María Isabel García Chamizo se levantará hoy, como todos los días e intentará trabajar, hablar con sus amigas y animar a sus hijos. En un principio, sería la vida de muchas mujeres nazarenas, sin embargo, hoy se cumplen cuatro años desde que su otro hijo, Josué, el mediano de los tres que tiene, desapareció cuando iba a casa de un amigo a pasar la noche, vivía a 300 metros de él. Unos 14 días más tarde, su padre, Antonio Monge, desaparecería también y en la actualidad está en busca y captura acusado de secuestro y asesinato de su hijo. Josué tendría ahora 17.

Entre tanto, cuatro años después, María Isabel asegura encontrarse "luchando como el primer día, tengo dos hijos más -Andrés y Benjamín- y no me puedo permitir venirme abajo". Cuando se celebra esta triste efeméride no para de recibir llamadas, pero ella tiene que vivir día a día con ello: "En mi casa no hablamos del tema. Yo me acuerdo mucho cuando miro a mi hijo pequeño, porque se parece mucho a él, o si veo por la calle a un chico delgado como él. Luego también nos acordamos mucho cuando vemos cosas relacionadas con sus aficiones, como el deporte o la Semana Santa, que para nosotros es una época muy triste", explica la madre, al tiempo que reconoce que "a veces te vienes abajo, porque tienes esa sensación de impotencia de no saber lo que ha pasado, entonces tengo que llamar a amigas o al psicólogo para reponerme". Porque, tras cuatro años sin su hijo, María Isabel, con la dureza que eso significa, reconoce que "hay un 90% de posibilidades de que mi hijo esté muerto. Ahora tiene 17 años y tendría fuerzas para huir del padre si aún estuviera retenido".

María Isabel no sólo asegura que se ha sentido muy sola en la movilización para encontrar a su hijo, sino que dice sentirse muy desamparada, sobre todo cuando ve o lee noticias sobre otras desapariciones. La última, la persona anónima que ha ofrecido un millón de euros a quien ofrezca información sobre Marta del Castillo: "No es que me parezca mal, pero ¿por qué Marta?, Por qué no Sara -desaparecida en Málaga-, Jeremy -desaparecido en Tenerife- o Josué".

María Isabel asegura haber hablado con José del Castillo, uno de los tíos de Marta, y éste le aseguró entender su dolor: "Claro que yo les entiendo a ellos, si eso puede ayudar a saber lo que pasó no van a decir que no. Lo que no entiendo es esa diferencia con los niños desaparecidos. Porque además, los padres de Marta saben que su hija está muerta, pero nosotros no sabemos nada", explica sin perder la esperanza, aunque sin poder evitar la emoción.