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...Y ahora viene lo más difícil

La elección de Griñán sólo tendrá sentido si sirve para mejorar Andalucía.

el 14 mar 2010 / 09:20 h.

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Lo dijo José Rodríguez de la Borbolla: " La ejecutiva que salga del congreso será heredera de la historia más brillante del PSOE andaluz". Ahí está el reto y la responsabilidad de José Antonio Griñán: heredar un patrimonio de excelencia en organización y victorias electorales y al mismo tiempo convencer a los andaluces -y al propio PSOE- de que es posible mejorar y sacudirse un desgaste de tres décadas con un equipo joven, formado y capaz de dar respuesta a la encrucijada de la crisis y el paro.

A tenor del resultado, el Congreso extraordinario ha sido un éxito rotundo para José Antonio Griñán. El apoyo histórico del partido a su candidatura y el posterior aval a la nueva ejecutiva -con el borrón de la desconcertante dimisión del Secretario provincial gaditano Francisco González Cabaña- son hoy realidades incontestables, por las que casi nadie habría apostado hace sólo unos meses cuando Griñán y los problemas y desconfianzas surgidas de la bicefalia precipitaron la celebración del congreso extraordinario dos años antes de la hoja de ruta marcada por Manuel Chaves y Luis Pizarro.

José Antonio Griñán y el PSOE andaluz han logrado una sucesión -otra más- modélica en las actuales circunstancias, aunque al nuevo secretario general le haya costado un esfuerzo enorme combinar el deseo de reducir su ejecutiva con la realidad de aprobar un nuevo órgano de dirección que al final tendrá 41 miembros, tres más que el saliente. Lo ocurrido en la negociación de la madrugada del sábado es fiel reflejo de que no ha sido nada fácil casar las exigencias de Griñán, que aludió a los "equilibrios, no a los repartos" en las cuotas territoriales con los deseos de contentar a los secretarios provinciales.

A las 2.45 horas del sábado, aún seguían las ocho delegaciones en el salón habilitado en Fibes con módulos prefabricados para distribuir las distintas dependencias en las que las provincias iban estudiando perfiles y nombres para las necesidades planteadas por Griñán, que insistió horas antes en "contar con los mejores para cada puesto" sin reparar en su procedencia. Al filo de las tres de la madrugada salió el secretario provincial de Cádiz, Francisco González Cabaña, con gesto muy contrariado. Su objetivo era ser nombrado Secretario de Organización, alegando compensación por la salida de dos pesos pesados gaditanos como Chaves y Pizarro. Pero el puesto ya tenía el nombre de Susana Díaz, por lo que se le ofreció la Secretaría de Política Institucional.

Cabaña se retiró a su hotel y conversó con Luis Pizarro, que nada tuvo que ver en su posterior decisión de volver a Fibes y aceptar el cargo sin que su delegación estuviera al tanto de la opcion elegida, lo que le obligó a dimitir a primera hora de la mañana, provocando el primer borrón de la nueva ejecutiva formada unas horas antes. Ni siquiera les dio tiempo a quitar la silla vacía del plenario.

Cádiz fue la anécdota en una noche en la que el resto de secretarios provinciales fueron saliendo hasta las cuatro de la madrugada tras haber colocado a sus peones. A las 4.20 horas salió José Antonio Griñán: "¿Ha sido difícil, presidente?", preguntó una periodista. "Ufff", espetó un agitado Griñán que acababa de enfrentarse a la primera prueba de fuego del PSOE andaluz: los equilibrios orgánicos y territoriales.

Pero no será la única. Casi sin solución de continuidad, Griñán se enfrentará a una crisis de gobierno, adelantada ya con el nombramiento de la malagueña Rosa Torres como Presidenta del PSOE-A, lo que precipitará su salida de la Consejería de Cultura. El compromiso de Griñán de reducir consejerías y eliminar delegaciones provinciales será el nuevo reto, mucho más difícil que el de nombrar la ejecutiva, porque pisará importantes callos territoriales y desmontará estructuras en las que las direcciones provinciales se han apoyado para colocar a sus militantes más cualificados.

José Antonio Griñán tiene ahora las manos libres para decidir. Y por delante le esperan no pocos problemas: la remodelación inminente de su gobierno, el relevo en la alcaldía de Sevilla -una capital fundamental para evitar el asalto de Javier Arenas a la Junta-, la resolución de la crisis y el paro... En el debe tiene las encuestas; en el haber, una gran capacidad de mejora frente al techo limitado del PP. Porque el PSOE, que atraviesa uno de sus peores momentos electorales, tiene un importante margen de recuperación de su electorado desmovilizado.Griñán ha salvado con éxito el rubicón de su liderazgo orgánico.

Ya es el líder indiscutible del PSOE andaluz y puede decirlo abiertamente sin generar polémicas. A partir de ahora será responsable de los resultados electorales que han de venir. Pero su designación sólo tendrá sentido si vale para mejorar Andalucía, para servir a todos los andaluces. Ése es el reto de Griñán. El más difícil de todos.

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