Guerra en Oriente Próximo

El líder de Hizbulá Hasán Nasrallah muere en un masivo bombardeo israelí contra Beirut

Mientras los ataques contra la capital libanesa continúan, Hizbulá confirma el asesinato de su jefe desde las últimas tres décadas

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Sara Fernández

Andrea López-Tomàs

Hizbulá confirma el asesinato de su líder, Hasán Nasrallah, tras el brutal ataque contra Beirut del viernes por la tarde. “Su Eminencia, el Maestro de la Resistencia, el servidor justo, Sayyed Hasán Nasrallah, se ha puesto del lado de su Señor y de Su placer como un gran mártir, un líder heroico, valiente, sabio, perspicaz y creyente”, han anunciado en un comunicado horas después de que Israel le diera por muerto. Tras 32 años al frente de la milicia-partido político libanés, su gran rival israelí, el "enemigo sionista", ha conseguido su objetivo a través del peor bombardeo de las últimas décadas en la capital libanesa. "Hasán Nasrallah ya no podrá aterrorizar al mundo", han dicho las Fuerzas de Defensa de Israel esta mañana. Seis edificios residenciales se desplomaron después de que bombas anti-búnkeres israelíes atacaron los suburbios sureños de Beirut. Desde entonces, Hizbulá se había sumido en el silencio.

El hasta ahora secretario general de Hizbulá llevó al grupo a la consolidación de la que goza hoy. "Dirigió su viaje durante casi treinta años, durante los cuales condujo de victoria en victoria, sucediendo al maestro de los mártires de la Resistencia Islámica [Abbas al Muwasi, asesinado por Israel] en 1992 hasta la liberación del Líbano [de la ocupación israelí] en el 2000 y hasta la victoria divina y sustentadora en el 2006 [en la última guerra contra Israel] y todas las demás batallas de honor y redención, hasta la batalla de apoyo y heroísmo en apoyo a Palestina, Gaza y al oprimido pueblo palestino", ha celebrado el comunicado compartido por el grupo. Según el Ejército israelí, el comandante del frente sur, Ali Karaki, también habría sido asesinado en el ataque aéreo contra la "sede central" de Hizbulá en Beirut.

Durante sus últimas intervenciones, en cada uno de sus discursos televisados, el propio Nasrallah se despedía de sus seguidores con la promesa de seguir hablándoles "si sigo vivo", consciente de que era el objetivo principal de Israel. Al confirmarse su muerte, se confirma la enorme brecha de inteligencia para Hizbulá que se suma a las sufridas durante las últimas semanas. A lo largo de los últimos días, el Ejército israelí ha ido eliminando líderes de la milicia poco a poco. El asesinato de Nasrallah supone una gran victoria para el primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, como parte de su operación para desmantelar la estructura de comandantes de Hizbulá. Nasrallah era visto como la personificación de la milicia e, incluso, como un padre de los libaneses chiitas, los principales seguidores del grupo.

Sin miramientos contra la población civil

Más allá del éxito geopolítico que supone su muerte, este ataque masivo demuestra la ausencia de límites de Israel. Para las autoridades hebreas, la muerte de centenares de civiles está justificada para eliminar al líder de Hizbulá. Los constantes bombardeos a lo largo de toda la noche sobre Beirut, que se han alargado hasta esta mañana, han impedido a los servicios de emergencia intentar sacar a los supervivientes y los cuerpos sin vida de los cientos de civiles que estaban en los seis edificios residenciales pulverizados en segundos. Aquellos que han conseguido escapar están esparcidos por toda la ciudad y han tenido que dormir a la intemperie en plazas, parques y playas de la capital libanesa. Ahora mismo, Beirut aguanta la respiración ante las consecuencias que puede tener el asesinato de Nasrallah para la ciudad, pero también para toda la región.

Nasrallah ha liderado Hizbulá durante los últimos 32 años tras sustituir a Abbas al Musawi, asesinado por Israel en 1992. Durante estas tres décadas al mando, el aún líder de la milicia convirtió a Hizbulá en la potencia militar y política que es ahora. Además de consolidar su papel en los asuntos internos del Líbano y en su actual conflicto con Israel, su alianza con Irán y con otros miembros del Eje de la Resistencia han dado forma a la geopolítica de Oriente Próximo. Su asesinato supone un duro golpe para Hizbulá, pero no sería para nada su final. Tras la muerte de al Musawi, el grupo se radicalizó y probablemente la pérdida de Nasrallah implique lo mismo, ya que el grupo ha dejado muy claro que no hay líderes insustituibles y que la resistencia contra Israel continuará. Ahora, todos los ojos están puestos en Irán, el gran aliado de Hizbulá, para saber cuál será su respuesta.

Ataques por todo el Líbano

Mientras el mundo espera noticias, los ataques contra Beirut no se han detenido desde la pasada tarde. El Ejército israelí pidió a la población civil que evacuara sus hogares antes de lanzar violentos bombardeos contra sus hogares. Además, los cazas israelíes han continuado bombardeando este de Beirut y sobrevolándolo tras las acciones sin precedente contra los suburbios sur de la capital. En la región oriental del Líbano, se ha registrado una nueva oleada de intensos ataques aéreos. Una explosión ha resonado en la capital libanesa a primera hora de la mañana, que podría haber venido de la localidad de Bhamdoun, a escasos 20 kilómetros al este de Beirut y una zona hasta ahora ajena a la violencia que se concentraba en bastiones de Hizbulá.

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A su vez, los violentos bombardeos israelíes han seguido alcanzando zonas del oriental Valle de la Bacá, entre ellas poblaciones del distrito de Baalbek y al menos un punto en Hermel, en la frontera con Siria. De madrugada, también han sido atacados diversos puntos del sur del país, algunos de ellos en las áreas adyacentes a la frontera de facto entre ambos países.

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