Guerra en Oriente Próximo
Israel intenta matar al líder de Hizbulá en un bombardeo masivo sobre Beirut
Seis bloques han quedado completamente derruidos en una brutal agresión que tenía como objetivo al líder Hasán Nasrallah, pero que probablemente ha causado decenas de víctimas civiles al tener lugar en una zona densamente poblada
Hace años que no se oía nada igual en Beirut. Varias detonaciones a la vez han irrumpido la hora dorada en la capital libanesa. La población se ha lanzado a los balcones con las mismas preguntas de siempre. "¿Dónde ha sido eso?", cuestionan de edificio a edificio a seis kilómetros del lugar del ataque. "¿Veis algo desde vuestra terraza?", preguntan los vecinos. "No, ¿y desde la vuestra?", responden. Negativo. La incertidumbre vuelve a tomar la urbe mediterráena en el peor ataque desde que empezaron los enfrentamientos transfronterizos entre Israel y Hizbulá hace casi un año. Pero, hace unos días, que el Estado hebreo los ha escalado a la brutalidad de la guerra, con unos 750 muertos en apenas cinco días. Entre ellos, aún no se cuentan las, probablemente, decenas de víctimas mortales que este "ataque de precisión", según el Ejército israelí, habrá provocado ni tampoco la pérdida del líder de Hizbulá, Hasán Nasrallah, el objetivo del ataque. De momento, el ministerio de Salud libanés ha confirmado dos muertos y unos 76 heridos, pero se espera que sean muchos más, ya que los diez misiles lanzados contra los supuestos "cuarteles centrales" del grupo chií Hizbulá han provocado el derrumbamiento de seis edificios residenciales. Varios edificios israelíes pronostican que unas 300 personas habrían muerto.
Tras el ataque, la misma retahíla de preguntas ha llenado de notificaciones los teléfonos móviles de la población beirutí. "¿Estáis bien? ¿Dónde ha sido? Y, ¿dónde estáis vosotros?", se van repitiendo a cada minuto. Los cuerpos de los beirutíes han absorbido el temblor de las ventanas durante el mayor ataque en la capital libanesa en años. Por primera vez, se ha oído desde absolutamente todos los puntos de la ciudad, haciendo presente la realidad de que la guerra ya se ha instalado en la capital libanesa. El bombardeo masivo ha sacudido la zona de Dahieh, un barrio del sur de la capital libanesa que está considerado un bastión de Hizbulá, pero que también es una zona densamente poblada y con gran presencia de población civil. Se trata del ataque más potente lanzado por Israel sobre Beirut en estos últimos días e, incluso, desde la guerra del 2006, el último conflicto abierto que enfrentó a ambos bandos.
Un gran champiñón de humo ha tomado el perfil de la capital libanesa que se podía avistar desde distintos puntos de la ciudad y sus cercanías. Por el momento, se desconoce el impacto global que ha tenido la brutal agresión mientras la tensión crece en el barrio sureño que en los últimos días ha sido objetivo de varios ataques, aunque ninguno de esta intensidad. Además, se pronostica una larga noche en Beirut después de que el portavoz árabe del Ejército israelí, Avichay Adraee, haya ordenado a los residentes de los suburbios sureños de la capital libanesa que evacúen Dahiye. "Se encuentran cerca de los intereses de Hizbulá y, por su seguridad y la de sus seres queridos, está obligado a evacuar los edificios inmediatamente y alejarse de ellos a una distancia no inferior a 500 metros", ha dicho en una publicación en redes sociales.
El Ejército israelí ha confirmado que el objetivo del ataque israelí en Beirut era el jefe de Hizbulá, Hasán Nasrallah. Las primeras informaciones sugerían que habría sobrevivido al intento de asesinato, aunque el único comunicado publicado por el grupo libanés hasta el momento deja abierta cualquier posibilidad. "No hay verdad en ninguna declaración al respecto del ataque terrorista sionista en el área de Haret Hreik en el suburbio del sur, ni en nada publicado exclusivamente por las relaciones con los medios", han aclarado. Siempre se desconoce la ubicación del líder de la milicia-partido político ya que normalmente se dirige al pueblo libanés a través de mensajes televisados y nunca se le ve en público. Pero, en caso de que le hubieran matado, igual que han hecho con muchos comandantes militares de Hizbulá a lo largo de estos 11 meses de enfrentamientos, no implicaría la eliminación del grupo. Igual que ha ocurrido con Hamás, cuyo líder político Ismail Haniyeh fue asesinado en Teherán en julio, la pérdida de sus jefes no tiene un grave impacto en las capacidades de estas milicias y, sobre todo, en su determinación de resistir frente a Israel.
Cuerpos de debajo de los escombros
Mientras, unos servicios de emergencia agotados, tras la semana más letal en años en el Líbano, acuden al lugar de la agresión. No quedan más que escombros de los seis edificios residenciales que había en pie hace tan sólo unas horas. Entre las ruinas de los hogares, los bomberos intentan apagar los fuegos aún encendidos. Las excavadoras intentan remover los destrozos para empezar a sacar cuerpos de debajo de los pedazos de sus casas. Los medios locales presentes en el lugar describen las imágenes de niños muertos siendo rescatados y transportados en ambulancias. "¿Qué han hecho ellos para merecer esto? Sólo queremos vivir una vida en paz", decía un miembro de Hizbulá a Al Jazeera entre lágrimas. Al shock inicial le ha seguido el caos generalizado y un sentimiento general de incomprensión por la gravedad del ataque que seguro que comportará muchas víctimas civiles. La intensidad de las bombas puede haber hecho que gran parte de los cuerpos hayan quedado reducidos a pedazos. Su magnitud parece el preludio de la guerra definitiva en el Líbano.
El ataque ha tenido lugar minutos después de que el primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, terminara su discurso en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Israel "no tiene otra opción y tiene el derecho" de atacar el Líbano, ha defendido el líder antes de acortar su viaje a Estados Unidos y emprender el regreso en unas horas a Israel. La subsecretaria de prensa del Pentágono, Sabrina Singh, ha reconocido en una reunión informativa que Estados Unidos "no ha estado involucrado" en el ataque y que "no recibió ninguna advertencia previa" al respecto. El jefe militar israelí, Herzi Halevi, ha dicho que el Ejército está “muy preparado tanto para atacar como para defender” tras concluir una reunión para “evaluar la situación”. Con este claro ataque sobre civiles por parte de Israel se espera un cambio en la ecuación bélica inminente, ya que Hizbulá, hasta ahora, se ha limitado a atacar a objetivos militares israelíes y prometió que por cada civil libanés muerto matarían a un civil israelí. También juró que si Israel ataca Beirut, ellos atacarían Tel Aviv. Ni libaneses ni israelíes dormirán esta noche.
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