Fútbol

Nadie sabe en qué piensa Messi

El tiempo no se deja gambetear, mientras el futuro de Lionel Messi con el FC Barcelona todavía es incierto, ¿qué pensamientos rondarán su cabeza aparte del balón?

  • Nadie sabe en qué piensa Messi

Conforme el mercado de invierno se aproxima, no extrañaría que algún casino abra mercados de apuestas sobre la posible salida de Lionel Messi del Barcelona. En qué condiciones, a qué equipo, y si se producirá en este u otro momento. Incluso si esto realmente llega a ocurrir.

En el documental que Alex de la Iglesia dedicó al prodigio argentino en 2014, alguien menciona que “el idilio entre el Barça y Messi va a ser eterno”. Ahora, la posible disolución de ese vínculo despierta el morbo del mundo, y la verdad es un poco triste, independientemente de la preferencia en hinchada que se tenga.

La historia del Barcelona con Messi es una de las pocas que quedan en que la unión de un jugador con un club trasciende el ámbito meramente económico. Hay razones para decir que el Barça le salvó la vida a Messi, y sobra decir que este, en bastante más de un partido, le salvó la vida al equipo blaugrana.

No menos cierto es que el tiempo ha pasado. El astro argentino ya no burlará a cinco rivales en un espacio de 3 metros, aunque sigue siendo una ventaja indiscutible. Lógicamente Ronald Koeman hizo lo posible para conservarlo luego del desmantelamiento generalizado del plantel, siempre será mejor tenerlo a tu favor que en tu contra. En cuento a los pensamientos que atraviesen la mente del jugador mientras ve cambiar su función en la cancha y en el equipo donde conoció la gloria solo podemos especular.

Servir al equipo

Durante en su estancia en el Barça, Messi ha convivido con figuras muy poderosas. Grandes jugadores cuya personalidad, aparte, les ganaba un adjetivo: el empuje de Puyol, la astucia de Iniesta y la samba de Ronaldinho. A Messi era como si le bastase con jugar fútbol. Bien puede argumentarse que el gafete de capitán lo ha ganado por antigüedad antes que por personalidad.

Cuentan que la abuela de Messi predijo que sería el mejor jugador del mundo porque nunca nadie sabía lo que estaba pensando. Resulta evidente que Messi siempre está pensando en fútbol. Y su rostro de inmutable inocencia es el sueño de todo entrenador: un asesino con cara de niño.

Imagínense el grado de agradecimiento que alguien así tiene con quien hizo su sueño realidad. Alguien que solo piensa en fútbol y en su país natal no pudo seguirlo haciendo. De repente, el club de tus sueños ofrece pagarte el tratamiento que necesitas para seguir creciendo, para seguir pensando, jugando fútbol. Cuando, el verano pasado, Messi declaró que no deseaba involucrarse en batallas legales con el Barça seguramente ideas parecidas a estas rondaban su mente.

El otro día, Koman sentó a Messi frente al Real Betis durante todo el primer tiempo. Al entrar, demostró por qué sigue siendo un jugador necesario dentro del terreno de juego. El hecho, sin embargo, vino a corroborar cuánto ha cambiado su papel. Esta no será la primera vez que haya vivido un cambio radical en el Barça. De hecho, fue lo que pasó cuando Guardiola sacó a sus hermanos, Ronaldinho y Eto’o, para construir un equipo alrededor de él. La diferencia ahora es que, con jugadores como Ansu Fati o Pedri en ascenso, él debe servir al equipo.

Sueño de fútbol

El gran pendiente de Messi permanecerá con la selección argentina. La comparación ineludible con Maradona. Si este se echa encima al equipo, el otro puede definirte el partido en un suspiro. Estas cavilaciones quedarán para los ociosos.

Pensamientos distintos al fútbol tal vez visiten con mayor frecuencia la mente de Messi. Pensamientos relacionados con el paso del tiempo, la seguridad económica y la incógnita del futuro. ¿A quién no le sucede eso de hacerse adulto? Nadie nos quitará la fortuna de haber vivido en la misma época del chico que no se sabía en qué pensaba. Del chico que sólo pensaba en fútbol. Como en un sueño.

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