Largo recuento electoral

Los republicanos ganan el Congreso de EEUU por un estrecho margen que complica las ambiciones de Trump

La ventaja de los conservadores es la más estrecha del último siglo por lo que el presidente electo deberá conseguir el apoyo monolítico de su partido para sacar adelante sus propuestas

El expresidente hace creer que los fieles trumpistas son mayoría en el partido, pero senadores conservadores de la vieja guardia comienzan a ponerle freno

Los republicanos ganan el Congreso de EEUU por la mínima, complicando las ambiciones de Trump / HUNTER CONE/ EUROPA PRESS

Irene Benedicto

Los republicanos han confirmado hoy su victoria en el Congreso de EEUU, pero por tan poco, que tendrán la mayoría legislativa más ajustada en casi 100 años en el país. Esto puede complicar los planes más ambiciosos del presidente electo, Donald Trump. A pesar de que su partido haya superado ‘la mitad más uno’ del hemiciclo (la barrera se situaba en 218 escaños, y los republicanos se han llevado 220 asientos, solo dos más de los imprescindibles, frente a los 215 demócratas) esta ventaja tan pequeña hace que Trump necesite el apoyo monolítico de su partido para sacar adelante sus propuestas legislativas. Esto va a ser un reto para la administración entrante ya que, incluso antes de regresar a la Casa Blanca, Trump ya está encontrando el escepticismo de legisladores de la vieja guardia republicana que tendrán que refrendar la elección de su gabinete presidencial en el Senado.

El resultado final electoral se ha conocido en la tarde del miércoles después de un mes de largo recuento por ser un enfrentamiento electoral ajustado. El congresista demócrata en California, Adam Gray se ha impuesto al republicano John Duarte, que venía representando ese distrito desde las elecciones legislativas de medio mandato en 2022. California, el estado más poblado de EEUU es por ello, el que tiene la mayor presencia en la Cámara de Representantes, con 52 congresistas. Y, a pesar de ser un estado mayoritariamente progresista, existen zonas más rurales, como este distrito del Valle Central de California, que recientemente han oscilado entre ambos partidos.

Con el reparto exacto de escaños definitivo queda patente que la victoria republicana del 5 de noviembre no fue, al menos en la Cámara Baja, tan aplastante como pudo parecer de primeras. Los republicanos, de hecho, han perdido un asiento. El partido de Trump se ha llevado la Casa Blanca, Senado y Congreso, pero su estrecha mayoría legislativa, de apenas el 1,15 %, según ha calculado el centro de investigación Pew Research, puede amenazar las mayores ambiciones trumpistas que pasan por el brazo legislativo – empujándole, potencialmente, a tomarlas desde el poder ejecutivo, más inmediato pero por definición menos duradero.

Congresistas llamados a la Casa Blanca

Los problemas de los republicanos en el Congreso ya vienen sucediendo en los últimos dos años, con el breve paso del republicano Kevin McCarthy como presidente de la Cámara de Representantes, a quien le tomó el relevo el actual líder republicano, Mike Johnson, leal trumpusta. Y lo peor para los republicanos es que, por lo pronto, en los próximos meses, van a tener dos bajas más que no se podrán incorporar a la Cámara Baja ya que Trump los ha elegido para cargos de su ejecutivo. Michael Waltz (republicano de Florida) ha sido nominado como asesor de Seguridad Nacional, y Elise Stefanik (republicana de Nueva York) espera ser embajadora ante la ONU. Sus escaños deberán salir a una nueva elección, que se puede demorar varios meses, lo que perjudicaría la aprobación de medidas legislativas que Trump quiere impulsar en sus primeros 100 días en el poder.

Esperemos que no haya más (nominaciones de congresistas republicanos) durante un tiempo hasta que se celebren elecciones especiales” para sustituir a esos miembros, dijo el líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, Steve Scalise tras conocerse estos dos nombramientos, alegando que ya había hablado con Trump. Al día siguiente, sin embargo, Trump nominó al entonces congresista por Florida, Matt Gaetz para fiscal general. Gaetz retiró su candidatura una semana después envuelto en la polémica, pero para entonces ya había abandonado su escaño. Florida tendría que volver a votar para sustituir a Gaetz y a Walz el 1 de abril, aunque en ambas se prevé que gane de nuevo un republicano. Más complejo es el caso de Nueva York, donde Elise Stefanik todavía no ha renunciado a su cargo, pendiente de si el Senado la confirma como embajadora ante la ONU. Solo cuando dimita, podrán convocarse elecciones entre 70 y 80 días, y la victoria republicana allí no está tan clara.

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Los últimos dos años de mayoría republicana en la Cámara Baja han sido de los más improductivas de la historia de EEUU por el bajo número de leyes que han aprobado. Para sacar adelante las medidas más cruciales, como evitar un cierre del Gobierno con la extensión del techo de deuda o para aprobar la ayuda a Ucrania, necesitaron los votos demócratas a favor. Las medidas legislativas bipartidistas serán exitosas, pero si se activa la polarización, los republicanos solo se van a poder permitir perder los votos de dos de sus miembros si todos los demócratas votan en sentido contrario. 

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