País en dificultades

El nuevo ministro de Economía: "Francia tiene uno de los peores déficits de su historia"

La Comisión Europea abrió en junio un procedimiento disciplinario contra el país tras haber anotado un desfase en las cuentas públicas del 5,5% del PIB al cierre de 2023, muy por encima del límite del 3%

Michel Barnier / Europa Press/Contacto/Julien Mattia

Leticia Fuentes

En Francia no se habla de otra cosa. El alto déficit público, la pérdida de poder adquisitivo y la falta de gobierno, hasta hace unas semanas, han aumentado la inquietud de los franceses sobre la economía del país. "Francia tiene uno de los peores déficits de su historia", afirmó el nuevo ministro de economía, Antoine Armand nada más llegar a Bercy. 

Es uno de los principales retos para este nuevo gobierno, que ya ha mostrado sus primeros signos de preocupación al ver los Presupuestos: "No podemos rehacer todo en solo unos días (...). La situación presupuestaria que me he encontrado es muy grave", afirmó el primer ministro, Michel Barnier. La deuda pública de Francia nunca ha sido tan elevada: 3.228 millones de euros, es decir, el 112% del PIB, según el Instituto Nacional de Estadística y de Estudios Económicos. Muy por encima del 60% establecido en las normas europeas. Además, el déficit público escaló hasta el 5,5% del PIB en 2024 y por ello la Comisión Europea abrió en junio un procedimiento disciplinario contra Francia, y otros seis países de la Unión Europea, cuyos déficits públicos superan el umbral del 3% establecido. 

La deuda pública francesa, según los criterios del tratado de Maastricht, aumentó exponencialmente tras la pandemia del covid-19. Para evitar una crisis sin precedentes durante la pandemia, el gobierno de Macron apostó por un plan, en el que se distribuyó una gran cantidad de dinero público en ayudas. Esos apoyos se extendieron hasta después de la pandemia, y llevaron al país a un incontrolable endeudamiento convirtiéndose en un problema actualmente. Una estrategia que ayudó a salvar a una parte del país, pero que ahora se ha convertido en toda una amenaza para las finanzas francesas. A esto se suma el bloqueo político que ha durado más de dos meses. Y, además, a pesar de que Francia ya tiene gobierno, este no parece estable. 

La Asamblea Nacional se encuentra dividida en tres grandes bloques sin una mayoría clara: la izquierda, Reagrupamiento Nacional y macronistas. Ante la falta de un gobierno fuerte, algunos ya se preparan para unas posibles elecciones legislativas el año que viene, algo que suscita preocupación en los inversores internacionales. 

Francia ahora debe endeudarse a un tipo de interés superior al de Alemania, pero también al de Grecia o España, y esto puede provocar que agencias, como Standard & Poors (S&P) decidan bajar la calificación del país galo. 

El 1 de octubre, el primer ministro deberá presentar su hoja de ruta política, donde se espera que detalle su plan presupuestario para 2025 para sacar al país de esta crisis económica. Barnier ya ha dado algunas pistas de lo que podría anunciar, como aumentar el impuesto a las grandes fortunas y grandes empresas con el objetivo de llevar a cabo “un esfuerzo nacional” para equilibrar las cuentas públicas. A este esfuerzo se unen los ministerios, quienes han visto reducido su presupuesto: Deporte (-11%), Agricultura (-6%) y el Ministerio de Territorios de Ultramar (-4%).  

El poder adquisitivo de los franceses

Durante años, el poder adquisitivo de los franceses se ha comparado con el de los alemanes. Una especie de competición que lidera Alemania, con un nivel el 10% superior al de Francia. El poder adquisitivo de los franceses está un 24,5% por encima que los españoles. 

La pérdida de poder adquisitivo es lo que más preocupa a los franceses, y es uno de los puntos que exigen al Gobierno que aborde cuanto antes. Francia es el único país europeo que ha visto aumentar de manera considerable la tasa de pobreza en los últimos años: en 2015 se situaba en un 13,6% y en 2023 rozaba el 15,5%. 

La prima de riesgo: España vs Francia

Mientras Francia compite con Alemania en el ránquing del poder adquisitivo de sus ciudadanos, lo hace con España en la prima de riesgo, que están en torno a la par. Un hecho que no sucedía desde 2007. 

Según expertos, como el catedrático Rafael Pampillon, no es algo extraño, puesto que la proyección económica de España es más optimista que la de Francia, al verse esta última afectada por el estancamiento de Alemania y el aumento de gasto público del país galo. 

“La extensión de los Presupuestos en España limitará el crecimiento del gasto público y contribuirá a un aumento de la recaudación de impuestos. En contraste, en Francia, el recién nombrado primer ministro Michel Barnier, probablemente tendrá que aumentar el gasto público para contentar a todos los sectores que lo apoyan, incluida la extrema derecha”, explica el catedrático en su hilo de la red social X. 

Mientras España trabaja duramente para cumplir el objetivo de reducir su déficit público al 3% del PIB, actualmente en el 3,66%, Francia lo tiene muy complicado con un 5,5% al cierre del 2023. 

La ratio de deuda pública sobre el PIB también es más baja en España. En particular, tras la revisión de la Contabilidad Nacional por parte del INE, el peso de la deuda en 2023 se ha situado en el 105,4% del PIB (frente al 112% de Francia).

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Además, según el analista François Rimeu, de Crédit Mutuel Asset Management, "el clima político es actualmente más estable en España que en Francia. Hay poca visibilidad en cuanto a la duración potencial del actual Gobierno francés, con el fantasma de unas nuevas elecciones legislativas" el próximo verano. "Todos estos factores nos llevan a seguir siendo muy prudentes sobre la deuda francesa y a preferir la deuda española de cara a los próximos meses", concluye el analista de la entidad francesa.

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