Cofradías

Versos de cuna desde San Jacinto

«Ojalá me llamen cuando sea grande para el Maestranza», sueña el niño Manuel Barragán tras dar el I Pregón Infantil de la Estrella.

el 01 mar 2014 / 22:32 h.

El niño Manuel Barragán, en el IPregón Infantil de la Estrella. / Pepo Herrera El niño Manuel Barragán, en el IPregón Infantil de la Estrella. / Pepo Herrera A sus once años tiene claro qué debe tener un buen pregonero:«devoción y fe», responde sin titubeos y con un convencimiento abrumador. Dos ingredientes que Manuel Barragán Rasero demostró tener de sobra en el I Pregón Infantil de la Estrella que ayer pronunció con soltura en el salón de actos de la casa de hermandad. Tenía «algunos nervios» aunque los disimuló bastante bien debajo del impecable traje de chaqueta –con corbata y cordón de hermano al cuello– que lució en su intervención. Antes, otro pequeño de la cofradía, Miguel Ángel Lucena, esbozó la trayectoria de este jovencísimo pregonero criado en la calle Alfarería y alumno del colegio Nuestra Señora del Rosario de Pagés del Corro. «La presentación ha sido maravillosa», resumía Manuel al agradecer con un efusivo abrazo las palabras que anunciaron su pregón. La liturgia del acto prosiguió su ritmo de una manera impecable. Manuel empezó a anunciar lo que está por venir en Triana y que conoce «desde pequeño» de la mano de su abuela materna, a quien debe su devoción por la Virgen de la Estrella: «A las cinco [hora de salida de la cofradía], me llamaba y me vestía de nazareno para meterme en las filas a la altura del callejón». Unos primeros pasos en el mundo de las cofradías que han marcado la formación de Manuel y de otros muchos niños del viejo arrabal. Estas vivencias de nazareno y «de cuando la veía en la capilla» estuvieron muy presentes en su pregón que duró 40 minutos. Durante este tiempo fue repasando cada una de las devociones trianeras «por orden de salida», desde Pasión y Muerte el Viernes de Dolores hasta el Cachorro, ya en la madrugada del Sábado Santo, en su regreso por la calle ancha de Castilla. Casi de cabeza, sin apenas apoyarse en el papel que tenía delante, Manuel fue relatando la Semana Santa de la otra orilla, aquella que naciera al calor de Santa Ana y la que, años después, pusiera rumbo a Sevilla cruzando el antiguo puente de barcas con La O. También las hermandades de gloria tuvieron su sitio. Pero fue la Virgen de la Estrella, a la que acompaña el Domingo de Ramos con cirio en el sexto tramo, la más piropeada. A ella dedicó bastantes poesías, en su mayoría aprendidas de los pregones que veía por televisión. Uno de los más aplaudidos fue en el que encadenó, a modo de letanías, las devociones marianas de Triana, amén de su Virgen de Montemayor, de la que también es hermano: «Ay Madre de Dios/del Rosario en tus manos/ eres Carmen del Puente/ y de tu Triana Auxiliadora/ eres Rocío de la mañana/ Montemayor de gracia/ y del barrio Patrocinio/ Victoria y Esperanza/Salud para los enfermos/y O que en San Jacinto aguarda/ Soledad que desde San Lorenzo viene a Triana/ Estrella de la Caridad/ Estrella de la mañana». La caridad no sólo se nombró sino que también estuvo presente en el acto al destinarse el euro de entrada a la bolsa de caridad de la hermandad. La decisión fue propuesta por el mismo grupo infantil de la Estrella que hace unos meses acordó la organización de este pregón vía whatsapp. «Tienen un grupo en los móviles de los padres, a través del cual idearon hacer esto, así como que tuviera fines benéficos, como el Belén Viviente que desde hace dos años viene celebrándose en Navidad y donde, a petición de los pequeños, se recogen juguetes para familias necesitadas», explicó Víctor Mora, secretario segundo de la hermandad. Solventada con éxito la misión de pregonar para los niños, Manuel se quedaba con un momento concreto: «Cuando le cantamos la salve en acción de gracias a la Virgen de la Estrella junto con mis compañeros», confesó este alumno de sexto curso que, además de la Estrella y Montemayor, es hermano de la O y la Soledad de San Lorenzo. La de ayer no fue su primera exaltación pública. Con cinco años le tocó leer «un poema sobre Semana Santa en el colegio», subrayó sonriente. Manuel quiere seguir formándose y creciendo en esto de los pregones. Mirando al futuro, dice que le gustaría dar el de la juventud de Triana y, dispuestos a soñar, por qué no el de Semana Santa: «Ojalá me llamen cuando sea grande para el Maestranza. Sería una ilusión muy grande y pondría todo mi empeño», aseguró al tiempo que reveló cuáles son sus pregoneros de referencia: «El del año pasado [por Francisco Javier Segura Márquez] y el de Rodríguez Buzón», reveló entusiasmado. Pese a no haber ido nunca al teatro a escuchar uno, Manuel no pierde la esperanza de cambiar la tele por el directo, aunque, eso sí, este futuro pregonero defiende el actual modelo del anuncio de la Semana Santa de Sevilla: «No lo cambiaría. Lo importante es cómo y qué se dice». Es la visión que tiene la cantera más novel.

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