El dilema de Sánchez en China: defender el porcino español en Pekín o el coche eléctrico en Bruselas

Sálvese quien pueda. Las represalias comerciales de China por los aranceles europeos a sus coches eléctricos amenaza con dividir a los países grandes de la UE en el frente abierto por Bruselas contra lo que considera competencia desleal del gigante asiático.

Primero fue Alemania, que se abstuvo en la votación de julio en Bruselas, en la que Francia, Italia y España, entre otros, sí votaron a favor de imponer tasas provisionales de hasta un 37,6% a los vehículos de batería eléctrica importados desde China, y más baratos gracias a las subvenciones estatales. Berlín teme que el Gobierno chino responda con represalias a la importación de motores, lo que sería un duro golpe para la automovilística alemana.

Luego, Francia. La semana pasada, Pekín anunció por sorpresa que no va a poner aranceles al brandy europeo, del que el país galo es potencia. En junio, había anunciado una investigación por presunto dumping contra el licor, junto a otras similares a los productos lácteos y la carne de cerdo. Era el primer paso para levantar barreras comerciales a esos productos como represalia a a los aranceles puestos por la UE a su industria de coches eléctricos. Pero Emmanuel Macron recibió en París con honores al presidente chino, Xi Jinping en mayo. A puerta cerrada, hablaron previamente sobre el asunto, y la conversación debió de salir bien. Macron agradeció a Xi entonces “su apertura de mente sobre las medidas provisionales hacia el cognac francés”. Francia movía ficha para defender a sus productores.

Italia también lo ha hecho. La primera ministra italiana viajó a Pekín a finales de julio. Xi Jinping recibió a Giorgia Meloni y ambos firmaron un plan de acción trienal para implementar acuerdos alcanzados con anterioridad y abrir nuevas formas de cooperación.En plena tensión por los vehículos eléctricos, Meloni firmó con Xi un acuerdo de colaboración industrial que incluye vehículos eléctricos y energía renovable. 

Posición de España sobre aranceles a los vehículos chinos

Ahora le toca el turno a España. Pedro Sánchez viaja a China desde este sábado y hasta el próximo jueves. Estará en Pekín y Shanghái y se verá previsiblemente por segunda vez con Xi, tras el encuentro de marzo del año pasado. 

Sobre la mesa estará la investigación por dumping a las exportaciones de cerdo y lácteos, según confirman a este periódico fuentes del Gobierno, aunque Moncloa subraya que no será el único foco de la visita. 

El objetivo de Sánchez es conseguir, como Macron, que la investigación abierta por China contra el cerdo no se traduzca finalmente en la imposición de aranceles que dañen a la industria española.

España es el principal exportador de cerdo a China de la Unión Europea. Vendió al país asiático productos porcinos por un valor de 1.223 millones de euros, un 20% del total de exportaciones de este tipo de carne de nuestro país. Un aumento de aranceles podría hacer daño al sector, que pide que se frene una posible guerra comercial con ellos como daño colateral. El sector lácteo español es poco significativo, con algo menos de 100 millones de euros al año

¿Cambios en el voto sobre aranceles a los coches eléctricos chinos?

Los aranceles a los coches eléctricos chinos son provisionales. Se deben consolidar para los próximos cinco años en una votación a finales de octubre. Y las sucesivas giras y encuentros del líder chino con los europeos hacen temer que pretenda hacer cambiar la dirección del voto de los grandes socios europeos. ¿Cambiará España el sentido de su voto a cambio de que no haya nuevas tasas para la carne de porcino?

“¿Es casualidad que hayan ido Meloni y Sánchez a China antes de la votación? El Gobierno de Pekín juega como siempre a dividir a la UE, porque Europa no tiene fuerza. Otros países han puesto aranceles más altos (100% de Canadá o Estados Unidos o 40% de Turquía), con menos debate y transparencia, y no ha pasado nada”, opina en conversación con este diario desde Hong Kong Alicia García-Herrero, directora jefe de economía para Asia-Pacífico en el banco de inversión Natixis. “Además, Pekín aprovecha para meter miedo al ciudadano diciendo que es el ciudadano europeo el que pagará el precio de los aranceles a los coches eléctricos, cuando no es cierto: el margen que tienen los fabricantes chinos es del 100% del precio de venta en China".

Fuentes del Gobierno que prefieren no ser citadas reconocen que el asunto del porcino es importante para España, pero que también lo es el de la industra del vehículo eléctrico. España fabricó 158.000 coches eléctricos en 2023, el 6,5% del total de la producciónY que ahí también podemos sufrir por el dumping sobre los coches eléctricos. En el fondo, alegan, lo más importante es salvar a la industria europea de las prácticas abusivas chinas.

Represalias de China a los aranceles del coche eléctrico

El problema recuerda a cuando en los ochenta se temía la potencia de la industria automovilística japonesa. Aquello se resolvió fabricando parte de los coches nipones en Europa. Pero el gigante asiático cuenta con toda la cadena de producción, alegan las fuentes consultadas. Y no solo eso: también es dueña de parte de los sistemas de transporte, como los llamados Ro-Ro para cargar y descargar cargamento rodado en buques o ferris.

Varias empresas de coches eléctricos negocian con la Comisión Europea un acuerdo sobre precios y volumen de ventas para evitar los aranceles, según informa Político. 

Inversión china en España y déficit comercial

China ha decidido volver a salir al mundo tras replegarse durante la pandemia de covid. Su potencial inversor es clave: Pekín tiene inversiones relevantes en España. Fabrica baterías en Cáceres, por medio del grupo chino Envision y su filial creada en España Envision Aesc Spain. En Andalucía, el grupo inversor chino que ha comprado la planta de Airbus en Puerto Real para producir aeroturbinas y está creciendo sólidamente. En Barcelona, la empresa china Omoda ha recuperado la factoría de Nissan de la Zona Franca que cerró sus puertas en 2021 y van a hacer un coche chino con el formato CDK, kit de montaje, en el que no se fabrica allí el coche pero sí se ensambla.

Pero España mantiene desde hace décadas un dramático déficit comercial con el país asiático, entre los mayores de la UE. La diferencia entre lo importado de China y lo exportado allí fue de 33.968 millones de euros en 2022, un récord histórico. Aún peor: la tasa de cobertura de España con China (porcentaje de las exportaciones que pueden pagarse con las importaciones registradas) fue del 17,1% en 2023. 

Sánchez tendrá que hacer equilibrios en los próximos días entre la defensa del porcino y del vehículo eléctrico, entre el potencial inversor de China y el reajuste de la balanza comercial.