Un terremoto de magnitud 7,1 en la región china del Tíbet deja más de 120 muertos

Más de 120 muertos y miles de casas derrumbadas ha provocado un poderoso terremoto en una remota región del Tíbet, cercana al Himalaya, que se ha notado también en los vecinos países de Nepal, Bután e India. El seísmo ocurrió a las 9 de la mañana (horal local) con una fuerza de 7,1 grados y a una profundidad de 10 kilómetros, según los institutos geológicos. Caída ya la noche se habían registrado unas 150 réplicas superiores a 3 grados, informaba la prensa oficial china. A esas mismas horas el número de muertos había alcanzado ya los 126, según la televisión pública, con 3.600 viviendas con daños de diferente gravedad.

El epicentro se localizó en el condado de Tingri, en lo alto del altiplano tibetano, cerca de la frontera nepalí y a unos 70 kilómetros al norte del monte Everest. Es una zona aislada y de acceso complicado, con escasa densidad de población y menos desarrollada que Lhasa, la capital. Unas 7.000 personas viven en 27 aldeas diseminadas en un radio de 20 kilómetros desde el epicentro, según la agencia de noticias oficial Xinhua. Las imágenes en las redes sociales chinas muestran al personal de rescate avanzando entre las viviendas en ruinas y removiendo los escombros con las manos. Más de 3.400 funcionarios y 340 médicos han llegado ya al área y por vía aérea han sido enviadas tiendas de campaña, mantas y material para combatir el frío. Esta noche estaba previsto que las temperaturas bajaran hasta los -16 grados, según la Administración Meteorológica China. El seísmo ha derribado sin piedad las viviendas construidas con materiales tradicionales como piedra, barro o madera.

El presidente, Xi Jinping, ha ordenado que se multipliquen los esfuerzos para rescatar a los supervivientes, minimizar las bajas y dar refugio a los vecinos frente a las temperaturas heladoras. En China es costumbre que el Ejército y los bomberos lleguen a las áreas golpeadas por una tragedia natural en apenas unas horas por más remotas que sean.

Esa zona rural es conocida por su relevancia religiosa y su proximidad al punto más alto del mundo. A menos de 200 kilómetros del epicentro está Shigatse, la ciudad sagrada para los budistas. Es la sede histórica del Panchen Lama, sólo superado por el Dalai Lama en la jerarquía budista tibetana. La anterior reencarnación desapareció a los seis años en China y Pekín nombró a su sustituto. El Dalai Lama se mostraba este martes desde su exilio indio "profundamente triste" por la tragedia. "Ofrezco mis plegarias para aquellos que han perdido sus vidas y deseo una rápida recuperación a los heridos", añadió. Las imágenes tomadas por cámaras de seguridad muestran a los clientes de un supermercado de Shigatse corriendo al exterior entre temblores y con los productos cayendo de las estanterías.

Visitas turísticas canceladas

Desde el condado de Tingri preparan muchos escaladores su asalto al Everest. No es invierno la estación más idónea para trepar al pico pero sí para deleitarse con los paisajes nevados del Himalaya. Las autoridades han cerrado este martes el campo base y cancelado todas las visitas turísticas.

El seísmo se ha notado en Katmandú, la capital nepalí, aunque con menos intensidad. Apenas 13 heridos y una decena de casas dañadas ha contado el Ministerio de Interior. En el distrito de Solukhumbu, fronterizo con China, el seísmo ha devuelto a la memoria el que 10 años atrás dejó casi 10.000 muertos. Hasta el estado indio de Bihar han llegado los temblores pero no ha dejado víctimas, según las autoridades.

La actividad sísmica es frecuente en una zona asentada sobre una falla donde chocan las placas tectónicas de India contra la euroasiática. El terremoto de este martes es el más poderoso de los últimos cinco años en un radio de 200 kilómetros, sostiene la prensa local, y el más mortal en China desde las 600 personas fallecidas en el que se produjo en 2014 en la provincia de Yunnan. El pasado año por estas fechas otro seísmo en la provincia de Gansú dejó 148 fallecidos.