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Una vida dedicada a la empresa

El empresario y ex diplomático Manuel Prado y Colón de Carvajal, fallecido hoy en Sevilla, nació en Quito (Ecuador) el 17 de noviembre de 1931 y se trasladó a España a los siete años, donde desarrolló una intensa carrera en el mundo empresarial.

el 05 dic 2009 / 09:06 h.

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El empresario y ex diplomático Manuel Prado y Colón de Carvajal, fallecido hoy en Sevilla, nació en Quito (Ecuador) el 17 de noviembre de 1931 y se trasladó a España a los siete años, donde desarrolló una intensa carrera en el mundo empresarial.

Descendiente directo del almirante Cristóbal Colón, era licenciado en Derecho por la Universidad de Madrid y en Economía por la London School of Economics y había cursado estudios superiores en La Sorbona de París.

A principios de la década de los cincuenta empezó a trabajar en la Bolsa de Madrid y después en una empresa de importación de maquinaria agrícola.

Posteriormente, fundó su propia empresa de importación de maquinaria y se especializó en el sector naval con la venta de buques a varios países latinoamericanos.

Presidió la Asociación Nacional de Constructores Navales durante cinco años y a finales de los sesenta se asoció con el grupo argentino Wemberg y participó en la creación de empresas del sector metalúrgico como Olarra, Llodio y Tubacex.

También fue presidente de la Société Generale de Banque en España, de Ericson y de Industrias de Telecomunicación (Intelsa).

Con el inicio de la democracia en España, durante la Legislatura Constituyente (1977-1979), fue senador por designación Real.

Fue presidente ejecutivo de Iberia de septiembre de 1976 a noviembre de 1978 y compatibilizó este cargo con la presidencia de la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (Iata).

En 1978 fue nombrado presidente del Centro Iberoamericano de Cooperación y embajador de España en Misión Extraordinaria.

Fue presidente de la Comisión Nacional de los actos del V Centenario del Descubrimiento de América (1981-1982) y en 1982 defendió con éxito la candidatura de Sevilla para la celebración de la Exposición Universal de 1992.

Después, Manuel Prado y Colón de Carvajal trasladó su residencia a Suiza y continuó con su actividad empresarial.

Allí presidió Vilassar Internacional y fundó la inmobiliaria Trebol.

Prado fue vicepresidente de Grand Tibidabo (1990-1992) y vicepresidente de Tibigardens (1991-1992), empresa promotora del parque temático Tibigardens (actualmente Port Aventura).

Miembro del consejo de administración de la Expo 92 en representación del Ayuntamiento de Sevilla, en diciembre de 1992 fue nombrado presidente de Partecsa, empresa que gestionó el parque tecnológico Cartuja 93 y que abandonó tras ser imputado en el caso Tibidabo.

En 1996 fue nombrado presidente de honor de la compañía que reutilizó las infraestructuras de la Expo.

Era además presidente y promotor de la Fundación Cristóbal Colón desde 1991.

Prado y Colón de Carvajal ingresó el 26 de abril de 2004 en la cárcel de Sevilla para cumplir una condena de dos años por el caso Wardbase. Por razones humanitarias se le concedió el segundo grado penitenciario dos meses después.

Como responsable de Grand Tibidabo, fue condenado en 2008 por apropiación indebida a tres meses de prisión por la Audiencia Nacional en el caso de la descapitalización de la compañía catalana.

El Tribunal Supremo ya le había condenado a un año de prisión por apropiación indebida en septiembre de 2007 por un desvío de dinero del Grupo Torras.

Al margen de su actividad empresarial, Manuel Prado, que fue reconocido con las Grandes Cruces al Mérito Aeronáutico y al Mérito Naval, presidió Adena-España y fue fundador de la Fundación contra la Drogadicción (FAD).

Como consecuencia de un accidente de circulación, a la edad de 18 años le fue amputado el brazo izquierdo.

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