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Sin 'piedras' en la maleta

El Sevilla, sexto clasificado en la Liga fuera de casa, terminó en el Bernabéu su tourné por los estadios más difíciles del país. Le quedan nueve salidas.

el 06 feb 2015 / 10:17 h.

Vitolo y Neymar (EFE). Vitolo y Neymar (EFE). Se acabó. El Sevilla terminó con su particular tourné por los principales campos de España. Nada más arrancar febrero, los de Emery completaron las cuatro salidas más complicadas dentro del campeonato español (además de San Mamés): Santiago Bernabéu, Camp Nou, Vicente Calderón y Mestalla –por orden clasificatoria–. Hasta el 24 de mayo, que termine la Liga, quedan cuatro meses y nueve salidas, en la que la más dura será la de El Madrigal. Pese a haber tenido que visitar en la primera mitad del campeonato los feudos más duros, el Sevilla es el sexto mejor visitante, con 15 puntos en diez partidos, y a sólo dos puntos del cuarto, el Villarreal, con un partido más. Es decir, de vencer en Getafe, los de Unai serían los cuartos en esta particular clasificación, lo que supondría un mérito enorme al haberse paseado por los escenarios anteriormente citados. Las cuentas del conjunto nervionense fuera de casa son bastante claras. En estadios grandes, derrota segura, con cinco en total; en el resto, victoria segura, también con cinco. Esa regla de tres llevaría a los sevillistas a un guarismo de puntos impresionante como visitante. No se andan con remilgos los de Emery cuando son ellos el equipo grande y deben amedrentar a los locales. Unai logró romper una racha de 14 meses sin vencer lejos del Sánchez-Pizjuán. Los números del equipo el pasado año fueron diametralmente opuestos a la llegada del preparador vasco. Ese gen competitivo lo ha llevado el Sevilla a gala cada vez que se ha jugado fuera de casa, excepto en contadas ocasiones, ésas por las que tanto se critica a Unai Emery. Ese respeto excesivo a determinados escenarios ha condenado al equipo de Nervión no en pocas ocasiones. Koke y Aleix Vidal (EFE). Koke y Aleix Vidal (EFE). El primer varapalo de la temporada fue en un Vicente Calderón  (4-1) donde el Sevilla perpetró uno de los peores partidos que se le recuerdan, parecido a la vuelta de semifinales europeas ante el Valencia, aunque sin el desenlace feliz del gol de Mbia. Empequeñecido desde la pizarra y superado por un rival más vital y enérgico. San Mamés (1-0) fue la segunda plaza visitada y sólo el ímpetu de un Athletic en horas bajas –este año gana cualquiera en Bibao– le valió para vencer. Después tocaría el Camp Nou y la goleada de un Barcelona (5-1) que no andaba fino. El conjunto sevillista ni tiró entre los tres palos (su gol fue en propia puerta). La cuarta salida fue en Mestalla (3-1). Ahí el Sevilla sí dio mejor imagen de equipo, aunque los errores puntuales lo condenaron. Igual que pasó el miércoles en el Santiago Bernabéu (2-1). Otra vez sus propios errores lo echaron todo por la borda  en su mejor partido lejos de Nervión del Sevilla en bastante tiempo. Se le ha perdido el respeto a los grandes demasiado tarde. Sin embargo, todo eso es pasado. El presente y futuro del Sevilla le dice que tiene nueve salidas hasta finalizar la Liga y, clasificatoriamente, no hay ningún adversario que sea superior a él. Deberá demostrar esa fortaleza cuando es el rival a batir. Esa misma fuerza que lleva enseñando en su estadio desde que el Barcelona se llevase los tres puntos del Ramón Sánchez-Pizjuán en el mes de febrero de 2014. La Champions pasa por ahí. Los grandes tendrán que visitar Nervión. No se puede permitir el Sevilla otro cero en cuanto a puntuación ante ellos. Debe dar la cara. Los rivales esperan un pinchazo y el equipo no puede errar más.

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