Guerra en Oriente Próximo

Israel bombardea edificios residenciales en Beirut en un ataque contra la supuesta "sede central" de Hizbulá

Seis bloques han quedado completamente derruidos en una brutal agresión que tenía como objetivo al líder Hasán Nasrallah, pero que probablemente ha causado decenas de víctimas civiles al tener lugar en una zona densamente poblada

Israel ataca el cuartel general de Hezbolá en Beirut

Agencia ATLAS / Foto: EFE

Andrea López-Tomàs

Andrea López-Tomàs

Hace años que no se oía nada igual en Beirut. Varias detonaciones a la vez han irrumpido la hora dorada en la capital libanesa. La población se ha lanzado a los balcones con las mismas preguntas de siempre. "¿Dónde ha sido eso?", cuestionan de edificio a edificio a seis kilómetros del lugar del ataque. "¿Veis algo desde vuestra terraza?", preguntan los vecinos. "No, ¿y desde la vuestra?", responden. Negativo. La incertidumbre vuelve a tomar la urbe mediterráena en el peor ataque desde que empezaron los enfrentamientos transfronterizos entre Israel y Hizbulá hace casi un año. Pero, hace unos días, que el Estado hebreo los ha escalado a la brutalidad de la guerra, con unos 750 muertos en apenas cinco días. Entre ellos, aún no se cuentan las, probablemente, decenas de víctimas mortales que este "ataque de precisión", según el Ejército israelí, habrá provocado. De momento, el ministerio de Salud libanés ha confirmado dos muertos y unos 76 heridos, pero se espera que sean muchos más, ya que los diez misiles lanzados contra los supuestos "cuarteles centrales" del grupo chií Hizbulá han provocado el derrumbamiento de seis edificios residenciales.

Tras el ataque, la misma retahíla de preguntas ha llenado de notificaciones los teléfonos móviles de la población beirutí. "¿Estáis bien? ¿Dónde ha sido? Y, ¿dónde estáis vosotros?", se van repitiendo a cada minuto. Los cuerpos de los beirutíes han absorbido el temblor de las ventanas debido al mayor ataque en la capital libanesa en años. Por primera vez, se ha oído desde absolutamente todos los puntos de la ciudad, haciendo presente la realidad de que la guerra ya se ha instalado en la capital libanesa. El bombardeo masivo ha sacudido la zona de Dahieh, un barrio del sur de la capital libanesa que está considerado un bastión de Hizbulá, pero que también es una zona densamente poblada y con gran presencia de población civil. Se trata del ataque más potente lanzado por Israel sobre Beirut en estos últimos días e, incluso, desde la guerra del 2006, el último conflicto abierto que enfrentó a ambos bandos.

Un gran champiñón de humo ha tomado el perfil de la capital libanesa que se podía avistar desde distintos puntos de la ciudad y sus cercanías. Por el momento, se desconoce el impacto global que ha tenido la brutal agresión mientras la tensión crece en el barrio sureño que en los últimos días ha sido objetivo de varios ataques, aunque ninguno de esta intensidad. Según el medio israelí Haaretz, el objetivo del ataque israelí en Beirut era el jefe de Hizbulá, Hasán Nasrallah, quien, según se informa, sobrevivió al intento de asesinato. Se desconoce la ubicación del líder de la milicia-partido político ya que normalmente se dirige al pueblo libanés a través de mensajes televisados y nunca se le ve en público. El grupo libanés aún no ha publicado un comunicado siguiendo la línea habitual del partido de dejar pasar unas horas antes de pronunciarse después de una agresión.

Cuerpos de debajo de los escombros

Mientras, los servicios de emergencia, tras la semana más letal en años en el Líbano, acuden al lugar de la agresión. No quedan más que escombros de los seis edificios residenciales que había en pie hace tan sólo unas horas. Entre las ruinas de los hogares, los bomberos intentan apagar los fuegos aún encendidos. Las excavadoras intentan remover los destrozos para empezar a sacar cuerpos de debajo de los pedazos de sus casas. Los medios locales presentes en el lugar describen las imágenes de niños muertos siendo rescatados y transportados en ambulancias. "¿Qué han hecho ellos para merecer esto? Sólo queremos vivir una vida en paz", decía un miembro de Hizbulá a Al Jazeera entre lágrimas. Al shock inicial le ha seguido el caos generalizado y un sentimiento general de incomprensión por la gravedad del ataque que seguro que comportará muchas víctimas civiles. La intensidad de las bombas puede haber hecho que gran parte de los cuerpos hayan quedado reducidos a pedazos.

El ataque ha tenido lugar minutos después de que el primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, terminara su discurso en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Israel "no tiene otra opción y tiene el derecho" de atacar el Líbano, ha defendido el líder antes de acortar su viaje a Estados Unidos y emprender el regreso en unas horas a Israel. La subsecretaria de prensa del Pentágono, Sabrina Singh, ha reconocido en una reunión informativa que Estados Unidos "no ha estado involucrado" en el ataque y que "no recibió ninguna advertencia previa" al respecto. El jefe militar israelí, Herzi Halevi, ha dicho que el Ejército está “muy preparado tanto para atacar como para defender” tras concluir una reunión para “evaluar la situación”. Con este claro ataque sobre civiles por parte de Israel se espera un cambio en la ecuación bélica inminente, ya que Hizbulá, hasta ahora, se ha limitado a atacar a objetivos militares israelíes y prometió que cada civil libanés muerto matarían a un civil israelí. También juró que si Israel ataca Beirut, ellos atacarían Tel Aviv. Ni libaneses ni israelíes dormirán esta noche.