José Antonio Bosch (izqda.), con Santa Cruz, Antonio Peláez y Rafael Gordillo este martes en Isla Mágica.
El Betis afronta hoy el compromiso más trascendental de la temporada y uno de los más importantes de su historia. No se trata de ningún partido de fútbol y enfrente, en vez de un rival, estarán sus acreedores: clubes, futbolistas, entrenadores, Hacienda, Seguridad Social, administraciones públicas, proveedores, sociedades de imagen, representantes... En total, más de 200 acreedores que acumulan una deuda aproximada de 52 millones de euros "en el peor de los casos", según concretó ayer José Antonio Bosch, consejero y administrador judicial de las acciones de Farusa. Hace dos meses justos, el club propuso un convenio general que contempla una quita del 50% para su deuda ordinaria (39,1 millones de euros) y un plazo de entre ocho y diez años para pagar. Su aprobación depende de que el 51% de la deuda (es decir, acreedores que aglutinen unos 20 millones) dé el visto bueno a ese convenio. Y hoy se confirmará que así es. Bosch lo adelantó ayer: la entidad, de antemano, ha conseguido el apoyo del 56%."El convenio está aprobado", sentenció, solemne, el consejero, muy seguro del logro que ha conseguido en unión del resto del consejo y los administradores concursales". "Supuestamente, un acreedor puede desdecirse de lo que ha dicho, pero entendemos que sería rarísimo", apostilló el abogado, que quiso describir la presumible tranquilidad que se vivirá esta mañana en la junta de acreedores (hotel Al Andalus, 10.00 horas) con un ejemplo muy gráfico: "Posiblemente haya más periodistas que acreedores".
Razones no les faltan a Bosch y al Betis para exhibir este optimismo. Ya cuando presentó el convenio en el Juzgado de lo Mercantil número 1, los rectores heliopolitanos explicaron que lo hacían con la adhesión del 44,8% de la masa acreedora, representada por la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), la Liga de Fútbol Profesional (LFP) y el Elche. La clave era el sí de los futbolistas, colectivo mayoritario en el grueso de la deuda ordinaria. Y a partir de ahí, el Betis ha seguido recolectando adhesiones: Hacienda (1,2 millones), la Seguridad Social, el Córdoba, más jugadores... La barrera del 51% ha sido ampliamente superada y el club, además, confía en que el respaldo de las administraciones estatales contribuya a convencer a otros acreedores de que el convenio es la mejor opción.
Para el Betis no es la mejor opción, es la única. "Si el convenio no se firma, la resolución prevista es la disolución de la compañía. Sin el convenio era el final del Betis", sentenció Bosch.
