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Economía

Se abre la lucha para no cerrar

La Casa de las Especias, de 1932, tendrá que dejar la calle José Gestoso por la falta de acuerdo con el casero, pero su dueño anuncia que dará guerra.

el 12 ene 2015 / 11:05 h.

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José Luis Montero José Luis Montero La tienda más antigua de Pichardo cerró, el Bazar Victoria negocia una solución para no seguir el mismo camino, el Garaje Pretel se tuvo que mudar y La Casa de las Especias, de 1932, cuenta los días que le quedan en la calle José Gestoso. Eso sí, su dueño, Tomás Chisvert, anuncia que plantará cara. «Yo no me voy». Todos estos comercios antiguos de Sevilla están afectados por el fin de las rentas antiguas de locales comerciales. Les han subido considerablemente el alquiler porque sus contratos, anteriores a 1985, vencieron el pasado 31 de diciembre tras no aprobarse una nueva prórroga de la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) de 1964. Y no pueden asumir este nuevo gasto. Muchos de estos empresarios afectados no están dispuestos a abandonar sus locales comerciales tan fácilmente. Uno de ellos es Tomás Chisvert, propietario de La Casa de las Especias. «Estamos esperando a que nos echen. No ha habido acuerdo, pero como no se me comunicó la finalización del contrato fehacientemente, yo no recibí nada por escrito, estaremos abiertos hasta que lo ordene un juez o venga la policía. Iremos al juzgado si hace falta y, entonces, creo que podría estar aquí hasta un año más. Eso sí, cuando me tenga que ir, me iré», apostilla Chisvert, la tercera generación de su familia al frente de un negocio con más de 80 años de historia. Chisvert explica que el dueño de su local comercial le pide ahora un alquiler mensual de 1.800 euros, cuando hasta ahora pagaba 800 euros, y, además, le impone en el contrato «cláusulas abusivas». En concreto, indica que todas las obras que se tengan que realizar en el local las debe pagar él, el inquilino. «Y no me parece lógico cuando este establecimiento lleva más de 50 años sin que se le hayan hecho reparaciones», denuncia. «No puedo afrontar las obras necesarias y la subida del alquiler. Si pagase 200 euros vería lógico que me pidiera el triple, pero pagando 800 euros, no», comenta. Este empresario, con otras tres tiendas en Nervión, Cerro del Águila y Sinaí, más un almacén para mayoristas en Carretera Amarilla, afirma que cuando tenga que echar el cierre en la calle José Gestoso se pensará si abrir en el Centro. «Hay muchos locales vacíos, pero es que cada vez es más difícil llegar al casco histórico. Las ventas bajaron un 30 por ciento adicional al bajón por la crisis por las políticas anti Centro, así que quizás sea la hora de acercarse al cliente de otros barrios», indicó Chisvert con pena.

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