El coloso del saxofón Sonny Rollins, uno de los mitos del jazz y genio indiscutible del saxo desde hace más de sesenta años, llega hoy al Maestranza (20.30 horas) en una gira que en las últimas semanas lo ha llevado al Carnegie Hall de Nueva York, Portland, Monterrey, Detroit y Barcelona.
Rollins actuará en Sevilla acompañado por la banda integrada por el bajista Bob Cranshaw, el trombonista Clifton Anderson, el guitarrista Bobby Broom, el batería Jerome Jennin y el percusionista Kimati Dinizulu. "Estoy convencido", declaró el músico en una reciente entrevista, "de que todo arte aspira a hacernos salir de lo cotidiano, de que es un camino espiritual, un estado de exaltación de la existencia. Para mí, el jazz es, probablemente, el arte más exigente."
Y tan exigente como el jazz ha sido él toda su vida. Buscador incansable, sus desapariciones de la escena en los momentos de mayor éxito, el legado de sus grabaciones, pero sobre todo sus actuaciones en directo, le hacen ocupar hoy con todo merecimiento, al margen de los numerosos galardones recibidos, el reconocimiento internacional de gran maestro del jazz con el que, en plena juventud a sus 77 años, hace su presentación en el Ciclo Grandes intérpretes del Teatro de la Maestranza.
En la cima
Theodore Walter Sonny Rollins (New York, 1930) nació en una familia venida desde Las Islas Vírgenes, en las Antillas. Desde muy joven empezó a grabar regularmente para la casa Prestigie, bajo el liderazgo de Miles Davis.
Trabajó en 1953 y 1954 al lado de The Modern Jazz Quartet, Tkelonious Monk, Art Farmer y especialmente, con Davis, y en una de esas sesiones de grabación, tuvo por fin la oportunidad de grabar con su idolatrado Charlie Parker. En aquel año presentó sus primeras composiciones y algunas de ellas se han convertido con el paso del tiempo en estándares del jazz, como: Óleo, Airegin y Doxy.
El disco cumbre de su carrera es Saxophone Colossus (Prestige, 1956) con Tommy Flanagan al piano, Doug Watkins, al bajo y Max Roach a la batería, junto a trabajos cimeros como The bridge o Broadway run down, entre otros títulos.