EEUU

Criticas generalizadas al indulto de Biden a su hijo Hunter

El presidente de EEUU ha incumplido su palabra con un indulto que va más allá de las condenas por posesión ilegal de un arma y fraude fiscal 

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su hijo, Hunter Biden. / Europa Press

Idoya Noain

Una y otra vez el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aseguró que no usaría el poder presidencial para perdonar a su hijo Hunter, condenado en Delaware por delitos federales de posesión ilegal de un arma y que aceptó en otro caso federal en California la culpabilidad en nueve cargos de fraude fiscal. Este domingo el demócrata destrozó de golpe esas promesas y las de no conmutar a su vástago las penas que se le pudieran imponer y le concedió un indulto total e incondicional que se extiende a “todas las ofensas contra EEUU que ha cometido, pudo cometer o en las que pudo haber participado entre el 1 de enero de 2014 y el 1 de diciembre de 2024”. 

La decisión es extremadamente controvertida. Llega cuando a Biden le quedan menos de dos meses en el cargo y días antes de que se celebraran las vistas de sentencias en los dos casos, que podrían haber llevado a la cárcel a su hijo. Y ha desatado un alud de críticas, no solo las que cabían esperar de Donald Trump y de los republicanos.  Hay objeciones que llegan también de conservadores opuestos al presidente electo y de las propias filas demócratas, así cómo de expertos y observadores que aseguran que Biden ha dado con esta decisión un severo golpe a la credibilidad del sistema judicial que había prometido defender y que durante años ha asegurado que era Trump quien atacaba.

El indulto

El anuncio del perdón llegó el domingo por la tarde, tras un fin de semana festivo de Acción de Gracias que Biden pasó en familia y justo antes de emprender un viaje a África. Junto a la declaración de clemencia, el mandatario incluyó un comunicado en el que expuso sus argumentos para explicar su decisión. 

En ese texto aseguró, por ejemplo, que Hunter, de 54 años, y que en el pasado enfrentó serios problemas de adicciones vinculados precisamente a sus problemas con la ley, ha sido perseguido judicialmente “de forma selectiva e injusta” y defendió que otros con los mismos delitos y las condiciones de su hijo, como la falta de antecedentes o la ausencia de factores agravantes, reciben un trato diferente y no llegan a juicio o a condenas de cárcel como las que se cernían sobre su hijo.

Biden también aseguró que Hunter fue señalado solo por ser su descendiente y añadió: "eso está mal”. Afirmó que a Hunter, que lleva cinco años y medio sobrio, han “intentado quebrarlo” para, dijo, romperle también a él. “No hay motivo para creer que (esa persecución) se detendrá aquí. Ya basta”, escribió en el comunicado, insinuando que con la llegada de Trump a la Casa Blanca el 20 de enero y con los republicanos en control del Congreso el asedio a su hijo y a él mismo no acabaría. 

Biden acusó además a sus “oponentes políticos en el Congreso” de “instigar” los cargos para atacarle a él y escribir que “la política cruda ha infectado el proceso y ha llevado a una injusticia” en el caso de su hijo. Es un lenguaje que tiene el mismo fondo de denuncia de un supuesto uso como arma política del Departamento de Justicia que emplea Trump. Y es esa coincidencia donde muchos ven uno de los factores problemáticos en la decisión del presidente, que había dicho repetidamente que iba a aceptar el resultado que hubiera de los juicios y que seguiría “respetando el proceso” pero con sus argumentos para razonar la clemencia pone en cuestión la integridad del sistema judicial.

Trump habla de "abuso"

El indulto ha abierto las compuertas a las críticas republicanas. Trump lo asaltó el mismo domingo con un mensaje en Truth Social en el que definió el perdón como un “abuso y una injusticia” (aunque él mismo usó ese poder en su primer mandato, incluyendo con aliados y familiares como su consuegro Charles Kushner, al que este fin de semana nombró embajador en Francia).

Trump aprovechó su mensaje sobre Hunter Biden, además, para mencionar a los encarcelados por el asalto al Capitolio, a quienes definió como “rehenes”. En el pasado ha sugerido que podría perdonar a la mayoría de ellos al llegar a la Casa Blanca.

Los republicanos en la Cámara Blanca, que pusieron en marcha una investigación para someter a un impeachment a Biden por su supuesta implicación en tramas corruptas de su hijo que no han logrado probar, han expresado indignación. Lo han hecho especial pero no únicamente porque el presidente ha ampliado el perdón a posibles delitos de Hunter Biden desde el 1 de enero de 2014, el mes en que entró en la empresa gasística de Ucrania Burisma. 

Otras críticas

En el cierre del comunicado de anuncio del indulto Biden apeló a un factor emocional. “Espero que los estadounidenses entiendan por qué un padre y un presidente ha llegado a esta decisión”. Este lunes, mientras volaba hacia Angola, debía quedarle claro que esa esperanza no se vería cumplida.

Jared Polis, el gobernador demócrata de Colorado, denunciaba que Biden “ha puesto a su familia por delante del país” y le señalaba por sentar “un mal precedente que podría ser abusado por futuros presidentes”. También un senador demócrata de Colorado, Michael Bennet, ha acusado a su líder de “poner el interés personal por delante del deber”y de “erosionar más la fe de los estadounidenses en que el sistema de justicia es justo e igual para todos”.

Crítica similar realizaba Joe Walsh, un excongresista republicano de Illinois que es firme opositor de Trump, que ha dicho que la decisión de Biden “solo sirve para aumentar el cinismo de la gente hacia la política” y ve el indulto como “un movimiento egoísta que políticamente solo refuerza a Trump”, que según Walsh ahora podrá justificar tomar acciones similares.

Sin duda el presidente electo y los republicanos van a aprovechar lo sucedido. Mike Johnson, presidente de la Cámara de Representantes, denunciaba que “la confianza en el sistema de justicia ha sido dañada de forma casi irreparable por los Biden y su uso y abuso de él” y decía: “no puede ser más urgente empezar una auténtica reforma”. 

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Trump ha nominado para las mayores responsabilidades en el Departamento de Justicia a aliados marcados sobre todo por la lealtad a él: de la escogida como fiscal general, Pam Bondi, a su seleccionado para el FBI anunciado este fin de semana, Kash Patel, que en el pasado ha dicho que usaría la agencia para “perseguir” a los enemigos políticos de Trump. 

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