Decisión judicial

Julian Assange evita la extradición a EEUU y podrá apelar su caso en el Reino Unido

Los jueces del Tribunal Superior de Inglaterra y Gales han dado parcialmente la razón al activista y le permitirán continuar con su caso ante la justicia británica

Un grupo de manifestantes pide la libertad para Julian Assange en Londres. / EFE

Lucas Font

El fundador de Wikileaks Julian Assange ha logrado una importante victoria este lunes en la vista celebrada en el Tribunal Superior de Inglaterra y Gales. Los jueces han concedido al activista el derecho a continuar con su caso en el Reino Unido, después de que el Gobierno de Estados Unidos no haya conseguido ofrecer todas las garantías exigidas por el tribunal para autorizar su extradición. En un dictamen publicado el pasado marzo, los jueces reclamaron a la administración estadounidense que garantizara que, en caso de ser entregado a la justicia de ese país, el activista no sería condenado a la pena de muerte, no se vería perjudicado por su nacionalidad y estaría amparado por la Primera Enmienda, que protege el derecho a la libertad de expresión.

El Gobierno estadounidense ha garantizado que Assange no será condenado a la pena de muerte pero no ha ofrecido suficientes garantías en la no discriminación del activista por motivos de nacionalidad. Los jueces señalaron el pasado marzo que, al no tener nacionalidad estadounidense, existe la posibilidad de que no cuente con los mismos derechos ante la justicia de ese país, lo cual vulneraría las protecciones contempladas en la Convención Europea de los Derechos Humanos. Los abogados del Gobierno de Washington aseguran que Assange puede plantear la posibilidad de ser protegido por la Primera Enmienda y confiar en que la justicia lo permita, pero sostienen que la decisión final depende de los jueces. 

Recurso total

El tribunal ha considerado, por tanto, que los derechos del fundador de Wikileaks no están plenamente protegidos en caso de ser extraditado y le ha dado la oportunidad de presentar un recurso total a su extradición en el Reino Unido. Algo que han celebrado los cientos de personas concentradas este lunes frente a las puertas de los juzgados en Londres, así como su equipo legal. “Lo ocurrido hoy marca un punto de inflexión”, ha asegurado la esposa del activista, Stella Assange. “Todo el mundo puede ver lo que está ocurriendo. El caso de Estados Unidos ofende nuestros principios democráticos, nuestro derecho a la información y es un ataque contra todos los periodistas”, ha añadido ante un público eufórico.

Assange ingresó en 2019 en la prisión de Belmarsh, en el este de Londres, tras perder la protección diplomática del Gobierno de Ecuador, en cuya embajada se refugió en 2012. Desde entonces ha batallado en los juzgados para evitar la extradición, en un proceso que se ha alargado durante cinco años y que ha tenido un fuerte impacto en su salud física y mental, según su esposa. “Estamos aliviados como familia de que el tribunal haya tomado la decisión correcta. ¿Pero cuánto más puede durar esto? Nuestro hijo mayor cumplirá siete años y todos los recuerdos de su padre están en la sala de visitas de la prisión de Belmarsh”, ha dicho Stella Assange, quien ha pedido su liberación inmediata y una compensación justa, incluido el premio Nobel.

Delitos de espionaje

Por ahora la posibilidad de que Assange sea liberado sigue siendo muy remota, ya que todavía tiene que ganar el recurso contra la totalidad de su caso en el Reino Unido. La única opción para cerrar la causa contra él está en manos del Gobierno estadounidense, que podría retirar los cargos. La administración de Joe Biden abrió la puerta a esta posibilidad, según medios estadounidenses, tras recibir presiones del Gobierno de Australia, país de origen de Assange. El Parlamento de ese país aprobó a mediados de febrero una moción para reclamar el cierre del caso y el regreso del activista a Australia, unos pedidos a los que se han sumado cerca de una docena de países, ocho de ellos europeos. 

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Pero Estados Unidos insiste en que Assange debe ser juzgado por los 17 delitos de espionaje que se le imputan en ese país, además de un delito de acceso ilegal a un ordenador con información clasificada. Unos delitos que podrían suponer una condena de hasta 175 años de cárcel, en caso de que finalmente sea entregado a la justicia estadounidense. El Gobierno de Washington considera que el periodista “conspiró” junto a la exsoldado del ejército estadounidense Chelsea Manning para obtener información clasificada, poniendo en riesgo la vida de los informantes del Pentágono al revelar sus nombres en miles de documentos. Assange filtró, a través de Wikileaks, más de 250.000 archivos relacionados con los crímenes de guerra cometidos por Estados Unidos en las guerras de Irak y de Afganistán.

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