Maduro monta en cólera después que Estados Unidos reconociera a González Urrutia como "presidente electo" de Venezuela

"Creen y se sienten borrachos de poder con el apoyo de la élite imperialista de EE.UU.", dijo sobre la oposición interna 

Maduro califica de "basura" el proyecto de ley de EE.UU. que veta contratos con Venezuela

Maduro califica de "basura" el proyecto de ley de EE.UU. que veta contratos con Venezuela

Abel Gilbert

Abel Gilbert

"Se van a arrepentir si se metan con lo más sagrado que tiene Venezuela: su Constitución, la paz y su pueblo. Solamente les digo, se van a arrepentir, sé lo que digo". Nicolás Maduro reaccionó colérico a la decisión de Estados Unidos de reconocer a Edmundo González Urrutia como "presidente electo" de Venezuela. La advertencia fue especialmente lanzada a la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), la coalición de partidos que sostuvo la candidatura del exdiplomático en las elecciones y cuya victoria en las urnas reivindica desde la misma noche del 28 de julio. Maduro dijo que se trata de una "corriente fascista, criminal, asesina que quiere entregar la "independencia" de ese país. "Creen y se sienten borrachos de poder con el apoyo de la élite imperialista de EE.UU.".

Maduro se tomó un día para responder personalmente a las declaraciones del secretario de Estado, Antony Blinken, formuladas en el marco de la cumbre del G20 en Río de Janeiro. "La democracia exige respeto a la voluntad de los votantes", señaló también. El ministerio de Asuntos Exteriores venezolano había calificado ese pronunciamiento de "totalmente absurdo y en contra de cualquier principio democrático". Recordó a su vez el fracaso de la autoproclamación del diputado Juan Guaidó como "presidente encargado" en enero de 2019.

Más allá de la previsible reacción, el Gobierno venezolano tomó nota del giro semántico de Blinken: González Urrutia, quien se encuentra exiliado en España, pasó a los ojos de Washington de haber sido el "ganador" de la contienda a mandatario "electo". La declaración no parece ser ajena a los cambios que se avecinan en Estados Unidos. Maduro debería asumir su tercera y discutida presidencia 10 días antes que la ceremonia que ungirá a Donald Trump. La administración de Joe Biden parece allanar el camino para que el magnate republicano retome su política de máximo endurecimiento hacia Caracas que se debilitó durante la gestión demócrata. Las licencias a las trasnacionales petroleras para que operen en suelo venezolano constituyeron el tímido, pero relevante signo de apertura que promete concluir, a los ojos de los analistas.

"¿Qué significa un triunfo de Trump para Venezuela? Si tomáramos como base la experiencia pasada con Trump, la proyección lineal nos llevaría a un escenario de mayor radicalización contra Maduro, una agudización de las sanciones personales y sectoriales" estimó el analista Luis Vicente León.

Biden y Lula

Biden debió haberle informado a Luiz Inacio Lula da Silva sobre el reconocimiento a González Urrutia cuando se reunieron en el marco de la cumbre del G20. Los presidentes, según un comunicado de la Casa Blanca, acordaron mantener las consultas mutuas sobre la situación venezolana y "pidieron que se respete la voluntad democrática" de su pueblo, así como que "se ponga fin a la represión política". Los vínculos entre Maduro y Lula se han deteriorado a partir del 28 de julio y, especialmente, después de que Brasil impugnara la entrada de Venezuela al BRICS.

El Palacio de Miraflores detecta en la línea del horizonte nuevos peligros. Tras la victoria de Trump llegó el nombramiento de Marco Rubio como sucesor de Blinken, ampliamente festejada por el antimadusismo y González Urrutia en particular. A la par, se confirmó al republicano Mike Waltz como asesor de Seguridad Nacional del futuro presidente.  "Debemos mantener las sanciones existentes contra el régimen y tratar de ampliar las sanciones para minimizar los recursos de Maduro", dijo después de que la Cámara de Representantes del Congreso norteamericano aprobara la llamada Ley Bolívar, que prohíbe al Estados Unidos mantener relaciones comerciales con Maduro y sus aliados. El Palacio de Miraflores la calificó "ley Basura" y "ley de la infamia"

Las intervenciones de Blinken y Waltz son coincidentes en el tiempo y presagian un nuevo comento de la disputa entre Washington y Caracas que tendrá impacto en la región y, posiblemente en Europa.

Meloni y Milei

De hecho, pocas horas después, en Buenos Aires, la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, se plegó al anuncio del secretario de Estado norteamericano. Lo hizo durante un encuentro con el ultraderechista argentino, Javier Milei, con quien compartió el deseo de una actuación en conjunto en distintos asuntos internacionales. Meloni no solo habló en nombre de Italia. "Junto con la Unión Europea trabajamos por una transición democrática y en paz de Venezuela para que finalmente se hagan realidad la preferencia expresada por el pueblo venezolano por el presidente electo González Urrutia y las legítimas aspiraciones de libertad y democracia".

Presentación en Chile

Mientras Meloni saludaba desde el balcón de la sede del Ejecutivo argentino, en el Congreso de Chile dirigentes del antimadurismo presentaron ante senadores de distintos partidos las actas que consideran probatorias de la victoria en la contienda que el Consejo Nacional Electoral (CNE) y el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) le dieron a Maduro. "Estas no son las actas de María Corina Machado, no son las actas de Edmundo González Urrutia, no son las actas de la oposición, son las actas que fueron emitidas por el Consejo Nacional Electoral (CNE) con los resultados y que nosotros recuperamos en un ejercicio ciudadanía y de vocación", dijo Gustavo Silva, experto electoral de la PUD. Y añadió algo que sintoniza con las palabras de Blinken: "de aquí al 10 de enero tenemos por mandato interamericano y por compromiso con la democracia, la verdad y los derechos humanos un campo de acción único para reconocer estos resultados". Chile es uno de los siete países latinoamericanos que tuvieron que retirar sus misiones diplomáticas de Caracas por orden de Maduro. El Parlamento de ese país sudamericano, dijo a su vez Machado, tuvo "la prueba de la decisión del pueblo venezolano y la verdad".

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