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"Sin el asesinato de Prim hoy no tendríamos a los Borbones"

el 30 jun 2012 / 18:07 h.

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En el Hotel Inglaterra de la Plaza Nueva, que aparece en su novela como la Fonda de Londres, Ian Gibson presentó este miércoles en la ciudad La berlina de Prim, la obra ganadora del Premio Fernando Lara 2012, un libro que cuenta uno de los episodios más misteriosos y relevantes de la historia de España, que cambió el rumbo del país y que aún, a día de hoy, está sin resolver. El 27 de diciembre de 1870 el general Prim i Prats, presidente del poder ejecutivo de España, sufrió un atentado en Madrid, en las cercanías del Congreso.

Un grupo de encapuchados lo asaltó por sorpresa mientras viajaba en su berlina oficial. Le dispararon, lo que le provocó la muerte tres días después. Aquel atentado, justo antes de la llegada del rey Amadeo I de Saboya, de quien Prim fue valedor, acabó desembocando en la renuncia del monarca y en la proclamación de la I República.La novela narra la época a través del relato de Patrick Boyd -personaje ficticio-, un investigador que trata de esclarecer el asesinato. "Prim fue el hombre más reconocido y valiente de España, pero se creía invulnerable, hasta aquel día.

Decía que no había bala capaz de matarlo, porque había escapado ya de varias escaramuzas sin que le tocara una bala. Decía que España no era un país de asesinos, pero todo país tiene asesinos larvados esperando su momento", relata Gibson.A su juicio, los intentos de asesinato previos que sufrió Prim pretendían impedir la llegada de Amadeo I al trono de España. "Su muerte justo antes de la llegada del nuevo rey fue dramática", recuerda el autor.

En su opinión, este crimen cambió la historia del país, puesto que de haber sobrevivido el general, la Casa de los Saboya se habría consolidado "y hoy no tendríamos Borbones". "Quizá España, con un hombre tan excepcional como Prim, habría tenido mejor suerte", aventuró. Aunque añade: "Tal vez el asesinato de Prim era inevitable, quizá si hubiera salido ileso habría habido un cuarto y un quinto intento". Gibson, biógrafo e hispanista, considera que este personaje se merece una biografía digna, que todavía no se ha escrito, aunque la falta de una tradición biográfica en España lo pone difícil. Además, lamentó el estado en que se encuentra el sumario del crimen, "medio destrozado", algo que mantiene a pesar de que ya le han acusado de mentir por decir esto.

"Dicen que soy otra vez el guiri que viene y miente. Pero es como digo". Gibson incide en la necesidad de la biografía, ya que su novela no se centra en la vida del general, sino en su asesinato. "Los criminales desaparecieron de la faz de la tierra de la noche a la mañana, y conseguir eso supone mucho dinero para hacer callar a mucha gente", estima el autor, que cree que la conspiración se urdió en las alturas. Los principales sospechosos fueron el duque de Montpensier, que aspiraba al trono, y el general Serrano, según desvela.Otro de los logros del esta novela es atraer la atención sobre un periodo muy desconocido de nuestra historia, a pesar de su trascendencia.

"Esta época no se ha enseñado bien. El franquismo ha sido un desastre para este país, y la derecha española, desde mi punto de vista, es bastante desastrosa", como a su juicio evidencia que no haya querido resolver aún "el tema de los muertos de la Guerra Civil que todavía están en las cunetas". "Haría falta hacer un libro ameno sobre la Primera República, un periodo desconocido para los más jóvenes, que duró 11 meses, en el que se sucedieron cuatro presidentes, como Nicolás Salmerón, que dejó el poder porque se negó a firmar una sentencia de muerte. Qué maravilla. ¿No es para hacer un libro?", se pregunta.

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