EEUU

Harris elige a Tim Walz, un gobernador de la América rural, como su candidato a la vicepresidencia

La demócrata presentará esta noche en sociedad a su nuevo lugarteniente en un mitin en Pensilvania al que seguirá una gira por siete de los estados que podrían decidir las elecciones de noviembre.

El gobernador de Minesota Tim Walz emerge en la pugna para ser el vicepresidente de Harris

Ricardo Mir de Francia

Un antiguo profesor de instituto y entrenador de fútbol americano, criado en diminutos pueblos rurales de Nebraska y con un cuarto de siglo de experiencia militar como voluntario en la Guardia Nacional. Kamala Harris ha elegido al gobernador de Minnesota, Tim Walz, como su candidato a la vicepresidencia tras dos semanas de intenso proceso de selección entre media docena de aspirantes. La demócrata presentará esta noche en sociedad a su nuevo lugarteniente en un mitin en Pensilvania al que seguirá una gira por siete de los estados que podrían decidir las elecciones de noviembre.

Walz era seguramente el más progresista de todos los finalistas, un hombre campechano y jovial que ha sabido agujerear en solo unos días la narrativa republicana con sus coloquialismos y su visión armónica del futuro de Estados Unidos.

Una vez se hizo pública la noticia, Walz reaccionó describiendo su nombramiento como "el mayor honor de mi vida", escribió en X. "La vicepresidenta Harris nos está enseñando la política de lo que es posible. Me recuerda un poco a mi primer día de colegio", dijo antes de pedir a los estadounidense que se sumen a su campaña. Casi en paralelo, su jefa de filas apuntó que Walz "ha obtenido resultados para las familias trabajadoras" como profesor, entrenador, gobernador y veterano del Ejército. Una idea muy distinta a la que lanzaron sus rivales republicanos, que no tardaron en describir a Walz como un "peligroso extremista liberal".

En la decisión de Harris parece haber primado la máxima no siempre seguida por otros candidatos a la hora de escoger a su vicepresidente: lo primero es no hacer daño. Es lo que podría haber ocurrido con el gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, muy cuestionado por el ala progresista del partido por su apoyo incondicional a Israel en Gaza o sus inclinaciones neoliberales. O con el también gobernador de Illinois, J. B. Pritzker, un tiburón de las finanzas criado en una de las familias más ricas del país. Walz es todo lo contrario. Algo parecido a un hombre común, un antiguo profesor de geografía que sirvió inicialmente en el Ejército para poder pagarse los estudios y que conoce al dedillo esa América blanca, rural y venida a menos que ha basculado hacia el trumpismo en los últimos ocho años.

El entorno de Harris había dicho estos días que buscaba a un político con experiencia ejecutiva y buena química personal, alguien con el que pudiera compartir el peso del timón de mando. Walz es de su misma quinta. Tiene 60 años frente a los 59 de la vicepresidenta. Y podría servirle también como antídoto para frente a esa narrativa republicana que la presenta como una liberal elitista de San Francisco. Walz es todo lo contrario. Acabó el colegio en una aldea de 400 habitantes en las llanuras de Nebraska y durante muchos años ha sido miembro de la Asociación Nacional del Rifle, de la que se ha distanciado por su políticas en Nebraska. Walz habla como el estadounidense común. No en vano, su ocurrencia de llamarle 'weird' a Trump y a los suyos, un término coloquial que significa raro o extraño, se hizo viral y se convirtió en uno de los martillos hidráulicos de la campaña demócrata.

Demócrata de la vieja escuela

Pero también tiene muchos amigos en el Congreso en Washington, donde se le aprecia y se le considera un interlocutor de peso tras haber servido en el Capitolio durante 12 años. La matriarca del partido, Nancy Pelosi, aparentemente abogó por su candidatura, al igual que la rama más izquierdosa del partido. Y es que si bien no es un radical, se parece a los viejos demócratas de antaño, con conciencia social, cercano a los sindicatos y sin demasidadas hipotecas aparentemente con Wall Street, Big Tech y las grandes fortunas. Como gobernador en Minnesota, donde fue reelegido para un segundo mandato en 2022 con ocho puntos de diferencia sobre su rival republicano, aprobó medidas como la comida gratuita en los colegios, las bajas médicas y por asuntos familiares, la protección del aborto o la legalización de la marihuana.

En términos de pura estrategia electoral, Walz sirve para apelar al voto del Medio Oeste, el marco geográfico donde se decidirán parte de las elecciones, al voto del hombre blanco y de las regiones despobladas del campo estadounidense. Es el anverso demócrata de J. D. Vance, el candidato de Trump a la vicepresidencia, con la diferencia de que el republicano acabó estudiando en Yale y haciéndose inversor de capital riesgo.

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La elección de Harris se parece de algún modo a la que hizo Hillary Clinton en 2016 al optar por el senador de Virginia Occidental, Tim Kaine, como número dos de su candidatura. Kaine acabó siendo bastante intrascendente. Habrá que ver ahora si la jugada le sale bien a Harris, aunque lo cierto es que la elección del vicepresidenciable raramente tiene un peso decisivo en las urnas.

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