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Vecinos de Nervión se sienten "atemorizados" por la venta ilegal

Denuncian que grupos organizados se apostan en una esquina de Eduardo Dato, donde intentan captar clientes para comprarles móviles y tecnología

el 12 feb 2015 / 11:00 h.

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«Se pelean entre ellos. Y no hay pelea en la que no termine un anciano del barrio rodando por los suelos». Lo contaba ayer a este periódico el presidente de la asociación vecinal Nervión Unido, Luis Carrero, y se refería al mercadeo ilegal que, según dijo, tiene tomada la esquina de Eduardo Dato con la calle Goya, para «entrar a los clientes que van a vender» sus pertenencias (sobre todo, móviles y tecnología) a una conocida tienda de compraventa. El problema no es ya su actividad, comentó Carrero, sino que se trata de «un problema muy serio de seguridad» que los tiene «atemorizados»: «Hay puñetazos, patadas, peleas muy serias», además de «acoso»: «Cada vez que pasa uno por allí con una bolsa le preguntan ¿vas a vender algo?, ¿vas a vender algo?». La esquina de Eduardo Dato donde, según la asociación, se producen los hechos denunciados. / El Correo La esquina de Eduardo Dato donde, según la asociación, se producen los hechos denunciados. / El Correo Explicaba ayer este representante vecinal que la Policía «no logra echarlos, porque dicen que no tienen potestad para ello». Por las indagaciones que llevan meses haciendo los propios residentes, se trataría de varios grupos organizados. «Hay marroquíes, rumanos y españoles. Ahora serán unas veinte o treinta personas las que actúan delante de este tramo. Los españoles son los que más peleas empiezan». Luis Carrero acompañó estas palabras con una carta en la que explicaba que alrededor de dicha tienda se ha creado un comercio clandestino de objetos de segunda mano que funciona todos los días de la semana. Esta actividad se ha venido incrementando en los últimos años y con ello las quejas de los vecinos y comerciantes por el mal ambiente que genera dicho mercado. Se nutren de aquellos que se quieren deshacer de algún objeto que no necesitan y, principalmente, de aquellos que quieren eludir los controles a los que se verán sometidos si intentan vender sus objetos en cualquier tienda de segunda mano». «Esta era una zona tranquila y familiar», añadía, «y últimamente se ha convertido en una zona con muy mal ambiente, acoso a vecinos, miedo en personas mayores, con peleas constantes, gritos, orinas en portales, algunos robos etc… Algunos comercios han cerrado, otros se ha trasladado a otras zonas y los que quedan se están pensando cerrar por la perdida de clientes ya que a ciertas horas da miedo pasar por esta zona». Y hasta ahí podían llegar. «Esta asociación exige contundencia municipal para controlar esta situación, el vecindario está harto, e incluso algunos vecinos están proponiendo medidas más drásticas que queremos evitar y si no se soluciona de manera definitiva este problema, convocaremos protestas vecinales. No queremos buenas palabras ni gestos de los políticos, exigimos el cumplimiento estricto de la ley».

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