Un cortejo para abrir camino a los libros

Las carrozas de la cabalgata de Dos Hermanas hicieron un guiño a la literatura infantil.

Reyes Dos Hermanas En plena era tecnológica resulta complicado ver a los más pequeños dejar de lado sus preferencias por aparatos electrónicos y sustituirlas por unos objetos que, a priori, pueden parecer de épocas pasadas: los libros. De ahí que en la cabalgata de Dos Hermanas se haya querido romper una lanza a favor de la lectura, engalanando su veintena de carrozas con motivos de diferentes clásicos literarios. Así, los Reyes Magos, quienes hicieron su ya tradicional y esperada aparición ante los nazarenos en el balcón del Ayuntamiento –con una plaza de la Constitución abarrotada de pequeños y mayores–, fueron acompañados ayer durante su cortejo por Don Quijote de la Mancha, Platero y Yo, Moby Dick o El Principito. Para Paula, que tiene 11 años, los títulos de estas famosas novelas no son desconocidos, especialmente la obra de Juan Ramón Jiménez –hay que recordar que en el recién pasado 2014 se cumplió su centenario– aunque aseguró que, en la carta dirigida a sus Majestades, no había pedido ningún libro. Algo que tampoco contemplaba la misiva de Pedro, que a sus 9 años ya soñaba, entre subidas y bajadas al suelo para coger caramelos, con tener hoy un móvil en sus manos. Pero, afortunadamente, aún hay esperanza para los nostálgicos del papel. Porque Carlos, con 13 años, sí que deseaba abrir un paquete que contuviese un libro: «me gustan los de aventuras, pero he pedido varios, así que no sé cuál me traerán», comentó entre los gritos de su hermana pequeña, Marta, que no paró de hacer aspavientos a Melchor cuando este apareció desde las puertas del Consistorio para montarse en el coche de caballos que le transportó, como al resto de los personajes relevantes del cortejo, hasta la nave desde la que partirían para recorrer las calles de la localidad. La expectación en toda Dos Hermanas fue máxima hasta la hora de la salida, un tiempo que familias enteras aprovecharon para formar sus propios corrillos de cante al son de «ya vienen los Reyes Magos, caminito de Belén», amenizado, como no podía ser de otra forma, por las cinco bandas de música que acompañaron un cortejo perfectamente organizado gracias al dispositivo especial desplegado por la Policía Local, Nacional y Protección Civil –mención especial a este cuerpo por su labor desinteresada en cada 5 de enero–, que velaron en todo momento por el buen discurrir de la cabalgata, que puso el punto y final, sobre las diez de la noche, a una tarde mágica en la que cientos de vecinos pudieron llevarse a casa, un año más, una pizca de ilusión aderezada con bolsas repletas de dulces, juguetes y hasta zapatillas de estar por casa, como las que lanzó el Rey Baltasar desde su carroza.

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