerables a la interferencia humana. La rapidez en la actuación determina en la mayoría de los casos el éxito o fracaso de la operación y la colaboración ciudadana es un pilar indispensable en la recuperación de dichas especies.

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