Economía

Víboras encarga de urgencia 2 millones de vacunas por la lengua azul más letal

La aparición del serotipo más dañino en Cádiz cambia la estrategia de la Consejería, que hace unos días se encomendaba al tiempo para que el mosquito desapareciera.

el 06 nov 2014 / 00:17 h.

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Dos veterinarios vacunan al ganado contra la enfermedad de la lengua azul en una finca gaditana en 2004. /  Carrasco Ragel (EFE) Dos veterinarios vacunan al ganado contra la enfermedad de la lengua azul en una finca gaditana en 2004. / Carrasco Ragel (EFE) La fuerte bajada de temperaturas en los dos últimos días tras un muy prolongado verano juega a favor de la desaparición del mosquito que transmite la enfermedad de la lengua azul (o fiebre catarral ovina, que padecen los animales rumiantes y que en ningún caso se transmite a las personas). Sin embargo, la reciente aparición del serotipo más peligroso del virus, el que causara auténticos estragos en el pasado en la cabaña regional –con mortandad de ovejas y cabras– en una finca gaditana, ha obligado a la Consejería de Agricultura a encargar de urgencia dos millones de vacunas. Una Consejería que hace unos días se encomendaba a que empeorara el tiempo tras reconocer que tampoco tenía vacunas contra la cepa menos virulenta de la enfermedad. Dos millones de dosis de vacunas para hacer frente al serotipo 1 del virus de la lengua azul, «uno de los más dañinos», y establecer un cordón sanitario que dificulte su propagación por el territorio andaluz. Es el anuncio realizado ayer por la consejera del ramo, Elena Víboras. Pero una cosa es encargar y otra vacunar. «El retraso, en este caso, va en nuestra contra. ¿Cuánto tardarán?», se quejan fuentes de las organizaciones agrarias de Sevilla, quienes dicen no entender cómo, una y otra vez, la enfermedad coge «desprevenida» a la Administración a pesar de haberse convertido en un mal endémico para la ganadería andaluza. El pasado 31 de octubre se declaró un brote del serotipo 1 de lengua azul en Tarifa. «Se trata de uno de los más virulentos y dañinos de los 24 serotipos diferentes de este virus, que no se transmite por contacto directo o indirecto entre animales, sino a través de mosquitos de la especie culicoides, que son los vectores biológicos, si bien no todas las especies de culicoides resultan vectores eficientes de la enfermedad», según recordaron en el departamento de Elena Víboras. Los laboratorios no tienen reservas de las vacunas. Es decir, han de fabricarse. A demanda. De ahí que se pierda un tiempo vital para evitar la propagación. «Si las temperaturas no hubieran bajado, ¿qué hubiera ocurrido sin existencia de una previsión necesaria?».   ¿QUIÉN COSTEA? Desde 2008 no se detectaba el serotipo 1 de la lengua azul en Andalucía, la comunidad más expuesta a la enfermedad por su cercanía a África, por donde entra el mosquito que la transmite. Las dosis, en principio, llegarán en unos diez días. Desde Asaja y COAG reclaman que sean costeadas por las administraciones públicas, y apuntan a una vieja reivindicación: esto es un problema de sanidad animal no sólo de España sino del conjunto de la Unión Europea (UE), «que tendría que ayudar a nuestro país para frenarlo». Esa cepa del virus convive con la del 4, menos peligrosa pero presente en seis de las ocho provincias andaluzas –se libran Granada y Almería–. Por tanto, se hace necesaria una doble inmunización de los rumiantes. «Es más, esa vacunación tendría que ser generalizada y obligatoria, y así lo deberían establecer las autoridades comunitarias». Aunque la lengua azul afecta sobre todo a ovino y caprino, también se transmite al vacuno. Y es aquí donde aflora otra cuestión problemática: mientras que los ganaderos andaluces de ovejas y cabras suelen estar organizados en cooperativas, que organizan los engordes y traslados de animales dentro de Andalucía, no existen cebaderos importantes de vacuno en la región, de ahí la mayor necesidad de trasiego de terneros hacia instalaciones de comunidades vecinas. ¿Y? Pues que el movimiento de animales está sometido a limitaciones. «La prevención y el control de las enfermedades transmitidas por mosquitos resultan de una gran complejidad. Por ello, se recomienda el control de los vectores para impedir la diseminación del virus con insecticidas y repelentes o de mallas que impidan la entrada de los mosquitos en las explotaciones. Se recomienda, asimismo, la desinsectación de los transportes y de los animales», aconsejaron en la Consejería. Aunque el calor otoñal se ha ido, el problema de hoy se puede trasladar a años venideros por esta ausencia de previsión, según incidieron las fuentes. Eso sí, consideraron que la rapidez al actuar no sólo atañe a la Junta de Andalucía, sino también al Gobierno central y la UE.

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