Conflicto en Oriente Próximo

Hamás trata de recuperar el control del norte de Gaza tras el repliegue israelí

Funcionarios de ayuda humanitaria, residentes y analistas alertan de que la milicia islamista busca reorganizarse

Andrea López-Tomàs

Las negociaciones para un alto el fuego en la Franja de Gaza quedan muy lejos de la realidad sobre el terreno. Allí, el Ejército israelí no ha rebajado ni un grado la intensidad de los ataques que, en los últimos meses, han provocado 27.478 muertos, según el balance del Ministerio de Sanidad del enclave palestino. Este lunes, la marina israelí ha atacado un convoy humanitario con comida de la UNRWA, la Agencia de las Naciones Unidas para los refugiados palestinos, ha denunciado el organismo. Por parte de Hamás, parece estar tratando de recuperar el control del norte de Gaza después de que Israel le diera por aniquilado en esas zonas, según informaciones recopiladas por el diario israelí 'Haaretz' y el británico 'The Guardian'. Mientras, la maquinaria diplomática avanza sin apenas certezas. El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, ha vuelto a aterrizar en la región, para presionar por un alto el fuego.

A medida que el Ejército israelí concreta el asalto terrestre en la ciudad de Rafah, el extremo sur del enclave, donde se concentra la mitad de su población en busca de refugio, Hamás habría regresado al norte de la Franja. Allí, funcionarios de ayuda humanitaria, residentes gazatíes, analistas y funcionarios israelíes han alertado, según 'The Guardian', de que los combatientes palestinos se están movilizando contra las fuerzas hebreas y reconstruyendo un sistema de gobierno. El Ejército israelí lanzó su ofensiva terrestre empezando por esta zona a finales de octubre. Tras semanas de combates, logró conquistar estos territorios en manos de Hamás y "completar el desmantelamiento de su marco militar en el norte de la Franja de Gaza", dijo el portavoz militar israelí, el contraalmirante Daniel Hagari, a principios de enero. 

Se trata de la arruinada zona norte, incluido el campo de Shaati, los campos de refugiados de JabaliyaShejaiya y la ciudad de Gaza. "La versión del Ejército israelí es que en la parte norte de Gaza la estructura militar básica de Hamás ha sido rota; eso sólo funciona con un ejército convencional pero no para una operación guerrillera flexible como Hamás", explica Michael Milstein del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional, en Tel Aviv, al rotativo británico. "Ya estamos viendo a individuos como francotiradores, colocando trampas explosivas, etcétera", añade, poniendo de manifiesto, de nuevo, las grandes dificultades a las que se enfrenta el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, para cumplir con su objetivo de "erradicar" al grupo palestino.

La milicia, que gobierna de facto la Franja de Gaza desde 2007 y lanzó un ataque contra Israel el 7 de octubre que segó unas 1.120 vidas, quiere lanzar un mensaje. Al intensificar los combates, pese a haber visto su capacidad militar diezmada, intenta demostrar tanto a los civiles de Gaza como a los soldados israelíes que aún mantiene el control. Los residentes del enclave han explicado al medio israelí 'Haaretz' que Hamás y otras facciones están llevando a cabo una guerra de guerrillas desorganizada, intentando atacar vehículos blindados israelíes y abriendo fuego en las calles. Con esta maniobra de distracción, que aún causa bajas y daños, quiere desviar la atención del sur, donde los combatientes de Hamás tratan de resistir el duro embiste de las tropas israelíes.

Visita de Blinken

Hamás también se hace presente a través de policías que acompañan a las organizaciones de ayuda y aquellas actividades humanitarias que dependen del gobierno del enclave. No lo hacen de forma muy abierta ni tampoco de uniforme, porque saben que son objetivos. En paralelo a sus acciones, los ataques israelíes no se detienen. En las últimas 24 horas, al menos 113 personas han muerto y unas 205 han resultado heridas. Al menos una treintena de gazatíes han perdido la vida en ataques aéreos contra edificios residenciales y una mezquita en Deir el Balah, en el centro del enclave.

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Como parte de su quinto viaje a la región desde el 7 de octubre, Blinken ha aterrizado este lunes en la capital de Arabia Saudí. Una de las prioridades de su visita es permitir que entre más ayuda humanitaria a Gaza. También el diplomático estadounidense quiere abordar la situación regional tras los ataques de Washington en Yemen, Irak o Siria contra milicianos apoyados por Irán y que también se han cobrado víctimas civiles. Después de reunirse con oficiales saudíes, visitará Egipto, Qatar e Israel para avanzar en las conversaciones mediadas por los dos primeros con Hamás con el fin de lograr un acuerdo sobre la liberación de los cautivos israelíes y el cese de las hostilidades armadas.

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