La ministra de Economía británica descarta un regreso a la austeridad pero avisa de "decisiones difíciles"

La ministra británica de Economía, Rachel Reeves, descartó este lunes "un regreso a la austeridad conservadora" en el presupuesto del Estado que tiene previsto presentar el próximo 30 de octubre, en el que habrá "decisiones difíciles" y será necesaria una "disciplina férrea", pero estará "lleno de ambición" para "reconstruir el Reino Unido" y "lograr el cambio prometido por los laboristas".

"No habrá un retorno a la austeridad. La austeridad conservadora fue destructiva para nuestros servicios públicos y también para la inversión y el crecimiento", manifestó durante su discurso en la conferencia anual del Partido Laborista que se celebra en Liverpool hasta este miércoles.

La llamada Canciller del Exchequer admitió que serán necesarias medidas duras para abordar el déficit presupuestario heredado del anterior Gobierno 'tory', pero mantuvo que su primer presupuesto del Estado tras la victoria electoral del 4 de julio contendrá "verdadera ambición" para el Reino Unido. "Si tomamos ahora las decisiones correctas, esa estabilidad será una base crucial sobre la que se construirán todas nuestras ambiciones, la condición previa esencial para que las empresas inviertan con confianza y para que las familias planifiquen el futuro", declaró.

Según el Ejecutivo laborista, los 14 años de gobiernos conservadores han dejado un agujero que cifra en 22.000 millones de libras (26.000 millones de euros) en las arcas públicas. Por su parte, la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS) ha informado de que la deuda pública británica llegó en agosto al 100% del producto interior bruto.

Impuestos individuales sin cambios

Reeves reiteró su promesa de que no subirá los impuestos individuales --como el del valor añadido (IVA), la contribución a la Seguridad Social y el de la renta--, aunque sí prevé mantener una tasa sobre los beneficios de las petroleras y eliminar el régimen que permitía a los millonarios extranjeros residir en el país pero mantener el domicilio fiscal en otro territorio, así como intensificar la lucha contra la evasión fiscal.

Asimismo, la ministra defendió su polémica decisión de suprimir el subsidio de 300 libras (360 euros) para ayudar en los gastos de combustible energético a 10 millones de pensionistas y mantenerlo solo a los jubilados más pobres y señaló que se verá compensada parcialmente por el aumento de la pensión estatal. Los sindicatos reaccionaron este fin de semana con gran contundencia y calificaron este recorte de "cruel".

Concedió que "no todo el mundo en este auditorio ni en el país estará de acuerdo" con sus decisiones, pero insistió en que no las esquivará porque debe abordar "el agujero financiero" de sus predecesores. "Juzgué que era la decisión adecuada en las circunstancias que heredé", afirmó.

Reeves recordó que ya empezó "la guerra contra el despilfarro 'tory" al anular el contrato por 40 millones (47 millones de euros) del helicóptero del anterior primer ministro conservador, Rishi Sunak, y un comisionado especial tratará de recuperar el dinero perdido en contratos oficiales durante el covid.

Durante su discurso, en el que alabó a todas las mujeres que la inspiraron a ser pionera en el cargo, la ministra fue interrupida por un activista que pidió un embargo de armas a Israel y que fue expulsado por un miembro del equipo de seguridad. Acabó su alocución entre los aplausos de los delegados y con un abrazo de su hermana, Ellie Reeves, presidenta del Partido Laborista.

Polémica por las donaciones

La conferencia anual del Partido Laborista tiene lugar después de la polémica provocada por las donaciones recibidas por el primer ministro, Keir Starmer, y otros miembros del Ejecutivo. Todos los obsequios fueron declarados y no infringen ninguna norma parlamentaria. Según las informaciones, Starmer recibió regalos, como ropa para su esposa y para él mismo o entradas para partidos de fútbol y conciertos por valor de más de 120.000 euros en cinco años.

Los medios británicos también revelaron que Reeves recibió ropa por valor de unos 9.000 euros y que la viceprimera ministra, Angela Rayner, aceptó el préstamo de un apartamento en Nueva York para pasar unas vacaciones. La ministra de Educación, Bridget Phillipson, admitió haber recibido una donación de casi 17.000 euros para financiar una fiesta de un cumpleaños y otra recepción.