Caso Pelicot

Dominique Pelicot: "Soy un violador, como todos los demás acusados, que lo sabían todo"

El acusado de drogar a su mujer durante 10 años para ofrecerla a decenas de hombres desconocidos, que también abusaban sexualmente de ella, ha comparecido esta mañana sin eludir ninguna de las preguntas del tribunal

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Agencia ATLAS | Foto: EFE

Leticia Fuentes

La primera declaración de Dominique Pelicot, el principal acusado en el caso de las violaciones de Mazan, frente al Tribunal de Aviñón se esperaba desde hacía días. Su abogada afirmó que su cliente quería declarar y pedir perdón, y que lo haría cuando se encontrase mejor de salud. Y así ha sido. Este martes, minutos después de instalarse en el box de la Sala A del Tribunal, Pelicot ha reconocido todos los hechos entre lágrimas: "Soy un violador, como todos los que están en esta sala. Lo sabían todo y no pueden decir lo contrario. (...) Lamento lo que he hecho, aunque eso sea imperdonable”.  

El acusado de haber drogado a su mujer durante 10 años para que decenas de hombres desconocidos abusaran de ella ha comparecido sin eludir ninguna de las preguntas del tribunal, aunque en algunos momentos su voz se ha quebrado: "Gracias a los psicólogos, me he dado cuenta de que no nacemos así, que nos convertimos en eso”, ha asegurado, en referencia a los episodios de abusos sexuales infantiles que presenció en su infancia, cuando su padre abusó de su hermana adoptiva. 

"Lamento lo que he hecho, aunque eso sea imperdonable”

Dominique Pelicot

Contradicciones

El acusado ha empezado la jornada entre lágrimas pero a medida que avanzaba el día y pasaban las horas se ha instalado un ambiente relajado en el box, y ha empezado a caer en contradicciones. Por la mañana ha declarado que no disponía de Skype, ni WhatsApp ni Facebook, aunque las pruebas demuestran que colgó imágenes por estas redes sociales que vieron otros hombres. También ha negado haber compartido en chats fotos de su hija mayor, Caroline Darian –en las que según los investigadores se le veía parcialmente desnuda y aparentemente drogada– y comentarios vulgares sobre ella. En ese momento, Caroline no ha podido contener la rabia y ha estallado en pleno juicio: "¡Mentiroso!", al tiempo que ha abandonado la sala mientras murmurando: “Voy a vomitar”. 

"Mentiroso, voy a vomitar", ha gritado la hija del acusado cuando este ha negado haber compartido fotos en las que aparecía semidesnuda y aparentemente sedada

No solo su hija, la abogada de uno de los acusados, Nadia El Bouroumi, también ha elevado el tono durante la jornada en varias ocasiones recriminando las supuestas mentiras lanzadas por Pelicot: “En esta sala todos estamos tentados de coger el micrófono para decirle que es un mentiroso notorio. Dice que le han hecho chantaje pero nadie ha encontrado nada en el archivo”.

"Sin límites morales"

A las contradicciones se suma un insistente discurso centrado en su adicción al sexo que, según él, le llevó a cometer dichas violaciones y abusos de manera incontrolable. Una línea de defensa que rechazan los psicólogos y psiquiatras que le han entrevistado, los cuales lo han calificado de personaje manipulador que "no tiene límites morales", lleno de parafilias, especialmente relacionadas con el voyeurismo. 

“En esta sala todos estamos tentados de coger el micrófono para decirle que es un mentiroso notorio"

Nadia El Bouroumi. Abogada

Ante los análisis realizados por los forenses, Pelicot se ha defendido y ha negado considerar a su mujer como un objeto –aunque los vídeos encontrados en su ordenador digan todo lo contrario–, aunque sí ha reconocido que puede llegar a ser un hombre manipulador. 

Pruebas contundentes

Los letrados de Gisèle tienen claro que este proceso tiene un final ya escrito. Las pruebas son contundentes, pero todos los presentes en la sala son conscientes de que este juicio va más allá de la propia sentencia, no menor. Se trata de un proceso histórico en Francia, el mayor de los últimos 20 años, con más de 50 hombres sentados en el banquillo por violación agravada, algunos de ellos con antecedentes penales relacionados con violencia sexual o pederastia, el cual sentará un precedente jurídico en el país. Gisèle ya es un símbolo en Francia.

De hecho, a las puertas del tribunal este martes había mucha expectación. Hasta allí se han desplazado activistas y vecinos de Aviñón con el objetivo de “mirar a la cara a todos estos hombres violadores, que es lo que son, y apoyar a Gisèle”, decía Lola, una vecina. Junto a ellos, un centenar de personas de público y otro de medios franceses e internacionales han acudido a los juzgados y han sido testigos de cómo Gisèle entraba y salía de la sala durante los recesos por la misma puerta que sus violadores –hacía cola a tan solo unos metros– o cómo los acusados se han estado paseando por el edificio del Tribunal con la cabeza alta y desafiando miradas. 

Condiciones especiales

Después de suspenderse el juicio en varias ocasiones por el estado de salud de Pelicot, la comparecencia del principal acusado de la trama se ha realizado bajo condiciones especiales: debido a sus afecciones, se han ido realizando breves descansos de 15-20 minutos cada hora y media, aproximadamente.

Su abogada, Beatrice Zavarro, ha manifestado de nuevo durante la jornada su malestar por el hecho de que su cliente llevara días alertando de sus dolencias sin recibir tratamiento médico hasta este pasado domingo, cuando fue hospitalizado por una infección renal y un cálculo en la vejiga.

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Este miércoles se espera que comparezca el otro principal acusado: Jean-Pierre Marechal, también conocido como ‘Rasmus’, quien copió el ‘modus operandi’ de Pelicot para violar a su propia mujer. Según los investigadores, el jubilado también participó en al menos cinco ocasiones en los abusos de su alumno más aventajado.

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