Un joven vecino del barrio sevillano de Los Remedios, identificado como V.R.A., de 27 años, ha recibido por correo hasta cuatro multas de tráfico por infracciones cometidas supuestamente en Rotterdam (Países Bajos), lugar en el que, según defiende, "nunca" ha estado, por lo que mostró su "absoluta" sorpresa por este hecho.
En este sentido, el vecino afectado informó a Europa Press de que, a principios del presente mes de junio, recibió una multa de tráfico redactada en neerlandés, en la cual se le informa de que ha sido sancionado con 23 euros por circular a 87 kilómetros por hora en una carretera en la que la velocidad máxima permitida era de 80 kilómetros por hora.
De este modo, precisó que, según la multa, los hechos habrían tenido lugar el pasado día 10 de abril de 2010 en una carretera localizada en la ciudad holandesa, pero el afectado defendió que "nunca" ha estado en ese lugar, e incluso añadió que, en la fecha referida, "no utilizó el coche". Además, dijo que en la multa no aparecen ni su nombre ni la matrícula de su vehículo, por lo que opinó que, "evidentemente, se trata de un error".
Tras esta primera multa, el afectado ha recibido otras tres multas, cada una de ellas por importe de 52,50 euros, en las que se le sanciona por haber aparcado de manera incorrecta en Rotterdam un vehículo Lancia los días 12, 16 y 25 de enero, todo lo cual ha motivado que este vecino de Los Remedios haya denunciado los hechos ante la Policía Nacional.
En este sentido, V.R.A. defendió que "nunca ha estado en Holanda" y que "nunca ha alquilado o sido propietario de dicho vehículo", por lo que dijo temer, "ya que el error burocrático se antoja difícil después de cuatro multas, que alguien haya dado sus datos personales para alquilar o comprar dicho vehículo", añadiendo que en las multas no aparece ni su nombre ni su DNI, y tan solo su domicilio actual.
El implicado mostró su absoluta "sorpresa" por este hecho, dado que ni por motivos laborales ni de ocio se ha planteado nunca su presencia en los Países Bajos o alguna zona limítrofe, al tiempo que recordó que ni a él ni a ninguno de sus allegados le había sucedido nunca "un hecho tan peculiar, esperpéntico y surrealista" como éste.
