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Un traficante admite que apuñaló a otro por chivato

Confiesa que lo atacó en Kansas City tras una pelea pero niega que quisiera matarlo.

el 28 jun 2010 / 15:01 h.

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El marroquí A.B., apodado Anás, que se enfrenta a una petición de 17 años y medio de cárcel por matar a un compatriota al que apuñaló en Kansas City, admitió ayer que discutió con él y lo apuñaló en la pierna derecha porque delató una operación para apoderarse de un alijo de hachís sin pagarlo, pero añadió que está arrepentido y que su intención no era matar a la víctima.

Durante la primera jornada del juicio con jurado que se celebra en la Audiencia, el letrado incidió en que A.B. "no tuvo nunca la intención de acabar con su vida", y por eso dirigió la puñalada "contra la pierna y no contra el abdomen, la cabeza o el pecho", añadiendo que la agresión se produjo durante una discusión en la que hubo "una serie de empujones, y donde incluso el acusado fue cogido del cuello".

Adujo además que "si su intención hubiera sido matarlo, hubiera continuado con el ataque, en vez de huir en un coche", por lo que estimó que el jurado deberá considerar al acusado culpable pero no de asesinato, sino de un delito de lesiones con arma peligrosa en concurso con un delito de homicidio imprudente.

Por estos hechos, ocurridos el 23 de octubre de 2008, están también imputados I.A. y A.L.R., para quien la Fiscalía pide dos años por encubrimiento, e I.E., para quien solicita una multa de 2.160 euros por no ayudar a la víctima.

La letrada de I.E. y de I.A. defendió que este último "fue a la comisaría a contar todo lo sucedido, e incluso dio el nombre del acusado, siendo su intención en todo momento la de esclarecer los hechos", mientras que I.E. fue "un simple espectador" y negó que hubiera una omisión del deber de socorro pues "había otras personas que socorrieron a la víctima", por lo que pidió la absolución.

En el juicio también declaró A.L.R., que dijo que el principal acusado lo contrató, a cambio de 2.000 euros y de perdonarle una deuda, para que condujera un coche desde Madrid hasta Sevilla y viceversa sin que él supiera "para qué era". Al llegar al lugar de los hechos vio cómo los acusados y la víctima discutían y que el principal imputado "pegó un puñetazo" en la pierna a la víctima. Luego, el agresor se subió al coche con una navaja y la ropa ensangrentada y le dijo que lo llevara a Córdoba, algo a lo que accedió "al sentirse amenazado y bloqueado". En Córdoba el autor cogió un AVE y él se dirigió a su casa en Madrid, aunque fue detenido en Ciudad Real. El autor del apuñalamiento tiró la navaja de 11 centímetros a la altura del aeropuerto, pero nunca fue recuperada.


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