Cultura

Viaje a la mente de un superdotado

El superventas Marcos Chicot se pasa al ‘thriller’ con ‘La Hermandad’, su nueva obra

el 05 dic 2014 / 16:00 h.

Marcos Chicot, el rey de las listas de e-books más vendidos en España. / El Correo Marcos Chicot, el rey de las listas de e-books más vendidos en España. / El Correo Cuando Marcos Chicot se quedó a las puertas del premio Planeta y supo que no le publicarían su novela, difícilmente podría imaginar que ésta vería la luz finalmente... Y se convertiría en el e-book más vendido del mundo en 2013. Tras el fulgurante éxito de El asesino de Pitágoras, este licenciado en Psicología Clínica, Económicas y Psicología Laboral regresa a los anaqueles de novedades con una obra en cierto modo vinculada a aquel superventas, y al mismo tiempo muy distinta: La hermandad, que acaba de ver la luz en el sello Duomo. «Esta es una novela independiente, autoconclusiva y de un género distinto, pero tiene capítulos con historias del pasado y personajes que aparecían en El asesino de Pitágoras», comenta el autor, quien reconoce que empezó a escribir esta nueva obra como una secuela. «Pero La hermandad se centra en la actualidad, es un thriller sobre unas cuestiones muy concretas: ¿se puede manipular el cerebro? ¿cuáles son sus límites?». La lucha clásica del bien contra el mal, una trama que se prolonga 2.500 años, son el telón de fondo de una historia protagonizada por tres superdotados que se las verán con un oscuro enemigo: Daniel, un investigador que quiere replicar un cerebro en su ordenador; Elena, profesora de psicopatología que está trabajando en entrenamientos cognitivos, e Irina, empleada de una agencia de publicidad interesada en el poder de manipulación de la mente. «Cuando se conocen los tres, hay tensiones entre ellos, investigaciones, peligros y giros inesperados», adelanta Chicot. Por otro lado, la novela mira al pasado para fijarse en Ariadna, la hija de Pitágoras, que ha tenido ya su hijo con Akenón. Cuando encuentran un pergamino con un pentáculo invertido, el símbolo que representa todo lo contrario a las enseñanzas de su sabio padre, se desatará una espiral de violencia detrás de la cual se adivina una mente poderosa y despiadada. «En esa parte todo, las amenazas, los peligros, las tensiones y las muertes, ocurren en un solo día», advierte el autor, que sin embargo desarrolla los capítulos ambientados en el siglo XXI en unas tres o cuatro semanas. «Mi obsesión era que la novela fuera entretenida, lo más thriller posible», comenta este madrileño de 1971. «Que el lector no suelte la novela desde la primera página. Pero para ello, pensé que tenía que ser interesante, y que lo sería si contaba cosas que fueran verdad. Con El asesino de Pitágoras estuve tres años investigando, en esta parto de veinte años de investigaciones sobre el cerebro, pero sin soltar rollos, dejando esbozos por aquí y por allá. Yo intento escribir lo que me gusta leer», agrega. El poder manipulador de las sectas o la fuerza de la hipnosis –que permite, por ejemplo, operar a alguien sin necesidad de anestesia– son otras de las materias abordadas en esta ficción, que pretende desterrar mitos «como que solo usamos el diez por ciento de nuestro cerebro», pero desde luego también alertar sobre las posibilidades de este campo, «pues se puede incluso convencer a alguien de que renuncie al instinto principal del ser humano, que es seguir vivo», dice Chicot. «El conocimiento del cerebro está explotando ahora, y nos está dotando de una tecnología estupenda para combatir el alzheimer, la demencia, la epilepsia... En malas manos, claro, ese conocimiento puede ser peligrosísimo», apunta. Marcos Chicot es de los escritores a los que la etiqueta best-seller no les parece peyorativa, y reconoce su deuda con gente como Ken Follet, «sobre todo en los libros en los que mete temas reales», o Stephen King, algunos de cuyos títulos «sirven para aprender mientras te enganchas». De ellos se confiesa «admirador, porque heredero podría ser presuntuoso», dice. Pero también se declara devoto de, por ejemplo,una saga tan popular como Juego de tronos. «No solo me inspiro en libros, me fijo también en series de televisión. Me he visto muchas veces ante el televisor, con el portátil entre las piernas, diciendo ¡qué idea más buena! ¿Cómo se traduce eso al lenguaje literario? No puede ser que la televisión sea entretenida, fascinante y sencilla, y un libro tan arduo». Mientras promociona La hermandad, Marcos Chicot ya piensa –y avanza a buen ritmo– en una futura entrega, que no conformará en ningún caso una trilogía con ésta y El asesinato de Pitágoras. Lo demás, dice, se verá en su momento.

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