Conflicto en Oriente Próximo

Hizbulá aumenta sus apoyos en el Líbano por su estrategia de presión contra Israel

Desde el inicio de la guerra entre Hamás e Israel el pasado 7 de octubre, el sur del Líbano ha sido escenario de incursiones, bombardeos e intercambios de disparos casi diarios entre las milicias respaldadas por Irán y las fuerzas hebreas

Andrea López-Tomàs

En todos los rincones del Levante mediterráneo la vida cambió el 7 de octubre. En el Líbano, especialmente en el sur, la vida nunca ha vuelto a ser la misma. La escalada de la guerra es una realidad en las zonas aledañas a la frontera donde la milicia libanesa Hizbulá y el Ejército israelí luchan diariamente desde hace más de 100 días. Alrededor de 25 civiles libaneses han muerto en los bombardeos israelíes, entre ellos niños y periodistas, y al menos 140 combatientes de Hizbulá también han perecido. Al otro lado de la frontera, nueve soldados israelíes han perdido la vida. Pero, después de más de tres meses de lucha, algo parece haber vuelto ligeramente a la vida en el Líbano: la popularidad de Hizbulá.

A pesar de que su apoyo siempre se mantiene dividido entre líneas sectarias en un Líbano con 18 grupos religiosos reconocidos en la Constitución, la milicia libanesa logra ganar nuevos adeptos. En una encuesta reciente del Washington Institute se ha registrado "un aumento en la aprobación de Hizbulá en todos los ámbitos" respecto a la última encuesta de noviembre de 2020. Alrededor del 34% de los suníes y el 29% de los cristianos expresan una opinión positiva del partido político libanés, pero su mayor apoyo sigue viniendo de la comunidad chií. El 93% de ellos comparte una opinión positiva sobre Hizbulá y el 89% una opinión "muy positiva". "Definitivamente el sentimiento en el país, especialmente del lado pro-Hizbulá y de la gente que vive en el sur, es que Hizbulá es la entidad que puede protegerlos contra los ataques israelíes", afirma Laury Haytayan, experta libanesa en petróleo y gas en Oriente Medio y el norte de África.

"Hizo algo"

Desde el inicio de la guerra entre Hamás e Israel el pasado 7 de octubre, el sur del Líbano ha sido escenario de incursiones, bombardeos e intercambios de disparos casi diarios entre las milicias respaldadas por Irán y las fuerzas hebreas. La violencia ha despertado viejos fantasmas entre las miles de familias libanesas que vivían a escasos kilómetros de la frontera enemiga y que, a su vez, suponían una de las principales bases de apoyo para Hizbulá. Muchos podrían pensar que las 82.000 personas que han sido desplazadas forzosamente por los ataques, según la Organización Internacional de las Migraciones, podrían retirar este apoyo a la milicia y partido político que, sin unirse a la guerra, continúa con esta estrategia de presión y distracción contra el "enemigo sionista".

"Lo que Hizbulá está haciendo con Israel está muy calculado", aclara Haytayan a El Periódico de Cataluña, del grupo Prensa Ibérica. Después de tres meses de constantes amenazas por una posible escalada, incluido el asesinato de un líder político de Hamás en los suburbios de Beirut, la milicia libanesa ha expuesto su estrategia. "Hizbulá no va a caer en la trampa de realizar algunos actos desmedidos que podrían darle a Israel la oportunidad de ingresar a territorios libaneses y crear ese amortiguador que Israel quiere hoy", añade. Además, los discursos de su líder, Hasán Nasrala, muestran su falta de intención de unirse a una guerra a gran escala. "No tienen el mismo apoyo que en la guerra de 2006 y, aunque apoyan al movimiento palestino, no quieren una guerra en el Líbano", explica Joseph Daher, académico e investigador sirio. "Hizbulá todavía puede decir, sin estar involucrado masivamente en la guerra, que hizo algo", constata el autor de 'Hizbulá: economía política del Partido de Dios' para este diario. 

Aún así, antes de la guerra, la milicia respaldada por Irán, y ahora aliada con Hamás, sufría una amplia crisis de legitimidad. Hizbulá nació hace unos 41 años, en plena guerra civil libanesa, con los objetivos de establecer una república islámica en el país, como hicieron sus aliados de Teherán, y ejercer la resistencia contra Israel. El primer fin ya hace tiempo que lo abandonaron, pero del segundo se seguían vanagloriando tras 15 años sin apenas necesidad de resistir por la ausencia de enfrentamientos. "El apoyo a Hizbulá ha ido disminuyendo desde 2006", constata Daher. "Su participación junto al régimen sirio para derrotar el levantamiento supuso un gran golpe para su apoyo, y también durante el levantamiento en el Líbano del 2019, ya que se convirtió en el actor más importante en el país y considerado responsable de la crisis económica como el resto de los actores políticos y clase económica", añade.

Crisis económica

Más allá del aumento en los apoyos a nivel nacional, la estrategia que está aplicando Hizbulá también puede reforzar su rol en la región. Por ahora, y el acuerdo marítimo entre Israel y el Líbano lo demostró hace dos años, "no habrá ningún acuerdo con el Líbano en relación con la guerra post-Israel-Hamás o entre Israel y el Líbano que no incluya a Hizbulá", subraya Haytayan. "Hizbulá sigue las reglas y no se lanza a la aventura [en estos enfrentamientos] porque, al mismo tiempo, está viendo los beneficios de ello con los estadounidenses" de quienes busca obtener "mayor legitimidad" para ser "más aceptados como quienes verdaderamente controlan el país" y que "no les desafíen como antes", añade esta experta libanesa. 

Pero la guerra no ha cambiado el hecho de que el Líbano sigue sufriendo una de las peores crisis económicas del mundo desde 1850, según el Banco Mundial. Es por eso que una ligera mayoría de libaneses, como lo muestra la encuesta del Washington Institute, está de acuerdo en que "en este momento, la reforma política y económica interna es más importante para nuestro país que cualquier cuestión de política exterior, por lo que debemos mantenernos al margen de una guerra exterior". Eso mismo han defendido los rivales locales de Hizbulá, como las Fuerzas Libanesas o el Kataeb. "Cada vez que vuelve la cuestión palestina, la población de Oriente Próximo se une en torno a la lucha contra Israel, pero un cambio importante respecto de la visión de Hizbulá [en el Líbano] es muy difícil ya que ha dejado de ser un actor libanés, y que se ha consolidado como actor regional involucrado en muchos otros países y en colaboración con Hamás", concluye Daher.

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