Antes de verano

Sánchez impulsa ahora el Estado palestino para aprovechar el ímpetu diplomático internacional favorable

El presidente se ha dado tres meses para el reconocimiento | La presidencia de Malta del Consejo de Seguridad en abril y la coordinación con los países árabes, clave

El presidente palestino, Mahmoud Abbas, junto a Pedro Sánchez. / EFE

Mario Saavedra

Pedro Sánchez y el PSOE llevan años prometiendo que, en el Gobierno, iban a reconocer a Palestina como Estado. Ahora, el presidente ha puesto fecha tope: antes de que termine el primer semestre del año. Es decir, antes de tres meses. El anuncio, hecho en su último viaje a Oriente Próximo, se produce en el contexto de la peor ofensiva de Israel contra Gaza (más de 33.000 muertos, el 70% de las infraestructuras destruidas, hambruna) y mientras Hamás mantiene secuestrados a 134 israelíes en la Franja.

¿Por qué ahora? ¿Qué va a ocurrir en las próximas 12 semanas? Hay dos fechas clave: la presidencia de Malta del Consejo de Seguridad durante este mes de abril, y las elecciones europeas del próximo 9 de junio. El primer acontecimiento tiene una relevancia práctica y diplomática; el segundo, una lectura política. Además, la matanza en la Franja ha generado en la opinión pública una ola de solidaridad que abre una ventana de oportunidad propicia al reconocimiento. Hasta tal punto que Francia ha dejado la puerta abierta a dar el paso. 

Sánchez metió primera sobre la cuestión el pasado 22 de marzo. Organizó un cónclave con países afines a la causa del reconocimiento de Palestina en los aledaños de la cumbre europea de Bruselas. Irlanda, Eslovenia y Malta firmaron una declaración conjunta con España en la que se comprometían a reconocer a Palestina como Estado. La presencia de Malta era clave: ostenta la presidencia del Consejo de Seguridad y, por tanto, tiene la potestad de introducir asuntos en la agenda del día.

Eso es lo que hará previsiblemente en los próximos días. El pasado miércoles, la Autoridad Nacional Palestina dio oficialmente el paso, y pidió oficialmente a la ONU que se la considerara candidata a ser “Estado miembro” de pleno derecho de la organización. Palestina dice espera que el Comité de Admisión de Nuevos Miembros del Consejo, que incluye a los 15 países que lo componen actualmente, se reúna a puerta cerrada para estudiar la solicitud antes de que finalice el mes sagrado musulmán del Ramadán, el 9 de abril. 

Además, el 18 de abril, el Consejo tiene fijada su reunión trimestral para analizar la situación en Oriente Próximo. La presidirá el ministro de Exteriores maltés, Ian Borg, y se espera que comparezca el secretario general, António Guterres. En función de los resultados de ese debate, se pueden programar más encuentros durante este mes de abril. 

Todo apunta, pues, a que este mes habrá en la sede de Nueva York un auténtico frenesí diplomático alrededor de la cuestión del Estado palestino. Una inercia que quiere aprovechar el Gobierno español.

Veto de Estados Unidos, pleno de la Asamblea General

Es previsible que Estados Unidos vete cualquier propuesta en el Consejo de Seguridad, porque el reconocimiento del Estado palestino sin un acuerdo con Israel es una línea roja para Washington. Por tanto, la propuesta entraría en vía muerta. 

En ese caso, desde Moncloa aseguran que “tienen motivos para creer” que el grupo de países árabes lo llevará entonces a votación en la Asamblea General. Lo saben probablemente de buena tinta: entre Sánchez y Albares han realizado seis giras por Oriente Próximo en los últimos cinco meses: Arabia Saudí, Qatar, Jordania, Egipto, Turquía, Palestina…

Si el “lobby” árabe lleva una propuesta de resolución para que se admita a Palestina como Estado miembro a la Asamblea General, al menos 140 países previsiblemente votarán a favor. Podrían sumarse otros más, entre ellos Irlanda, Eslovenia, Malta y España, y quizá Portugal, Bélgica o incluso Francia. Esto no tendría efectos concretos, pero generaría debate político y diplomático. Es algo similar a lo que ha ocurrido con la invasión rusa de Ucrania: Rusia vetaba las resoluciones en el Consejo de Seguridad, pero la Asamblea General le mandaba mensajes de condena. 

En esa eventual reunión, además, el ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, tendría la ocasión de defender la posición española: condenar a Hamás como grupo terrorista, pedir un alto el fuego y reconocer diplomáticamente a Palestina como Estado para impulsar la solución política de dos Estados, en vía muerta desde hace décadas. Una opción viable, con continuidad territorial, con salida al mar y capital en Jerusalén Este, segura y que garantice la seguridad de Israel, según ha estado insistiendo el ministro de Exteriores estos meses. Los países tendrían que retratarse en ese debate, especialmente Alemania y Estados Unidos, los dos principales aliados de Israel. Se visibilizaría su soledad global. 

Países con la puerta abierta

Se trata, insisten fuentes del Gobierno, de aprovechar un momentum único. Entre otras cosas porque existe una ola de solidaridad tanto en España como en el sur global y en buena parte de las sociedades occidentales por el sufrimiento palestino. Y más países podrían subirse a esa ola y añadir sumarse a los 139 de 193 países de la ONU que ya reconocen a Palestina. “Desde el comienzo de la guerra, más y más países son reacios a apoyar lo que el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu y su Gobierno está haciendo en Gaza”, ha dicho el presidente en una entrevista con Al Jazeera. 

El presidente francés Emmanuel Macron aseguró el pasado mes de febrero que el reconocimiento del Estado palestino ha dejado de ser un tabú en su país. Abría así la puerta al movimiento, destinado a añadir presión política a Israel, cuyo Gobierno y Parlamento se oponen frontalmente a la creación de un Estado palestino. 

El presidente de Bélgica se ha mostrado muy crítico con Israel. Alexander de Croo viajó con Pedro Sánchez a Israel y Palestina y fue crítico con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. Ahora debe mantener la neutralidad política porque preside el Consejo de la Unión Europea. Pero es posible que, cuando su presidencia rotatoria termine, precisamente en junio, tenga las manos libres para dar el paso. 

Portugal es otro país que podría sumarse. Históricamente ha sido cercano a la causa palestina, pero acaba de estrenar presidente, el conservador Luis Montenegro. El próximo 15 de abril vendrá a España, donde se verá con Pedro Sánchez. Ahí podría despejar la incógnita de su posición al respecto. 

Elecciones europeas

Desde el 6 al 9 de junio se celebran elecciones en los 27 países de la Unión Europea. Es de prever que el tema de la guerra en Gaza sea una de las claves de política internacional en los debates electorales, junto con el de la guerra en Ucrania. 

Es muy probable que los grupos en liza (PSOE, PP, Sumar, Podemos…) lo saquen a colación. Los socialistas podrían sacar ventaja, porque Sánchez fue de los primeros líderes occidentales en proponer un alto el fuego y criticar los excesos israelíes. Lo ha vuelto a hacer este viernes en una entrevista con Al Jazeera.  Luego se fueron sumando otros, incluidos Alemania y Estados Unidos. 

El PP ha mantenido un perfil bajo al respecto en los últimos meses, sabedor de que las escenas de destrucción y muerte de menores durante medio año en Gaza han opacado las simpatías hacia Israel tras los ataques del siete de octubre. Critican la decisión unilateral de Sánchez de reconocer a Palestina, sin consultarles a ellos y sin tener en cuenta a los socios europeos. Pero no han convertido en arma arrojadiza su posición política, como sí hicieron con el giro respecto al Sáhara Occidental. 

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José María Aznar intentó marcar posición conservadora esta semana, asegurando que no existe el Estado palestino. Pedro Sánchez le respondió con un “existe, y existirá” en redes sociales. Fue el tono político más duro a nivel nacional que ha usado el presidente. En las próximas semanas se verá si el reconocimiento del Estado palestino se convierte o no en una cuestión de debate nacional.

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