Día Mundial de los Refugiados: huir para vivir

Según los datos ofrecidos por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), en 2019 más de 70 millones de personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares, de los cuales más de 25 millones son refugiadas. Por su parte, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) denuncia en su ‘Informe Anual 2020: Las personas refugiadas en España y Europa’, que en 2019 el Estado español solo ofreció protección internacional al 5,2% de solicitantes, en contraste con el 24% del año anterior y frente al 31% de media europea.

Con el objetivo de evitar que se vulneren los derechos de las personas que se encuentran en situación administrativa irregular y de los solicitantes de asilo, los colectivos que promueven los derechos de las personas inmigrantes y refugiadas reclaman al Gobierno medidas urgentes que garanticen su protección.

La Federación Andalucía Acoge, en el marco de su proyecto de concienciación y sensibilización ‘KLEOS: Asilo, Refugio y personas bajo protección internacional’, ha puesto en marcha la campaña ‘Cinco millones de pasos’, como símbolo del camino que recorren las personas refugiadas tras abandonar su hogar, haciendo referencia a los más de cinco millones de pasos de distancia entre Alepo y Bruselas, capital de la Unión Europea.

La presidenta de la Federación, Elena Tajuelo, recalca la importancia de “seguir sensibilizando en torno a las personas solicitantes y beneficiarias de protección internacional a través de acciones especiales en días tan importantes como el Día Mundial de las Personas Refugiadas”. Tajuelo hace hincapié en la necesidad de que las sociedades de acogida sean inclusivas, ya que se trata de personas migrantes que “huyen de conflictos armados, de hambre o persecución por razón política o cuestiones de género”. Pese a que la labor de las organizaciones a lo largo de los años ha surtido efecto en mejoras sociales para las personas refugiadas, el camino aún resulta largo. “Desgraciadamente hay muchos estereotipos y prejuicios en torno a estas personas”, añade Tajuelo.

Para conmemorar este día, durante toda la semana Andalucía Acoge ha publicado en redes sociales diferentes historias y vivencias de personas refugiadas, bajo el lema #tambiénsonrefugiadas, así como una muestra fotográfica online titulada ‘Los refugiados olvidados’, en colaboración con la asociación Almería Acoge.

Entre las principales medidas adoptadas para evitar el contagio del coronavirus fue el cierre de fronteras nacionales, hecho que ha dificultado la llegada a España de personas que solicitan protección internacional. Sin embargo, las guerras, las violaciones de derechos humanos y las persecuciones que se dan en algunos países han continuado. Paloma García, responsable del área de incidencia política de la Federación Red Acoge comenta su preocupación sobre la situación actual: “la pandemia ha agravado situaciones que ya venían de antes”.

Red Acoge y la Plataforma por los Derechos de las Personas Refugiadas (PlatRefugio) han elaborado un informe en el marco del Examen Periódico Universal (EPU), que consiste en la revisión periódica sobre el cumplimiento de las obligaciones y compromisos de los 193 Estados miembros de la ONU en materia de derechos humanos. Este informe recoge detalles tanto de la situación de los derechos de las personas solicitantes de protección internacional como las carencias del propio sistema de acogida de España, tales como la falta de acceso de vías seguras en las fronteras y la falta de intimidad y de intérpretes a la hora de hacer las entrevistas.

Entre las principales peticiones que realiza PlatRefugio al Estado español destaca garantizar el cumplimiento del principio de no devolución en las fronteras. “Pedimos que en la apertura de fronteras que se haga ahora no se establezca ningún criterio de discriminación, que no se produzcan devoluciones en caliente, y que se facilite el proceso de solicitar protección internacional en los consulados y embajadas españolas en terceros países”, explica Paloma García.

La paralización de los procesos administrativos durante la crisis del Covid-19 ha evidenciado el colapso de la gestión de las peticiones de protección internacional, dejando a miles de personas en situación de “desprotección total”. A su vez, las precarias condiciones de vida en los campos de refugiados y las trabas españolas en la concesión de asilo subrayan la urgente necesidad de medidas que garanticen los derechos y la protección de las personas refugiadas.