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Susana Díaz da un paso al frente para liderar el PSOE de Sevilla

La consejera de la Presidencia compatibilizará su cargo con el partido y dejará San Vicente.

el 02 jul 2012 / 11:48 h.

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  • "Soy una mujer de partido". Esa es la frase que lleva ya meses repitiendo la actual consejera de la Presidencia, Susana Díaz, cada vez que se le ha preguntado por su intención de aspirar a liderar el PSOE de Sevilla. Ayer acabó con el misterio aunque en las últimas semanas su paso al frente para ser secretaria general de la organización socialista sevillana comenzaba a ser una maniobra evidente. Cuenta con el beneplácito del secretario general del PSOE-A, José Antonio Griñán, y con la cuota de poder indiscutible que le otorga ser un peso pesado del Gobierno andaluz. Hoy lanzará oficialmente su candidatura sin conocer si el congreso de los socialistas el próximo sábado 15 de julio en Sevilla será un paseillo triunfal para Díaz -parece que sí- o si de nuevo pelearán dos listas que dispararán la tensión en el polvorín sevillano. Los críticos aún tienen margen para movilizarse y armar una alternativa y se han barajado nombres como el del alcalde de Alcalá de Guadaíra, Antonio Gutiérrez Limones. Sin embargo, nadie hasta ahora parece dispuesto a poner la cara frente a Díaz.

    La consejera de la Presidencia compatibilizaría su cargo como líder del PSOE de Sevilla con su puesto en el Ejecutivo. No es nuevo. Gaspar Zarrías fue consejero de la Presidencia y secretario provincial del PSOE de Jaén durante muchos años. Jaén no es Sevilla pero el tándem sigue siendo válido y admitido por el secretario general del PSOE-A y presidente de la Junta, José Antonio Griñán. Fue él quien casi le marcó el camino a Díaz. Al configurar su último Gobierno optó por darle la cartera con más peso político, al margen de la vicepresidencia que encarna Diego Valderas (IU), confiarle el buen funcionamiento del pacto de izquierdas y adjudicarle el papel de altavoz de la confrontación frente al Ejecutivo de Mariano Rajoy. De camino, Griñán se dio manos libres para renovar la dirección del PSOE andaluz. Ya entonces avisó de que el fichaje de Díaz para el Gobierno suponía apartarla de la Secretaría de Organización del PSOE andaluz, puesto que ocupó en marzo de 2010, en el congreso regional en el que Griñán se hizo con las riendas del partido en Andalucía. Ahora para ese puesto suena el portavoz parlamentario Mario Jiménez, aliado de Díaz en la actual cúpula del socialismo andaluz. El perfil político de Susana Díaz es controvertido. Nadie duda de su capacidad de trabajo y de su vis política adquirida desde la adolescencia en las Juventudes Socialistas. La sevillana no deja indiferente a nadie.

    Levanta tantas pasiones como aversiones. Su paso por la ejecutiva regional del PSOE ha vuelto a dejar constancia de ello. Díaz se consagró como número dos tras la dimisión de quien era vicesecretario general Rafael Velasco. Ya antes dicen que había copado el espacio de su superior. La sevillana ha tenido fuertes roces con las direcciones provinciales del PSOE en Cádiz , Jaén y Sevilla. A ella la señalan como inductora de la campaña a favor de Carme Chacón en su pugna con Alfredo Pérez Rubalcaba que resquebrajó el PSOE andaluz hasta dividirlo en dos mitades. Después Díaz ha tejido una relación de complicidad con la vicesecretaria general del PSOE, Elena Valenciano, mano derecha de Rubalcaba y ha peleado porque el griñanismo avanzara frente a los críticos. Sus resultados son buenos.

    Sus formas, advierten sus detractores, serían mucho más discutibles. Díaz conoce a la perfección el PSOE de Sevilla que ahora quiere liderar. Fue secretaria de organización de 2004 a marzo de 2010. Trabajó codo a codo con quien ha sido uno de sus grandes valedores, José Antonio Viera. Con él se enfrentó agriamente en la última batalla del PSOE sevillano, la que se libró por la confección de las listas al Parlamento y que acabó con la dimisión del secretario general. Una bomba que le estalló a Griñán poco antes de las elecciones y en uno de los momentos más críticos de su liderazgo. Díaz y Viera, marcado por el caso de los ERE , rompieron su relación semanas antes, cuando el socialista sevillano defendió a Rubalcaba. Quizás ahí cambió el futuro político de la sevillana, una de las voces más todopoderosas del Gobierno andaluz y a quien ya algunos apuntan como la sucesora de Griñán.

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