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Santa Catalina ahora sí se está cayendo

Los pilares del templo, cerrado desde hace ocho años, están cediendo y existe un serio riesgo de derrumbe

el 08 may 2012 / 14:57 h.

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Santa Catalina se cae de verdad. Después de ocho años de su cierre, la joya arquitectónica de estilo gótico mudéjar del siglo XIV no aguanta más tanta espera y sus cimientos empiezan a tambalearse. Ahora sí, la parroquia del barrio y sede de la hermandad de la Exaltación se puede venir abajo. Para su arreglo, de momento, como desde hace ocho años, sólo hay buenas intenciones entre el arzobispado de Sevilla -propietario del templo-, la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Sevilla. Poco más.

El alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, fue quien confirmó ayer este rumor que ya corría por algunos círculos de la ciudad. Que esos centenarios pilares de Santa Catalina ya no aguantaban más tiempo sin una intervención integral del templo. "Se están produciendo cesión de pilares en algunas zonas", apuntó el regidor. No obstante, aseguró que la restauración integral de este templo continúa siendo un objetivo "prioritario" que "no se puede abandonar". Es más, el alcalde hispalense insistió en que se está trabajando para alcanzar la restauración porque fue un "compromiso" que adquirió y porque el templo "es una joya que no se puede perder". No obstante, advirtió que las situación de las dos empresas que tenían pensado colaborar en las obras "no es la misma", al igual que tampoco es igual la situación económica del país. "Esperamos ir de la mano entre todas las administraciones, con la Junta de Andalucía y el Gobierno, así como el Arzobispado, que también tiene ya una partida para contribuir", aseveró.

Protesta pública. Quién se entretenga un buen rato en leer las hemerotecas, podrá constatar que la restauración de este templo está plagada de proyectos y acuerdos cargados de buenas intenciones pero que, por una u otra causa, fundamentalmente la falta de dinero, han provocado que el templo siga como está desde hace ocho años. Incluso se habilitó una web patrocinada por la Fundación del Colegio de Arquitectos de Sevilla (Fidas) que ahora mismo está inactiva, como la restauración del templo mudéjar hispalense.

La única intervención que se ha acometido desde que la parroquia echara el cierre definitivo el 29 de mayo de 2004 es la reparación de las cubiertas, que también se retrasaron bastante incluso después del acuerdo según el arzobispado por culpa de la Junta, y según está, por el arzobispado. Al final, entre unos y otros la casa sin barrer.

Para que no vuelvan repetirse tantas promesas incumplidas, las sociedad civil también se está activando con fuerza para continuar dando la voz de alarma y trabajar para que el templo pueda ser repuesto al culto cuanto antes. José Javier Comas y María del Carmen Conde han organizado para el próximo 18 de mayo, a las 20.00 horas, una singular protesta para concienciar aún más a la ciudadanía sobre los males de esta iglesia, que corre un serio peligro de derrumbe y si la situación continúa tal cual, no abrirá jamás sus puertas.

Esta propuesta pretende convertir el templo en un particular muro de las lamentaciones a la sevillana. Para ello, los promotores de la iniciativa habilitarán una serie de paneles para que todo aquel que quiera deposite allí el mensaje que quiera, lógicamente siempre que no sea ofensivo contra nadie. Únicamente reivindicativo. A Comas, nacido en la calle San Felipe -a escasos metros del templo­-, bautizado y casado en la parroquia, se le parte el alma cada vez que ve cómo el deterioro de la parroquia avanza a pasos agigantados. Por ello ha promovido esta propuesta e incluso ha acordado con varias tiendas vender unas pulseras solidarios color albero que quiere convertir en un símbolo de cara a la restauración. "Esto es una pena, es una joya de la arquitectura que estamos perdiendo. Hasta algunos vecinos han visto entrar y salir ratas por debajo de la puerta. No quiero pensar cómo estará por dentro", lamentó.



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