Elecciones generales

El debilitamiento de los servicios públicos y las maltrechas finanzas, principales problemas para el próximo Gobierno en el Reino Unido

Las propuestas suponen el desembolso de importantes sumas de dinero, pero los candidatos de las elecciones generales en Reino Unido aseguran que la campaña no supondrá una subida de impuestos para los contribuyentes

Rishi Sunak, primer ministro de Reino Unido, habla en los actos por el aniversario del desembarco de Normandía

Rishi Sunak, primer ministro de Reino Unido, habla en los actos por el aniversario del desembarco de Normandía / Jane Barlow/PA Wire/dpa

Lucas Font

Falta menos de un mes para las elecciones generales en el Reino Unido y los principales partidos políticos siguen lanzando ambiciosas propuestas para convencer al electorado. Unas propuestas que, en la mayoría de los casos, suponen el desembolso de importantes sumas de dinero pero que, aseguran, no supondrá una subida de impuestos para los contribuyentes. Este difícil equilibrio ha despertado las sospechas del influyente centro de pensamiento Institute for Government, que ha alertado este viernes de que el debilitamiento de los servicios públicos en los últimos años y la delicada situación financiera del país impedirán el cumplimiento de muchas de estas promesas sin aumentar las contribuciones a las arcas públicas.  

El Partido Conservador ha tratado de atraer a los votantes con su propuesta de aumentar el gasto en defensa hasta el 2,5% del PIB en 2030, así como con la implementación del servicio nacional en el ejército para los jóvenes de 18 años y con el anuncio de ventajas fiscales para los pensionistas. Unas propuestas valoradas en miles de millones de libras y que pretende financiar con mayores controles a la evasión fiscal y con el fin del estatus de los residentes no habituales en el Reino Unido, exentos de pagar impuestos en el país por sus ingresos en el extranjero. Los ‘tories’ prevén ingresar más de 6.000 millones de euros con estas medidas, aunque existen muchas dudas al respecto.

Por su parte, el Partido Laborista ha prometido la realización de 40.000 nuevas consultas semanales en el Servicio Nacional de Salud (NHS) y la contratación de 6.500 profesores en las escuelas. Además de mayores controles a la evasión de impuestos, los laboristas prevén financiar estas medidas con la eliminación de las ventajas fiscales para las escuelas privadas y con el impuesto sobre los beneficios de las grandes empresas energéticas, pero falta por ver hasta qué punto serán suficientes para compensar el mayor gasto en los servicios públicos. 

Promesas electorales

Tanto el líder conservador, Rishi Sunak, como el líder laborista, Keir Starmer, han prometido que no subirán los impuestos sobre la renta o las contribuciones a la Seguridad Social, en un intento de tranquilizar a las clases medias y trabajadoras. Pero las dudas sobre el cumplimiento de las promesas electorales han ido en aumento, en un momento de incertidumbre económica y de precarización. “Ninguno de los planes, promesas y políticas que se pregonan son creíbles a menos que también expliquen cómo, además de mirar hacia ese futuro, se enfrentarán a los problemas que tienen encima de la mesa desde el primer día”, explica el informe del Institute for Government, titulado “El precario estado del Estado”.  

En el informe alerta de que la situación del país es peor a la de 2019 y que está muy lejos de la que se encontraron los ‘tories’ cuando llegaron al Gobierno en 2010. Algo que, según la directora adjunta de la institución, Emma Norris, dará poco margen de maniobra al ganador de las próximas elecciones. "Pocos primeros ministros recién elegidos habrán tenido que asumir una lista de problemas tan larga y dolorosa. Muchos requerirán atención inmediata, sobre todo para rescatar servicios al borde del colapso. Casi todos –desde el estancamiento del crecimiento hasta la fragilidad de la función pública– requerirán serias reformas durante la próxima legislatura y más allá".   

Recetas de austeridad

El centro de pensamiento señala que para mantener las promesas electorales en materia de sanidad o de educación, el próximo Gobierno deberá aplicar recetas de austeridad en otras carteras como Interior Justicia, ya de por sí debilitadas. “Las prisiones se encuentran en un punto crítico, la capacidad podría verse superada poco después de las elecciones, lo que obligaría a nuevas excarcelaciones anticipadas de presos y retrasaría los casos judiciales. A pesar de ello, la financiación se reducirá un 5,9% cada año en relación con la demanda en la próxima legislatura”, asegura el informe, que advierte a su vez de que el aumento del gasto en los hospitales tendrá un impacto mínimo tras una década de “financiación insuficiente”.  

A pesar de que la inflación se ha reducido hasta el 2,3%, la recuperación de la economía británica sigue siendo lenta y millones de personas siguen sufriendo las consecuencias del aumento del coste de la vida. Las listas de espera en la sanidad pública han alcanzado nuevos récords y el número de pacientes por cada médico de familia ha aumentado un 18% respecto a 2015. A esto se suma la delicada situación económica de las administraciones locales, que ha obligado a recortar gastos en servicios sociales, bibliotecas o en el tratamiento de residuos. Los principales partidos confían en lograr un mayor crecimiento económico en los próximos meses para mantener a flote unos servicios públicos diezmados, pero por ahora los pronósticos auguran un inicio de mandato complicado para el próximo inquilino de Downing Street.

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