Convención demócrata

Kamala Harris se corona candidata con una oferta de "libertad y justicia" frente a la "amenaza" de Donald Trump

Kamala Harris acepta la nominación como candidata con el respaldo de todo el Partido Demócrata

Agencia ATLAS | Foto: La Presse

Idoya Noain

Idoya Noain

La vertiginosa ascensión de Kamala Harris hasta convertirse en candidata de los demócratas a la presidencia de Estados Unidos ha culminado este jueves en Chicago con su discurso de aceptación de esa nominación. Harris ha planteado el caso para su elección el próximo 5 de noviembre en un ambiente de euforia en el United Center, donde le han recibido con una intensa ovación los miles de invitados y delegados que abarrotaban el estadio que los últimos cuatro días ha acogido la convención de un partido que renace.

Para hacerlo la vicepresidenta, que ha surcado el camino a la nominación desde que el 21 de julio el presidente Joe Biden anunció su renuncia a buscar la reelección y le dio su respaldo, ha blandido su historia personal, sus credenciales y una propuesta política delineada en líneas muy generales pero que ha tenido como un eje central una promesa de "libertad y justicia" y de unidad. Y la ha contrapuesto, en todo momento, a los riesgos y amenazas que asegura que representaría el retorno a la Casa Blanca de su rival republicano, Donald Trump.

"De muchas formas es un hombre poco serio, pero las consecuencias de ponerlo de vuelta en la Casa Blanca son extremadamente graves", ha advertido.

Un hito no mencionado

No ha habido en los 40 minutos de discurso, que Harris ha ofrecido con entrega firme, vestida con un traje azul marino, ninguna mención expresa a la condición histórica de su candidatura, que la convierte en la primera aspirante a la Casa Blanca de color, y solo la segunda mujer tras Hillary Clinton, además de la primera con raíces en Asia (su madre era de la India, su padre de Jamaica). Y es una decisión tomada a conciencia por una candidata que, aún siendo sabedora del importante hito que marcaría su llegada al Despacho Oval, está determinada a no convertirlo en un elemento central de su campaña.

Como la antigua fiscal que es, y como si leyera un pliego de cargos, Harris ha ido enumerando los peligros que plantea Trump, hilvanándolos en detalle y enfrentándolos a cada una de sus propias propuestas y posiciones. Ha desgranado el riesgo de un retroceso aún mayor de los derechos reproductivos en EEUU, donde ya el Tribunal Supremo de mayoría conservadora gracias a Trump derogó hace dos años la protección constitucional al derecho al aborto.

"Han perdido la cabeza", ha dicho al hacer referencia a los planes de forzar a los estados a informar sobre abortos naturales o quirúrgicos. Esa es una de las propuestas que están integradas en el 'Project 2025', la radical agenda para un potencial segundo mandato del republicano, una iniciativa de la que Trump trata, sin éxito, de distanciarse.

Harris ha hablado de otras amenazas de Trump a las libertades y a la democracia, y de su extremismo. Y ha llamado a pensar en "el poder que tendría, especialmente después de que el Tribunal Supremo haya dictaminado que sería inmune de ser perseguido por lo penal".

Un camino adelante

Frente a ello, y en su carta de presentación nacional como candidata, Harris se ha planteado como una opción diferente, luminosa. "Con esta elección nuestra nación tiene una oportunidad preciosa y fugaz de dejar atrás la amargura, el cinismo y las batallas divisivas del pasado, una oportunidad de marcar un nuevo camino hacia delante", ha dicho, empleando una frase que es ya uno de los eslóganes de su campaña.

Usaba también la reiteración de un mensaje que ha latido los cuatro días de convención y que es un claro esfuerzo por atraer a votantes moderados e independientes: la idea de que Harris, y los demócratas, tienen la capacidad de ser un partido de unidad y son, hoy, la formación que representa valores estadounidenses como el patriotismo y la libertad.

Detalles de programa ha habido pocos y será enn las próximas semanas cuando Harris tenga que ir presentando propuestas específicas. Pero sí ha planteado líneas maestras de su programa, destacando especialmente el garantizar las protecciones de los derechos de voto, asegurar más control de armas, arreglar el "sistema roto de inmigración" y asegurar la frontera, y crear lo que llama una "economía de oportunidad".

Lo que sí ha hecho es asegurar que elevar a la clase media será "una meta definititoria" de su presidencia, un compromiso que ha asegurado que es "personal" para ella. "La clase media es de donde vengo", ha recordado.

Ucrania, la OTAN, Israel y Gaza

En sus declaraciones más extensas sobre política exterior desde que enfiló el camino hacia la nominación, Harris se ha situado en el polo opuesto a Trump, acusándole de su afinidad y cercanía a autócratas o de su aislacionismo. Frente a ello, ha declarado contundente: "Me mantendré firme al lado de Ucrania y nuestros aliados de la OTAN".

Harris ha tocado también uno de los temas más conflictivos en este momento para los demócratas: el apoyo de Washington a Israel mientras sigue profundizándose la tragedia en Gaza. Y en una convención que ha sido recibida con manifestaciones en las calles, y donde un grupo de 30 delegados que representan a 700.000 votantes han intentado sin éxito que se diera voz a un representante de los palestinos, la demócrata ha hecho un ejercicio de delicado equilibrismo, uno que le ha ganado en cualquier caso una de las mayores ovaciones de la noche.

La candidata ha mostrado su compromiso inquebrantable con la seguridad de Israel y su derecho a defenderse y ha denunciado los ataques de Hamás del 7 de octubre, pero también ha mencionado la crisis humanitaria en Gaza., añadiendo que "la escala de sufrimiento es devastadora". Y ha reiterado que el presidente Biden y ella siguen trabajando por un alto el fuego que permita "que Israel esté seguro, los rehenes sean liberados, acabe el sufrimiento en Gaza y el pueblo palestino pueda cumplir su derecho de dignidad, seguridad, libertad y autodeteminación". 

Una presentación personal

Harris se ha ofrecido como una presidenta "que lidera y escucha, que es realista, práctica y tiene sentido común y siempre lucha por el pueblo estadounidense". Y ha aprovechado su discurso para seguir trazando ante los ojos de los estadounidenses el autorretrato no solo político sino también personal.

En su historia familiar ha enraizado sus valores: "comunidad, fe, la importancia de tratar a otros como quieres que te traten: con amabilidad, respeto y compasión". También, una inmersión desde pequeña en los ideales del movimiento de los derechos civiles. Y ha citado varias de lecciones que sus padres les inculcaron: "No tengas nunca miedo", "no dejes que nada te detenga", "nunca te quejes de una injusticia: haz algo al respecto", "nunca hagas nada a medias".