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Valderas hace de la "rebeldía" contra Rajoy seña de la Junta

El líder de IU pide a Griñán “ir más allá” del pacto y forma bastión con el socialista contra los recortes

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El coordinador regional de IU y futuro vicepresidente de la Junta, Diego Valderas, ayer antes de su intervención. / efe

Por imperativo legal va a ser la expresión-refugio de IU para justificar todo lo que la coalición de izquierdas asuma en primera persona una vez entre en el gobierno con el PSOE. Ésta será una legislatura en la que todos los partidos echarán mano de fórmulas parecidas, ya que, a priori, nadie parece querer aplicar recortes que inevitablemente se producirán.

El coordinador regional de IU, Diego Valderas, subió ayer a la tribuna en su registro de vicepresidente in pectore -así le llamó Javier Arenas- y lanzó una advertencia: "Sólo acataremos por imperativo legal la política de recortes del Gobierno. No podemos aceptar la permanente amenaza de intervención ni el chantaje del vaciamiento del Estatuto".
Valderas ha empezado a solapar los objetivos de su formación a los del PSOE, y Griñán le respondió con la misma sintonía. Pero el líder de izquierdas aún se reservó el derecho de seguir ostentando la conciencia "crítica y autocrítica" del nuevo gobierno. Como vicepresidente, Valderas confrontará con Rajoy y con Arenas; como líder de IU pidió a Griñán "ir más allá de lo pactado en el acuerdo programático". "IU no renuncia a las propuestas programáticas no pactadas", dijo blandiendo el gastado ejemplar del Estatuto que le ha acompañado durante la campaña electoral. "Hoy se somete usted a investidura, pero también el pacto al que hemos llegamos. Tiene usted nuestra confianza, pero no es un cheque en blanco", le espetó.

El próximo vicepresidente está llamando a las puertas del Gobierno exigiendo "la supresión de sueldos que estén por encima del presidente y la limitación del gasto en asesores". No explicó de dónde se recortarán los 2.700 millones del presupuesto, simplemente se limitó a proponer "medidas imaginativas, atrevimiento e ingenio para hacer políticas". Después volvió a abrir el Estatuto y leyó "un artículo maravilloso que aún está vigente" (el 156): "Toda la riqueza de la comunidad está subordinada al interés general", dice el texto.

Sintonía. En ese doble perfil que acaba de estrenar, Valderas anunció que habrá despidos en la Junta, aunque los que salgan se irán con 33 días por año, y no con 20 como permite la reforma laboral. "Nos declaramos en rebeldía ante la reforma laboral. No podemos aplicarla a nuestros empleados laborales", aseguró.

De repente los discursos de Griñán y de Valderas parecen un continuum, uno es la continuidad del otro, y las piezas que antes era humanamente imposible encajar, ahora parecen amoldarse unas con otras. El presidente del PP lo notó enseguida, y en su turno le recordó a Griñán que no hacía ni dos días que "marcaba distancias entre la socialdemocracia [que abanderaba el PSOE] y el comunismo de IU".

Todavía el enemigo común es mayor pegamento que la unión de sus programas. Los dos socios se hablaron con complicidad, pero Griñán dio más cancha a las críticas que Valderas hizo al PP, que a las ideas que éste vertió para el gobierno. Al contrario que su compañero, el líder socialista no se salió del guión pactado con IU. "Arenas apoyó el Estatuto con nosotros y ahora debe convencer al Gobierno para que retire el recurso contra las oposiciones de profesores", dijo Valderas. "Lo que quiere la ciudadanía es lo que dijo Arenas antes del 25-M: recortar en todo menos en sanidad y educación", respondió Griñán.

A un oído acostumbrado a los debates plenarios de la pasada legislatura no deja de sorprenderle esta armonía, porque el contenido ideológico de lo que dice Valderas no ha cambiado tanto desde el último mes. Arenas dijo que "Griñán se ha acercado más a Valderas, que Valderas a Griñán". A IU también le gusta pensar que es así.

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