Comicios anticipados

Alemania irá a las urnas el 23 de febrero, la fecha pactada entre los socialdemócratas de Scholz y la oposición de Merz

Antes, el 16 de diciembre, el actual canciller se someterá a una moción de confianza

El canciller alemán, Olaf Scholz.

El canciller alemán, Olaf Scholz. / EFE

Gemma Casadevall

Gemma Casadevall

Alemania irá a las urnas el 23 de febrero, para una elecciones anticipadas por el hundimiento de la coalición de Gobierno de Olaf Scholz. Esta ha sido la fecha pactada entre el grupo parlamentario socialdemócrata de Scholz y la oposición conservadora que lidera Friedrich Merz. El bloque de Merz ocupa la primera posición en intención de voto, con más del 30 %. Scholz tiene pocas perspectivas de ser reelegido. El propio canciller se muestra convencido de que ganará de nuevo. Se ampara en que en 2021 logró la victoria contra pronóstico. Pero la situación ahora es distinta. No dispone, como entonces, de meses para luchar por la remontada y tiene ante sí un rival que le dobla en los sondeos.

La fecha marcada cuenta con el respaldo de verdes y liberales, pero su convocatoria formal corresponde al presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier. Tras una reunión de apenas 40 minutos con los jefes del grupo socialdemócrata y conservador, Rolf Müntzenich, así como representantes del partido ecologista, Steinmeier dio luz verde al plan pactado, informaron fuentes de la oficina presidencial.

Scholz irá a los comicios como canciller en funciones. El 16 de diciembre se habrá sometido a un voto de confianza con intención de perderlo, a modo de paso previo para pedir formalmente a Steinmeier la disolución del Parlamento.

De la crisis política a la desconfianza en la logística

Ambas fechas, la del voto de confianza y la de los comicios, quedan a medio camino entre el calendario inicial planteado por Scholz y la contrapropuesta acelerada de Merz, que exigía a Scholz someterse al voto parlamentario este miércoles. El canciller quería postergar el voto de confianza a enero y que los comicios fueran en marzo. Argumentaba que debían cumplirse una serie de plazos y dar tiempo suficiente a los pequeños partidos para tener sus listas a escala nacional y en todos los distritos. Este parecer fue respaldado por la autoridad electoral del país, que recordó la complejidad operativa de preparar unos comicios en un país con 65 millones de electores. Saltaron advertencias acerca de una supuesta escasez de papel para imprimir papeletas, lo que la industria del sector rechazó. La vecina Polonia ofreció 'apoyo logístico' mientras la oposición clamaba que Alemania no es una 'república bananera' -en palabras del primer ministro del ´land' de Hesse, Boris Rhein-.

Un desplome y muchas tareas pendientes

La ruptura de la coalición entre socialdemócratas, verdes y liberales se materializó la semana pasada al destituir Scholz a su ministro de Finanzas, Christian Lindner. Estalló así la tensión persistente entre los tres socios, por la negativa del liberal Lindner a levantar el freno a la deuda. Scholz le exigía dejarlo en suspenso, en una Alemania que cerrará 2024 por segundo año consecutivo en recesión, para cumplir con la ayuda prometida a Ucrania sin sacrificar ayudas al ciudadano. Scholz sigue así en su puesto pero al frente de un gobierno en minoría, puesto que solo mantiene a los Verdes como aliados, algo que en Alemania es insólito en un ejecutivo nacional.

Scholz buscaba ganar tiempo en pos de esa improbable remontada. Va en tercer lugar en los sondeos, por detrás de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD). Su hoja de ruta incluía aprobar los presupuestos de 2025, ya sin la tenaza de Lindner, pero contando aun con el apoyo de sus socios Verdes, y pactar con la oposición apoyos puntuales a proyectos como la reforma de las pensiones o el blindaje del Tribunal Constitucional ante la pujante AfD. En la próxima legislatura, entre la AfD y la izquierda prorrusa de Sahra Wagenknecht tal vez tendrán capacidad de bloquear reformas para las que se precisan mayorías de dos tercios.

Merz tiene los sondeos a su favor. Scholz, en cambio, ni siquiera está designado formalmente como candidato del SPD, ya que sigue sin estar descartado su carismático ministro de Defensa, Boris Pistorius. Los Verdes designarán al actual ministro de Economía, Robert Habeck, el próximo fin de semana. Por parte de la AfD está claro que la candidata será su presidenta, Alice Weidel, mientras que Wagenknecht lo será del partido que lleva su nombre. La indefinición de Scholz es un factor más en contra de sus opciones a la reelección.

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