Aunque el coronavirus que causa el Covid-19 parezca parte del pasado aún hay personas que lo sufren y que mueren como consecuencia de ello. Los investigadores siguen buscando cuál es su naturaleza y ahora emerge, de nuevo, con fuerza, la «teoría de la conspiración» y de una fuga de un laboratorio en China, en concreto del Instituto de Virología de Wuhan de «cuarto nivel» y donde se manipulaban virus de este tipo.
Se logró determinar que su propagación se produjo a través del mercado de animales de Wuhan y que pudo aparecer allí porque alguien, de forma involuntaria, se habría contagiado y «movido» por la ciudad y por el entorno más cercano, curiosamente el citado mercado. La hipótesis del virus manipulado perdió fuerza con el paso del tiempo y la presión del gobierno chino pero de nuevo surge con fuerza.
Fue la OMS (Organización Mundial de la Salud) la que dio un portazo a la hipótesis del virus de laboratorio declarando que era «improbable» aunque en mayo de 2022 se pedía investigar la posible «fuga» de un virus en el laboratorio de forma accidental. Así aparecen ahora elementos que hacen pensar en ello, el primero es el que muestra el senador Richard Barr, de la Comisión de Salud y Educación de Estados Unidos, donde, según información del diario «El Mundo»: «El informe recoge múltiples pistas sobre un accidente de laboratorio que permitió la fuga de un virus manipulado. En particular, parece poco probable que dos equipos de científicos del Ejército hayan logrado desarrollar una vacuna, lista en febrero de 2020, en menos de dos meses. Según los expertos que participaron en el trabajo, es mucho más probable que el equipo haya tenido acceso a la secuencia genómica del virus desde noviembre de 2019. Por lo tanto, los chinos serían responsables del descuido, incluso si la pista del mercado no está totalmente excluida».
Igualmente destaca un estudio, de 40 páginas, del equipo de investigación de Vanity Fair y de ProPublica, donde analizaron las comunicaciones de los laboratorios chinos y el Comité Central del Partido Comunista, «en noviembre de 2019 los laboratorios de Wuhan se vieron desbordados por una gravísima emergencia por la que se movilizó la cúpula del PCCh y, probablemente, el mismo Xi Jinping. Alarmas previas a la crisis por falta de recursos económicos y de personal para solucionar los complejos problemas que se presentaban. Un año antes del desastre, el director del instituto había escrito, en un artículo para una revista científica china, sobre los enormes problemas de seguridad en los laboratorios. Y advirtió: «La manipulación de virus en el laboratorio puede producir grandes beneficios, pero también puede provocar catástrofes» subrayan.
Como tercera evidencia se tiene otro estudio llevado a cabo sobre el Covid-19 por parte de un genetista estadounidense, una profesor de farmacología de la Universidad de Duke y un ginecólogo alemán, en el cual se pone de manifiesto el origen no natural del Covid-19: «el origen no natural del virus Covid-19 debe buscarse en el modo en el que son atacados los diversos segmentos del genoma. En la naturaleza, estas «bisagras» aparecen al azar y de forma limitada a lo largo de la cadena del genoma. Cuando hay intervención humana -muchos trabajadores en el mundo manipulan virus con fines de investigación médica y farmacológica- estos cortes son, sin embargo, mucho más numerosos y no aparecen al azar sino que están bien espaciados» aunque se les refuta con error en la metodología.
Sea como fuere parece que el Covid-19 se distingue claramente de otros coronavirus por su genoma que denotan «algo extraño» en el mismo y que sólo podría ser explicado atribuyéndolo a la intervención humana en un laboratorio, la manipulación genética que habría hecho posible un coronavirus letal para el ser humano.