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Una tradición con la que no puede ni la crisis

14 hermandades del Aljarafe se pusieron ayer en camino para llegar a la aldea

el 08 jun 2011 / 18:59 h.

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Las carretas de los Simpecados de Gelves y Palomares del Río juntas con motivo de las bodas de plata de la primera.
Un total de 17 hermandades de la provincia –más las tres de la capital– iniciaron ayer su camino hacia El Rocío. De éstas, 14 del Aljarafe y entre éstas Umbrete la séptima en antigüedad, cuyo cajón de madera cumplía 101 años. La crisis que sí ha rebajado de 60 a 42 los carros que la acompañan, no incidió en su recorrido por las calles del pueblo, siempre se puede ir y venir.

En Palomares del Río se vivía el encuentro de su Simpecado con el de Gelves, su madrina, que este año cumple sus bodas de plata. “Más de 25 años pasando por estas calles”, cantaban los peregrinos al compás de sevillanas. Y es que desde 1993 hasta el 2000 hacían el camino juntas, Palomares al abrigo de su madrina. La estampa volvió a repetirse con la unión de ambos Simpecados. Primero Palomares y a escasos metros Gelves. En el primero destacaba la madera, en el segundo la plata. En torno a las 10.30, se separaron. Gelves tomaba el camino por Coria del Río y Palomares se marchaba en dirección hacia Almensilla al grito de ¡Viva la Virgen del Rocío!

Con Dos Hermanas salieron de la parroquia de Santa María Magdalena unos 500 romeros que acompañaban a la carreta del Simpecado nazareno que lucía para la ocasión lilium amarillo en el último año de la joven junta de gobierno que preside Jesús Torres Sánchez. La carreta portaba un cirio blanco en defensa de la vida y un lazo blanco y amarillo en honor de la beatificación de Juan Pablo II. Tampoco le faltan los seis ramilletes de olivo natural y aceitunas de cerámica en homenaje a los aceituneros nazarenos.


La Puebla del Río también inició ayer el camino hacia la aldea almonteña entre el calor de su gente. Con menos romeros y vehículos que el año anterior, cuando se celebró su 75 aniversario. En este Rocío 2011, las calles de La Puebla lucieron como nunca al son de las carretas tiradas por bueyes y adornadas con mimo, los cánticos entonados por el coro joven, los caballistas y el Simpecado, arropado por un sinfín de romeros que, entusiastas, iniciaron un nuevo camino.

Por delante quedan jornadas intensas de camino, entre la marisma sevillana, la onubense y los paisajes inigualables de Doñana. Unos días, tan sólo, para dejar atrás el polvo de la Raya y adentrarse de manera vital en las entrañas mismas de la aldea de El Rocío.

De Alcalá de Guadaíra partieron más de 300 peregrinos, 17 carretas y el Simpecado camino de Almonte. Fueron muchos los alcalareños que ayer dedicaron buena parte de la mañana a despedir a los romeros, como los alumnos del colegio Salesianos y los ancianos de la residencia La Milagrosa a quienes los romeros dedicaron una salve. Este año las carriolas son menos. Donde eran más de 20, ahora hay 17. La misma gente, pero más apretados para resistir la crisis.  

Son sólo cinco de las salidas, a las que hay que sumar el cruce del Guadalquivir en barcaza de Carmona, Utrera, Los Palacios, Dos Hermanas, Osuna y Écija, que propiciaron la jornada más viva y sevillana en el embarcadero de Coria. Ya queda menos para llegar ante Ella.

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