Sevilla se queda huérfana de romeros . Los últimos -unos 2.000- han partido esta mañana desde la iglesia del Divino Salvador para emprender el camino que les llevará al encuentro con la Blanca Paloma.
Sevilla, la última de las filiales de la capital ya se encuentra peregrinando. La despedida de la ciudad ha sido festiva y multitudinaria . Numerosas personas han arropado a la carreta de Villarreal, que presentaba un inusual exorno de ramos cónicos en tonalidad rosácea.
Le acompañan los romeros de la hermandad no filial del Viso del Alcor y de la asociación de Antequera.
Nada más quedar entronizado el Simpecado en la carreta, Javier Brotán, colocaba un crespón negro por el fallecimiento del exhermano mayor Francisco Pavón.
La parada ante el Ayuntamiento para saludar al gobierno local fue muy especial este año. Tras entonar la Salve rociera, el alcalde se encaramó a la rueda de la carreta para depositar el ramo de flores a las plantas del Simpecado. Luego, Zoido le hizo entrega al hermano mayor, Ricardo Laguillo, de su cordón rociero para que “represente a todos los sevillanos que no pueden hacer el camino”.
Un gesto simbólico con el que Zoido devolvía el cariño recibido la pasada romería cuando en la visita a las hermanades sevillanas en la aldea recogía la medalla de hermano de esta filial con sede en la colegiata del Salvador.
El calor se unía a la comitiva a su paso por el entorno de la Catedral mientras la hilera de carriolas con sus tradicionales yuntas de bueyes se iba alejando de la Casco Histórico por el puente de San Telmo.
