- El jefe del grupo de trabajo para mejorar el acceso humanitario a Siria, Jan Engeland, durante una rueda de prensa / Martial Trezzini (Efe).
Naciones Unidas ha conseguido entregar asistencia humanitaria a casi 450.000 personas en Siria, 150.000 de ellas en áreas sitiadas, desde principios de año, anunció hoy la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA).
Los convoyes de la ONU también alcanzaron áreas definidas como «difíciles de acceder», a causa principalmente de las decenas de controles de seguridad impuestos por distintos grupos beligerantes.
En lo que va de año, la ONU sólo ha conseguido asistir a un 32% de las personas que viven en áreas sitiadas y a un 6,5 % de los sirios que viven en áreas difíciles de acceder.
Es precisamente por esta razón que, en rueda de prensa, el jefe del grupo de trabajo de la ONU sobre acceso humanitario, Jan Egeland, mostró su «frustración» por el hecho de que el ritmo de la asistencia no sólo no crece si no que se ralentiza: «El ritmo al que entregamos ayuda no está mejorando día a día como debería, sino que se está ralentizando».
Ante esta situación Egeland afirmó que el mensaje es claro para aquellos que tienen influencia sobre el Gobierno: «el Gobierno debe cumplir sus promesas y debe permitirnos ayudar a la gente. Las necesidades crecerán rápidamente si no nos dejan entrar donde debemos».
El funcionario internacional especificó que si bien «todas la partes en conflicto» están poniendo trabas para la distribución de asistencia, el mayor responsable de estos bloqueos es el régimen de Bachar al Asad.
«Si de las 18 áreas sitiadas 15 están bajo cerco del Gobierno o de sus milicias amigas (en referencia al grupo libanés Hizbulá) está claro que la mayoría de los problemas están relacionados con el Gobierno».
Egeland usó el ejemplo reciente en el que 5 convoyes con ayuda humanitaria para entregar asistencia a 287.000 personas estaban listos y no pudieron partir a falta de permisos. «De los cinco, 4 no fueron autorizados por el Gobierno y uno por fuerzas opositoras», especificó.
Ante esta situación de aparente estancamiento, Egeland dijo que «espera y reza» para que haya rápidos cambios en el futuro cercano que permitan acelerar la distribución de ayuda humanitaria y poder cumplir así con el autoimpuesto objetivo de asistir a 1,1 millón de personas hasta finales de abril. «Si no hay cambios rápidos no podremos cumplir el objetivo», confesó.
No obstante, el grupo sigue trabajando y marcándose objetivos y el próximo desafío es permitir la evacuación de enfermos de zonas sitiadas.
El responsable explicó que la semana pasada tres niños de Madaya murieron desangrados tras explotar una bomba con la que estaban jugando, que no les mató, pero fallecieron porque se denegó su evacuación. También hizo alusión al ejemplo de un hombre que murió de malnutrición pero podría haber sido salvado en un hospital.
El objetivo es evacuar 500 personas de las localidades de Madaya, Zabadani, Fua y Kefraya y si se consigue «será la mayor evacuación médica jamás realizada».
Egeland puntualizó que no se diferenciará entre civiles y combatientes y que todos serán hospitalizados en diferentes centros con control y supervisión de la Cruz Roja internacional.