Ocio

La nueva normalidad del ocio

La nueva normalidad plantea un reto a la ciudadanía española que vas más allá de la calma, la paciencia o el autocontrol.

  • La nueva normalidad del ocio

Fin al confinamiento, fin a la pandemia, pero no se dice adiós al virus. La nueva normalidad plantea un reto a la ciudadanía española que vas más allá de la calma, la paciencia o el autocontrol. Se trata de cambiar un estilo de vida y nuestra forma habitual de hacer las cosas, sino no se podrán mantener las medidas de seguridad y prevención necesarias y tocará regresar hacia atrás en lo que sería un volver a empezar. La Junta de Andalucía ha aprobado una serie de medidas que se van a mantener durante todo este atípico verano que nos espera y probablemente hasta el del año que viene.

¿Y qué va a ocurrir a la hora de salir de casa a pasar nuestro tiempo libre? Que la realidad va a ser otra bien diferente a la que recordamos. Los gobiernos autonómicos son ahora los que tienen que gestionar esta nueva etapa y establecer restricciones que van a ir en pro de la sanidad y en detrimento de la actividad normalizada de la mayoría de sectores económicos. De hecho, muchos locales han decidido no reabrir hasta que no finalizaran las fases de desescalada para así poder albergar a una cantidad de público que pudiera compensar el hecho de estar de servicio. Ahora esto ya no es una opción.

En el caso de los centros comerciales, reabrieron sus puertas desde la fase dos y poco a poco han sentido el alivio de las restricciones. Tendrán que vigilar muy de cerca el aforo permitido en las zonas comunes y que se mantenga la distancia de seguridad en ascensores y escaleras mecánicas. Las colas serán su mayor enemigo. Ya se produjeron en los locales de las marcas más populares del Lagoh nada más reabrir sus puertas. Las medidas de limpieza serán otro de los pilares, con mínimo dos turnos al día y obligado el de antes de cerrar sus puertas cada jornada.

Tiendas, restaurantes y cines que se encuentren en su interior tendrán que hacer lo mismo, aunque muchos han aguantado hasta el final de la desescalada, ya que las previsiones de clientela no eran muy esperanzadoras. En el propio Lagoh, los cines Yelmo fueron las primeras salas de la gran pantalla de Sevilla en abrir las puertas, pero lo hicieron con las mismas películas que tenían antes de que arrancara el confinamiento. Los espectadores tendrán que acostumbrarse a la preasignación de los asientos y a no compartir espacio interior con más de 800 personas. Si son unidades familiares sí que podrían situarse juntos bajo autorización.

Salones de juegos y recreativos son otros que van a tener que extremar las medidas sanitarias y será complicado que recuperen toda la clientela debido a los límites de aforo del 50% de su capacidad. El bingo enracha andalucía es uno de los que ya ha regresado a la actividad, readaptando las secciones del local y cuidando la higienización de sus máquinas, mesas de juego y mobiliario. Las mascarilla es obligatoria llevarla en estos recintos si no se puede mantener el metro y medio de distancia y al utilizar los terminales habrá que usar los geles hidroalcohólicos tanto antes como después.

Y aunque a cuenta gotas, a la reapertura de espacios cerrados de ocio le ponen la guinda alojamientos turísticos y bares y restaurantes. El hecho de tener que mantener un aforo del 50% en zonas comunes, piscinas o spa y de que las actividades que se programen se hagan en grupos de 20 personas como máximo les complica las cosas. En el caso de la restauración, 75% de aforo en barra y desinfección constante de sus espacios. A algunos no les dará para amortizar. El hotel más grande de Sevilla, el Silken Al Ándalus, ha tenido que buscar soluciones y alquilar sus espacios a empresas que lo necesiten. Cambian visitantes y turistas por reuniones de trabajo o exámenes de academias.

Mayor libertad al aire libre

La nueva normalidad del ocio

En espacios donde se esté al aire libre y haya, a priori, menor riesgo de contagio será donde más posibilidades se abran. El 75% del aforo reina para bodas, terrazas de discotecas, congresos, conferencias y parques de atracciones, aunque si es durante una feria se reducirá al 50%. En los zoológicos quedará al 66% y los grupos de actividades podrán llegar a ser de hasta 25 personas. Lo bueno es que sus programas irán más enfocados al público local. El MundoPark de Guillena, que llevaba pidiendo la vuelta a la normalidad varias semanas para no trastocar el día a día de los animales, es uno de los primeros que ha regresado y con reforma incluída.

En estos espacios también es necesario el uso de mascarilla, aunque siempre que se respeten las distancias los visitantes podrán quitárselas si los organizadores así lo indican. Algo similar a lo que ocurrirá en cualquier monumento que se quiera visitar en Sevilla de aquí en adelante. En el caso de solicitar un guía turístico, sí que tendrá que ser concertado con cita previa y en grupos máximos de 30 personas. En el Real Alcázar, abierto desde mediados de junio, el turismo local ha predominado y lo positivo es que no se han tenido que hacer largas colas como ocurría con la llegada del turista extranjero.

Museos, bibliotecas y salas de exposiciones también navegarán en torno a los dos tercios del aforo. Visitar todo aquello de la provincia que por cercanía hemos ido aplazando y al final nunca observamos, empieza a ser una opción a valorar. Al menos hasta que las reglas de la nueva normalidad se acaben transformando en nuestra normalidad. Algo para lo que aún queda.

Comparte