Nómadas digitales en Andalucía

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Si pensamos en los motores económicos que impulsan el desarrollo de la vertiente sur peninsular, probablemente, lo primero que nos venga a la cabeza sea la palabra turismo. Quizás también aparezca hostelería. Y poco más. ¿Por qué ocurre esto? Por un lado, porque se trata de dos sectores estructurales tradicionalmente básicos para la economía andaluza, y por otro porque, por haber sido esta la situación durante muchos años, han sido dos sectores que han acaparado gran parte de la atención y el fomento por parte de las autoridades gubernamentales. Pero lo cierto es que los atractivos del sur; su estilo de vida, su clima, su gastronomía, su historia, su arte, sus gentes... pueden ser aprovechados mucho más allá del sector turístico, hostelero y de restauración. Atraer talento digital puede ser otra de esas vías, y el nomadismo digital, es la piedra angular para impulsar a Andalucía hacia un futuro más moderno, conectado y vanguardista.

La sociedad andaluza está cambiando, y cada vez resulta más evidente la importancia de la transición digital y el desarrollo tecnológico para mantenerse a la altura de los retos del mundo de hoy. Es responsabilidad de las instituciones generar un contexto en el que los nuevos empleos del presente y el futuro tengan cabida, fomentando con ello la diversidad y favoreciendo las infraestructuras que hacen posible la conectividad, la interactividad y la adaptabilidad a las nuevas realidades laborales. Algunas de ellas parecen empezar a tomar medidas en esta dirección, aunque aún falta dar mucha más visibilidad a esos nuevos modelos de trabajo que hacen posible mediante una VPN, como ExpressVPN, trabajar a distancia a través de la red para empresas situadas a lo largo y ancho del país, o incluso allende los mares. Así es, las nuevas realidades laborales han hecho posible que un porcentaje mucho más grande de trabajadores pueda trabajar lejos de la sede de su empresa. Y Andalucía se presenta como una alternativa a tener muy en cuenta para muchos de ellos.

Un nómada digital no es un visitante cualquiera, tiene una serie de necesidades básicas. Muchos de estos trabajos se suelen realizar en los llamados coworkings, o espacios de trabajo compartido. Se trata de lugares con buena conectividad, un ambiente de trabajo propicio donde hay posibilidades de generar comunidad y hacer networking, y unas instalaciones adaptadas a las nuevas generaciones de trabajadores digitales. La transición hacia estas nuevas formas de trabajar se está poniendo de manifiesto también en Andalucía. Cada vez están surgiendo más de estos espacios en el sur peninsular, especialmente en grandes ciudades como Sevilla o Granada, dos de las capitales principales de la autonomía, que parecen estar avanzando en la dirección de atraer talento digital.

Se trata de un recorrido novedoso, una situación muy nueva en la que todo el mundo aún está aprendiendo. Sin embargo, las posibilidades que ofrece el nomadismo digital, tanto a los trabajadores (ofreciendo una mayor flexibilidad, una mayor capacidad de organización y en definitiva, una mayor autonomía) y a la empresas (menores gastos, mayores tasas de productividad, acceso a talento internacional, etc), se extienden también a las arcas públicas y a la economía local ya que este tipo de profesionales suelen contar con situaciones laborales ventajosas (pongamos el ejemplo del sector de la ingeniería informática o de software, donde se estima que hay un porcentaje nulo de desempleo), y niveles de renta que les permiten gastar, dinamizando con ello las regiones en las que se asientan.

Como vemos, parece que los nómadas digitales son el futuro (y el presente) que nos espera, y que han llegado para quedarse. Aquellas regiones capaces de atraer este talento habrán dado un paso de gigante para asegurarse un futuro adaptado a los retos venideros. Veremos si Andalucía termina de destaparse como una de ellas.

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