Elecciones EEUU 2024

El segundo intento de asesinato de Trump reabre las dudas sobre el Servicio Secreto de EEUU

Biden dice que el cuerpo de seguridad "necesita más ayuda" y el candidato republicano señala a la responsabilidad del presidente y Kamala Harris por su "retórica"

Los policías arrestan a Ryan Routh, el domingo.

Los policías arrestan a Ryan Routh, el domingo. / AP

Idoya Noain

Idoya Noain

El Servicio Secreto de Estados Unidos, el cuerpo que se encarga de proteger a presidentes, expresidentes, candidatos y sus familias, vuelve a estar bajo intenso escrutinio tras el intento de asesinato de Donald Trump el domingo, el segundo en poco más de dos meses contra el republicano. Aunque esta vez se ha aplaudido la pericia de un agente, que vio el cañón de un rifle sobresaliendo entre los arbustos que rodean el campo de golf en Florida donde estaba el expresidente y candidato, disparó al menos cuatro veces y provocó la huida del sospechoso, luego detenido e imputado este lunes de momento con dos cargos federales preliminares vinculados al arma, se redoblan los interrogantes sobre la capacidad del Servicio Secreto de cumplir su misión en un país polarizado y donde, a menos de dos meses de las elecciones presidenciales, se dispara la amenaza de la violencia política.

El presidente Joe Biden ha declarado este lunes que “el Servicio Secreto necesita más ayuda”, señalando específicamente a la necesidad de incrementar el personal, y ha dicho que “el Congreso debe responder a sus necesidades”. 

Ya el domingo, en su comunicado oficial tras el incidente, había anunciado que ha dado órdenes a su equipo para que sigan “asegurando que el Servicio Secreto tiene todos los recursos, capacidades y medidas de protección necesarias para asegurar la continua seguridad del expresidente”, un mensaje que ha apoyado también la vicepresidenta y candidata demócrata, Kamala Harris. 

Llamada bipartidista

Los líderes demócratas no están solos en esa llamada, que llega desde todo el espectro político. El grupo de trabajo bipartidista que se estableció en el Congreso para investigar el primer atentado contra Trump ha solicitado una sesión informativa con el Servicio Secreto. Y el principal republicano y demócrata en ese panel han expresado que siguen “profundamente preocupados por la violencia política”. El presidente de la Cámara Baja, Mike Johnson, ha sugerido que esa sesión tendrá lugar la semana que viene, a finales de la cual espera que haya "informes y recomendaciones y el Congreso actuará rápido”. “Necesitamos que se rindan cuentas”, ha añadido.

Ro Khanna, congresista demócrata de California, también ha urgido a una comparecencia inmediata. “Dos intentos de asesinato de un expresidente y candidato republicano en 60 días son inaceptables”, ha escrito en un mensaje en X en el que ha llamado a que se aprueben inmediatamente todos los recursos necesarios para ampliar el perímetro de protección.

Ese perímetro es actualmente más reducido en el caso de Trump que en el de Biden, al no tratarse de un presidente en activo, como ha explicado Ric Bradwhaw, el sheriff del condado de Palm Beach. “Si fuera presidente todo el campo de golf habría estado rodeado, pero como no lo es la seguridad se limita a las áreas que el Servicio Secreto considera posibles”, ha dicho.

Ademàs, otro interrogante sobre la actuación del Servicio Secreto se ha abierto después de que el sospechoso, Ryan Wesley Routh, fuera imputado este lunes. En el documento judicial se explica que gracias a los datos de su móvil se supo que pasó 12 horas en las inmediaciones del campo de golf de Trump. Eso apunta a que ni los agentes del servicio ni de la policía local lo detectaron al hacer un barrido de seguridad previo a la llegada del expresidente.

Tras el primer atentado contra Trump, que resultó levemente herido por una bala en una oreja en el mitin en Butler, los flagrantes fallos del Servicio Secreto en aquel caso pusieron al cuerpo en la picota. La directora, Kimberley Cheatle, compareció ante el Congreso y asumió su responsabilidad y se vio forzada bajo la presión de republicanos y demócratas a presentar su dimisión poco después. Le ha sustituido como director en funciones Ronald Rowe, que se ha trasladado a Florida tras el intento de asesinato del domingo, permanecerá allí de forma “indefinida” mientras se investiga y este lunes tenía prevista una reunión con Trump.

Cambio en la metodología

Rowe ha participado en una rueda de prensa de las autoridades en West Palm Beach después de su reunión con Trump. Ha defendido que el domingo todo funcionó: el trabajo de los agentes, la metodología de protección y las mejoras que se han hecho a la protección de Trump después del atentado de julio. Rowe asegura que desde su llegada al cargo está convencido de que hay que estudiar la metodología de protección y pasar de un modelo reactivo de respuesta a uno más preventivo que asegure que están listos para amenazas.

Rowe ha explicado también que Routh nunca tiuvo en la línea de visión al expresidente y que no realizó ningún disparo contra los agentes antes de huir. También ha dicho que la visita de Trump a su campo de golf no estaba en su agenda pública y "se suponía que no iba a ir en primer lugar", lo que deja en el aire si Routh sabía o no, o cómo, que el expresidente iba a acudir allí.

Trump responsabiliza a Biden y Harris

Pese a la unidad en torno a la necesidad de apoyar al Servicio Secreto, la conversación empieza a salpicarse también de tintes partidistas. El propio Trump ha asegurado que el hombre que intentó atentar contra él “creyó la retórica” de Biden y Harris,, que lo retratan como “una amenaza a la democracia”, “y actuó de acuerdo a eso”. 

Su retórica está haciendo que me disparen, cuando soy quien va a salvar al país y ellos los que están destruyendo el país”, ha dicho el presidente en unas declaraciones esta lunes a la web de Fox News. ”Ellos son la verdadera amenaza”, ha añadido el candidato republicano, que ha falseado su propio historial de retórica incendiaria y ha dicho: “Yo puedo usarla también, mucho mejor que ellos, pero no lo hago". En noviembre del año pasado, por citar un ejemplo, llamó a sus enemigos políticos "alimañas".

Este lunes Trump ha señalado a Biden y Harris por “una combinación de retórica y demandas”, en referencia a los casos legales en su contra que, sin pruebas, asegura que son parte de una persecución política. 

“Estas son las cosas que escuchan locos peligrosos, como este tirador, y lo mismo con el primero”, ha declardo Trump en referencia a Ryan Wesley Routh, el sospechoso detenido este domingo, y a Thomas Matthew Crooks, que fue abatido por un francotirador del Servicio Secreto tras sus disparos en el mitin de Butler (Pensilvania).

Horas más tarde Trump ha profundizado en sus quejas en un mensaje en X, acusando a Biden y la "camarada Kamala Harris", uno de sus insultos recurrentes a la candidata, de haber "llevado la política en nuestro país a un nuevo nivel de Odio, Abuso y Desconfianza". "Por esta retórica de izquierda comunista las balas están volando e irá a peor", ha dicho, antes de lanzar otra de sus diatribas plagadas de xenofobia cono los inmigrantes y hablar de una supuesta "invasión".

En Florida, mientras, el gobernador republicano, Ron DeSantis, ha contribuido también a enturbiar las aguas. Después de anunciar el domingo que el estado pondría en marcha su propia investigación de lo ocurrido, este lunes ha sugerido que los investigadores federales pueden tener un conflicto de interés. "Las mismas agencias que persiguen a Trump en esta jurisdicción están ahora investigando esto", ha dicho en una aparente referencia al papel que el FBI tuvo en la redada en Mar-a-Lago en el caso del suspuesto manejo irregular del republicano de los documentos clasificados que se llevó de la Casa Blanca (una cuestión por la que fue imputado por lo penal pero que de momento una jueza nombrada por él ha desestimado). "Puede no ser lo mejor para este país", ha añadido.

Johnson, el ‘speaker’ de la Cámara de Representantes, ha subrayado por su parte en unas declaraciones en Fox News este lunes por la mañana que Trump “es el más atacado, el más amenazado, incluso más que cuando estaba en el Despacho Oval”. Y el ultraconservador ha dicho que tiene “cero fe” en el secretario de Seguridad Nacional del gobierno de Biden, Alejandro Mayorkas, al que la Cámara Baja intentó someter a un juicio político por su gestión de la inmigración.