Cultura

«Soy un humilde indio que decidió ser vanguardista»

El compositor ecuatoriano más importante del siglo XX visitó esta semana la Hispalense para presentar una cantata escénica que condena la colonización española en su país

el 01 mar 2015 / 12:00 h.

Puede que no de una forma inmediata, pero en el futuro, la visita que Mesías Maiguashca (Quito, 1938) ha hecho esta semana a Sevilla (para impartir una clase magistral en el Conservatorio Manuel Castillo y presentar al público en el Cicus su obra) quedará como un hito en la historia musical de la ciudad. Al compositor, ajeno a fastos y formalidades, esto le importa poco. Él quería darnos a conocer su cantata escénica El Boletín y elegía de las mitas. Y que la apreciáramos en su justicia. «Es una obra complicada que denuncia el saqueo y los malos tratos que sufrieron los indígenas durante la época de la colonización española», dijo. Sin embargo, y pese a la evidente crudeza de la pieza, no hay en Maiguashca un afán justiciero, sí de «hacer entender la historia», un relato que a menudo se nos ha contado en clave heroica. «Pero no hay revanchismo, yo mismo soy un compositor de ambos mundos, no sé bien lo que soy», expresó el compositor, radicado en Alemania desde hace 40 años, a donde llegó de la mano del gran pope de la modernidad, KarlheinzStockhausen, y donde ha desarrollado una carrera centrada en la música más avanzada. «Yo soy indio, de origen humilde, y pude desarrollarme en el corazón de la música de vanguardia porque Stockhausen me dio una enorme oportunidad”, rememora. «Siempre tuve la necesidad de irme de mi país, huir de la música folclórica y componer con medios electrónicos», explica. Con los años la música andina comenzó a aparecer en su obra, bien como cita o en collages. «Hasta mis 18 años escuchaba música típica de mi país ocho horas al día porque vivía al lado de una chichería», explicó Maiguashca el miércoles pasado ante una atenta clase de alumnos de composición. «El problema central de mi música es que ha buscado la trascendencia social con un lenguaje críptico. En mi cantata escénica El Boletín... he intentado ser más accesible.. ¿hasta qué punto lo he logrado?No lo sé. En esta obra he recurrido a una orquesta de instrumentos andinos, elementos audiovisuales y música folclórica». El resultado, escuchado en Sevilla, emocionó a un público heterogéneo que siguió enmudecido el emocionante alegato.

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