In fraganti

Otto Engelhardt, el sevillano que trasciende

Una novela que ficciona la realidad de un sevillano de origen alemán resucita a ‘Don Otto’. Es un ejemplo más de dimensionar y tributar a la figura de un ser irrepetible

Juan-Carlos Arias jcdetective /
03 jun 2023 / 04:00 h - Actualizado: 03 jun 2023 / 04:00 h.
"Historia","Refugiados","República","In fraganti","La Legión","Endesa"
  • Julián Granado.
    Julián Granado.

Hay personajes que superan el olvido asociado a la muerte por su talento, valía y mensaje a generaciones futuras. Otto Engelhardt nació en Brunswick-Alemania en el verano de 1866. El 14 de septiembre de 1936 fue ejecutado y arrojado a una fosa del cementerio de Sevilla. Sus delitos: ser ingeniero, mecenas, pacifista, diplomático, escritor, articulista, inventor y ese molde de buena persona que describió Antonio Machado con palabras precisas.

‘Don Otto’ registra en su biografía contrastada que, tras licenciarse como Ingeniero, trabajó para la AEG en Berlín. Cuando en 1894 se crea la Compañía Sevillana de Electricidad (CSE, hoy ENDESA), fue su primer director y dio luz a una ciudad de velas. Dirigió, después, Sevilla Tramway Company donde le cesaron por ‘germanófilo’, algo obvio por su cuna hasta que renegó del nazismo.

Su alma emprendedora creó SANAVIDA, laboratorio que patentó fármacos. En Villa Chaboya, su palacete neo mudéjar sanjuanero hoy incomprensiblemente abandonado regaló también hospitalidad y refugio a los antinazis. Antes de expropiarlo los franquistas, lo ocuparon mandos de la Legión Cóndor nazi que experimentó en Sevilla con aviones y bombas.

Fue Otto Engelhardt un prohombre en Sevilla, sustantivo en su modernización. También, fue Cónsul alemán entre 1903 y 1919. Mantuvo la neutralidad española y evitó sabotajes en activos de los contendientes durante IGM. Alentó, inclusive, un hospital para heridos de la guerra del Rif.

Don Otto fue el alma de Pro Sevilla, colectivo antibélico que combatió al III Reich. Engelhardt se nacionalizó español tras escribir Adiós Deutschland (1934). Esa fue la génesis de su trágico final, tras ser espiado por el cónsul nazi Gustav Drager. Este no soportaba sus artículos pacifistas en El Liberal de José Laguillo. Queipo de Llano ordenó su fusilamiento, pedido por el cruel prusiano Draeger.

Otto Engelhardt, el sevillano que trasciende
‘Todos los Engelhardt’, de Julián Granado.

El Médico humanista

Julián Granado es un Médico-Estomatólogo. Su bata blanca hereda la mejor versión del galeno que se acerca al humanismo e imita a Mateo Alemán, Felipe Trigo, Pío Baroja o el imprescindible Gregorio Marañón. Nacido en Nerva (Huelva) está entregado a la escritura que le ha otorgado importantes premios. Sus novelas dan fe de ello: Mendizábal el caballero Neto, De Humanidad y polilla, El fajín del Virrey, Ceguera nocturna, La infancia desdichada de Seoane, [TRILOGÍA COLZA: La inocencia del aceite, Plaga de silencio y Los entresijos] Un mundo aparte, El complot Canalejas, La ley del cobre, A la sombra de Jonás Mom y Comorera vuelve a casa.

Ya reseñamos en #Infraganti la última novela de Granado, Carta de Duret (Bohondón Ediciones, 2022). El tema es una misiva que no llegó a su destino como pretexto para construir la historia de un agente doble.

Todos los Engelhardt

La nueva entrega narrativa del Dr. Granado recupera la excelencia de Engelhardt. La ingrata Sevilla le dedicó, por fin, una calle. La Diputación mostró su huella en una exposición. Le citan incontables trabajos periodísticos, monografías, libros y el documental Descubriendo a Otto.

La novela Todos los Engelhardt (Pávilo Editorial, 2023) se ocupa de desvelar las zonas más oscuras y desconocidas del personaje que lo centra. La última entrega de Granado es un relato vital minucioso de ‘Don Otto’. Desde que llegó a la Sevilla de 1894 reemplazando a otro ingeniero –Gutman- que no se aclimató al sur del sur europeo y regresó a Alemania.

Julián Granado le da voz a ese alemán que apenas habla español o lo hace como los telegramas, sin conjugar ningún verbo. El novelista hace un ejercicio de recuperación histórica de aquella Sevilla provinciana que dominaban los conservadores y la doctrina católica. Los socios fundadores de la CSE, burgueses píos, tenían prisa por hacer negocio y pasar a la historia local como emprendedores de vanguardia con técnicos foráneos.

Don Otto impone en el relato su criterio sobre el tejemaneje que sólo ve peligros en el sindicalismo, la ideología o repartir dividendos con los que le llenan los bolsillos. Aquella Sevilla de la desigualdad que despertó la IIª República (1931-1939) y luchas obreras previa se retrata bien.

La fotografía de Granado denota un trabajo previo de documentación en las fuentes de la verdad. De esa que los datos no pueden manipularse por la historia oficial y que sólo ocupa a los escribanos de los vencedores.

La creación literaria de novelista discurre con la realidad de Engelhardt y su alma ubicua. Le hizo imprescindible en una metrópolis que dejó de estar en el mapa del mundo desde que fuera Capital de Indias. La rítmica autoficción del novelista enriquece la figura de un ser irrepetible. La luz de su vida y la sombra de su muerte. Acaso lo mejor y peor de la condición humana.

A lo largo de 406 páginas, el novelista elabora un relato coherente, sincero y nada imparcial (como debe ser) sobre Engelhard y su prisma más digno. La trama incluye una narrativa de excelencias porque eleva el nivel literario a la consulta de interesado o experto para saber más de este importante sevillano que nació en Alemania. La luz se impone a sombras que el franquismo echó a Otto. Es la misma que esperamos le saque de la fosa donde yace una víctima de la más cruel barbarie de un traidor nato como fue el caso de Queipo de Llano, cuyos deudos sí saben dónde llevar flores.

El legado de Otto Engelhardt es vigente durante estos días del 2023. Él nunca obvio sus raíces germanas, ni dejó de emprender, ni de crear lo que suma a la sociedad. Tampoco abandonó en su libro y artículos ese espíritu pacifista que dice alto y claro ‘no a la guerra’.

Lo escrito es especialmente relevante los días es los que se preconiza una IIIª guerra mundial o Rusia avasalla a Ucrania. Este conflicto nos lo vendieron como ‘híbrido’. Pero corre sangre de miles de inocentes, cava más fosas y activa a millones de refugiados. Por eso gritar más fuerte por la paz que ansiaba Don Otto es posible, es un mandato. No es utopía.

El trabajo de Granado sobre Engelhardt es un tributo valioso. Nos recuerda qué importantes son los lazos hispano-germanos y que no debemos repetir los errores del pasado. Que entre humanos nos sigamos matando es un nuevo fracaso colectivo que debemos evitar, cueste lo que cueste.