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In fraganti

Harry Peulevé, el espía inglés y héroe francés que murió en Sevilla (y II)

Condecorado como héroe por Francia e Inglaterra tras IIGM concluimos la intensa vida de Peulevé, tras viajar por el mundo antes de fallecer –extrañamente- en Sevilla

Juan-Carlos Arias jcdetective /
05 ago 2023 / 04:00 h - Actualizado: 05 ago 2023 / 04:00 h.
"In fraganti","Espionaje","Infarto de miocardio"
  • tumba de Harry Peleuve y rosal Queen Elizabet plantado en su honor / Andalucía Viva
    tumba de Harry Peleuve y rosal Queen Elizabet plantado en su honor / Andalucía Viva

Harry Peulevé recuperó su identidad real tras concluir la IIGM y desmovilizarse como Mayor del Ejército británico. Como otros tantos espías de los que se reveló su identidad, al ser condecorado y ser reconocidos sus méritos públicamente, el ex agente del SOE dejó el uniforme y sus nexos militares en marzo de 1946.

La inteligencia británica nunca olvida a sus mejores profesionales. Tras el cese oficial, Peulevé fue enviado como ejecutivo de la petrolera Shell al lago de Maracaibo. Alternó nuevas identidades personales en distintas residencias de Colombia y Venezuela que le suministró la multinacional.

Para la trama ODESSA, que refugió a nazis en Sudamérica, el ex espía británico era objetivo a batir. Los ex agentes de GESTAPO y SS le vengarían a la mínima. Era aconsejable que Peleuvé adoptara disfraces con los que permaneciera invisible en Sudamérica un ex espía que recuperó su profesión de Ingeniero tras la IIGM. La indiscreción se paga con la vida.

Harry Peulevé, el espía inglés y héroe francés que murió en Sevilla (y II)
Defunciòn Henri Thomas Peuleve / Andalucía Viva

La inteligencia británica tenía protocolos para tales menesteres. Lo ofició con el considerado mejor agente doble de la historia que salvó miles de vidas tras engañar a los nazis en la Operación Fortitude. Nos referimos al desembarco de tropas aliadas en las playas de Normandía (Francia) a muchos kilómetros de donde las esperaban las tropas de Hitler, en Calais.

Hablamos, sin duda, del republicano español Juan Pujol García (1912-1988). Bajo el sobrenombre de Garbo por sus recursos dramáticos, fue condecorado por los nazis y británicos. Acabó dando clases de inglés en Venezuela, aunque oficialmente era empleado de la Shell. Para la petrolera era un empleado español expatriado en sudamérica, no un antiguo espía exiliado del franquismo que contrataron los nazis (Abwehr, inteligencia naval) en Londres, y antes en Lisboa, aunque les engañaba filtrando datos falsos que se artificiaban desde el Almirantazgo y el MI6 (inteligencia exterior del Reino Unido)

El pánico a ser asesinado de Garbo por ex agentes o esbirros de la GESTAPO le acompañó hasta la tumba. Ante la opinión pública el espionaje británico repetía, con filtraciones periodísticas uncluidas, que Garbo murió de malaria en Angola años después de la IIGM.

Norte de África y Caribe

Los años posteriores a la IIGM y sus días sudamericanos sobre Peleuvé son muy parcos en palabras de historiadores y cronistas de la IIGM. La biografía de Perrin apenas los despacha con dos párrafos. Wikipedia hace lo propio. Parece ser que el personaje estaría amortizado tras precipicios personales por los que se despeñaría el ex espía. La vida personal postbélica de Peleuvé, su temprana muerte y su extraña visita premortem a Sevilla elevan las incógnitas sobre el eficaz infiltrado capaz de salir airoso ante cualquier adversidad.

El don de lenguas en Peleuvé añadió el español a su vocabulario tras ser bilingüe franco-inglés. Sus intensos días sudamericanos, amparado por la Shell, le hizo viajar por el Caribe. Siempre desplegó encantos personales y habilidades sociales que ya le salvaron la vida en tiempos de guerra aunque su verdadera fortaleza fue sobrevivir a cualquier precio sin destapar a sus agentes. En 1952 Peleuvé es destinado a Túnez. No se sabe quién le contrató allí. En el país norteafricano el ex espía se casó con la danesa Marie-Louise Jahn con la que tuvo dos hijos, Madeleine y Jean-Pierre. El matrimonio se tambaleaba poco después ante continuas disputas de la pareja y las secuelas de la IIGM en el corazón de Peleuvé. El divorcio llegó en 1956.

Tras su etapa tunecina, Peleuvé trabajó en Egipto, país donde tuvo problemas cuando el Presidente Nasser (1954-1970) originó una crisis internacional por la guerra y nacionalización del Canal de Suez en 1956. El ex oficial del SOE fue deportado del país de los faraones. Nuevamente encontró adversidades en un contexto palpitante de la Guerra Fría (1947-1991).

Peleuvé volvió al Caribe y Sudamérica. Hay muy pocos datos de sus actividades y empleo. Sólo consta entre sus reseñas biográficas un infarto que sufrió en Jamaica en 1960. También, un inconcreto empleo como ejecutivo de la empresa Handy Angle, centrada en la fabricación metálica. La vida del Ingeniero-espía estuvo marcada por haber sido agente del SOE. De ahí parten bastantes incógnitas y datos interesados o ficticios que no tienen por qué ser ciertos.

Harry Peulevé, el espía inglés y héroe francés que murió en Sevilla (y II)
Libro sobre Harry Peuleve-Nigel Perrin / Andalucía Viva

Muerte en Sevilla

Peleuvé dejó muchas interrogantes al abandonar, con apenas 47 años, el mundo de los vivos. En una suite del Hotel Alfonso XIII fue encontrado su cuerpo sin vida a las once horas del 19 de marzo de 1963. Así reza (sic) el certificado de defunción de Peleuvé. El más exclusivo hotel sevillano se ve que es el preferido de los espías. Ya lo frecuentaron como periodistas durante y después de la IIGM Somerset Maughan (para MI6 británico) o Ernest Hemingway (para el OSS norteamericano)

La defunción certificada de Peleuvé en Sevilla según el Registro Civil contiene datos paradójicos. Uno especifica el estatus de ‘casado’, cuando se divorció años antes de fallecer, en 1956. Otro dato, acaso erróneo, es que da como lugar de nacimiento Worthing; las semblanzas más autorizadas de Peleuvé ubican su nacimiento en Hastings, cerca de Sussex (Reino Unido).

Algo sorprendente es quien aparece, en la defunción de Peleuvé, como ‘mandatario’. Suponemos que sería persona de confianza o su contacto sevillano. El certificado de defunción lo identifica como Rafael Rodríguez Díaz, domiciliado en calle Amor de Dios. La muerte, causada por una trombosis según el Dr. Navarro López que la certificó, le sobrevino a Peleuvé muy apartado de sus escenarios vitales. Lejos de la Inglaterra, Francia, Sudamérica, Caribe y el Norte de África que frecuentó en su intensa vida.

Harry Peulevé, el espía inglés y héroe francés que murió en Sevilla (y II)
Placa a Harry Peuleve En Brive-Francia

La lápida de pared, hasta hace poco invisible, del ex espía británico en San Jorge deja entrever muchas ironías. El escaso coste del mármol lo sufragaron desde Londres sus ex colegas del SOE. A todas luces parece que Peleuvé merecería más digna tumba como héroe británico y francés. En dichos países hay numerosos panteones donde se repatriaron muchos militares considerados héroes y condecorados tras la IIGM. ()

Peleuvé, si no aclaran su lápida de ramas y arbustos, seguiría en el más oscuro anonimato. El mismo que protagonizó en las celdas que ocupó tras ser torturado y apresado por los nazis. Unas preguntas se abren paso, llegados a este punto: ¿Qué vino a hacer a Sevilla el ‘ex’ espía? ¿Quién pagaba su elevado nivel de vida? y ¿Por qué lo abandonaron en San Jorge?. Recuerden algo sustantivo: los espías nunca se jubilan.

Cerca de Sevilla conocemos una fascinante historia opuesta a lo que le sucede a Peleuvé. El falso Mayor William Martin recibe flores de autoridades y residentes británicos en el cementerio onubense cada año en una tumba de suelo. Ahí se entierra parte de una exitosa e ingeniosa trama del espionaje británico sobre los nazis durante la IIGM.

Nos referimos a la Operación Carne Picada (Mincemeat Operation). Nadie olvida a William Martín. En realidad, lo encarnaría un cuerpo del galés llamado Glyndwr Michael, ajeno la Marina de Su Graciosa Majestad. La historia de Martin centró libros, monografías, películas (The man who never was es una de tantas), reportajes y genera datos. Martin bautiza una calle, tendrá estatua y bautizó a un incansable colectivo onubense. Es paradójico lo que le sucede a su colega Peleuvé en Sevilla, reportado al olvido. Pero tiene quien le escriba, a los sesenta años de su repentina ausencia del mundo de quienes respiramos. DEP ()


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