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Un feliz acontecimiento

el 10 jun 2012 / 18:13 h.

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Otro feliz acontecimiento musical tuvo lugar el sábado en la ciudad, y de nuevo protagonizado por nuestros jóvenes valores. Con la garantía de la batuta de García Calvo, que ha conocido sonados éxitos en su corta trayectoria y se ha consagrado tanto en nuestro país como frente a la Orquesta de la Ópera Estatal de Viena, se trataba ahora de exhibir los resultados de la indudable preparación de lujo que han recibido estos jovencísimos estudiantes de la Orquesta de la Academia Barenboim-Said.

Resultados que incluyen un alto nivel interpretativo aunque salpicado de deslices y faltasde depuración. Puede que el ánimo de muchos de los asistentes no acompañara; acabábamos de recibir la funesta noticia del rescate europeo a nuestro sistema financiero, sin que el presidente del país diera ni siquiera la cara por ello; quizás por eso aún nos pareciera más mortecina y alicaída la interpretación que hicieron de la Serenata de Richard Strauss.Pero en esto de las apreciaciones las sorpresas son continuas, y tras esa irrelevante Serenata nos llegó una sensacional reducción, realizada por Benno Sachs en 1920, para sólo once instrumentistas del Preludio para la siesta de un fauno de Debussy. Sensual e hipnótica, inflada con trémolos en la cuerda y arpegios en el piano, en el que pudimos atisbar toda clase de detalles y matices, y en la que brilló especialmente la joven Beatriz Vallejo a la flauta.

Algo más que correcta fue la exhibición de la jazzística Creación del Mundo de Milhaud, con puntuales imprecisiones en los metales y destacando la agilidad y elegancia con la que se acometieron los numerosos y repentinos cambios de tono y estilo que aglutina la pieza. La de Pulcinella fue sin embargo una interpretación menos satisfactoria y afinada, con mayor confusión e imprecisión en las familias instrumentales y movimientos desinflados como el Vivo. A pesar de ello acertaron en el aire rococó del conjunto y brilló la primera violín, Alicia Ruiz Jurado.

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